ANNA POV
Desperté el domingo sintiéndome extremadamente bien. Abrí los ojos y lo primero que vi fue el rostro angelical de Jake durmiendo (*multimedia*). Sonreí sin poderlo evitar. Decidí levantarme a hacer el desayuno y para hacer hincapié en el cliché me puse su camiseta. Salí al comedor y estaba casi todo destrozado, miles de cosas por el suelo. Vaya, somos unas personas muy... pasionales. Reí ante mi broma privada y unos brazos me rodearon por detrás.
- Buenos días rubita - Jake me dió un beso en la mejilla. Entonces se dió cuenta de la situación - Ni siquiera me di cuenta cuando tiré el teléfono fijo.
- ¿El teléfono fijo? Jake, tiramos hasta la mesa donde estaba. Y ya podemos dar gracias de lo duras que son las paredes, sino habríamos atravesado alguna - era mi apartamento el que estaba hecho un desastre pero a pesar de eso estaba feliz.
- Luego te ayudo a recogerlo, vamos a comer algo anda - y me arrastró a la cocina. Me cogió en brazos y me sentó en la encimera. Empezó a coger cosas de la nevera y de los armarios, e hizo el desayuno.
- Creo que nunca me acostumbraré a verte cocinar, es como el Apocalipsis - Jake antes era un total desastre en ese tema.
- No sé si debería sentirme ofendido... No importa, estoy demasiado contento - y sonrió ampliamente. Hice lo mismo - por cierto, ¿sabes que mi cumpleaños es dentro de poco? - era como un adorable niño pequeño.
- Sí, diría que es el primer año que lo paso contigo...
- Ya... Entre el internado, lo del baile y tu huida a este país...
- ¡No huí! Simplemente era una gran oportunidad y la cogí - me crucé de brazos indignada.
- ¿Es verdad que no habrías venido aquí a estudiar por mi? - me preguntó muy serio. Me removí nerviosa.
- Sí... - estaba sonrojada hasta la raíz del cabello. Los ojos de Jake brillaron y por un momento olvidé de qué estábamos hablando.
- Eres demasiado buena para mi - sonrió tristemente.
- Oh, venga ya, si tan buena soy, según tú, me merezco lo que yo quiera, ¿no? - él asintió - Pues ya lo tengo - miré hacía la sartén donde Jake estaba haciendo el desayuno, me negaba a mirarle a los ojos después de haberle dicho eso, pero obviamente él impidió que me saliera con la mía; me cogió la cara y me observó buscando algún indicio de mentira.
Sin previo aviso me abrazó. Torpemente le correspondí y apoyé la barbilla en el espacio que unía su cuello con el hombro. Me abrumaba su olor. Cerré los ojos, dispuesta a quedarme así mucho tiempo.
- Rubita, no quiero separarme, pero sino se va a quemar el bacon y... tengo hambre - noté su cuerpo temblar ligeramente por lo que intuí que se estaba riendo. Me aparté y lo miré con el ceño fruncido.
- Tú siempre tienes hambre. Menos mal que haces fútbol, sino serías una adorable bolita - sonreímos como idiotas.
- ¿Me querrías igual? - pestañeó frenéticamente intentando parecer femenino.
- No hagas eso, parece que te está dando un ataque epiléptico - solté una fuerte carcajada con la cara que puso.
- Vale, pero no has respondido a la pregunta.
- Sí - solté.
- ¿Sí de respuesta o de que sí has respondido?
- Aunque fueras una bolita adorable seguirías siendo mi favorita, aunque a mi piso no le haría mucha gracia. Si ya ha acabado así, tú imagínate si fueras aún más grande - fingí un escalofrío.
- Qué tonta eres a veces eh - dijo mientras ponía nuestros desayunos en platos.
- ¿El nutricionista te deja comer todo esto? - le pregunté no muy segura. El bestia había hecho huevos, bacon, tostadas y mil cosas más.
- Claro, el desayuno es la comida más importante del día - dijo orgulloso.
- Dios mío, engordo sólo de verlo - fingí una cara de horror.
- Pero si tu metabolismo no te permite engordar, anda calla y come, no me hagas el feo - me puso un puchero que pretendió que fuera adorable aunque más bien era ridículo.
- Jake... no te hagas esto, ten dignidad - dije negando con la cabeza escondiendo la sonrisa que amenazaba con salir. Como no contestó abrí un ojo para verle pero no estaba - ¿Jake?
- ¿Qué? - contestó desde detrás. Me giré de golpe asustada pero fue tarde. Al segundo siguiente me tenía cogida en brazos y me llevó al sofá. Empezó a hacerme cosquillas, mi punto débil. No podía respirar de tanto que reía.
- Para - carcajada - por - carcajada - favor - lo más seguro es que estuviera más roja que un tomate.
- Vaya, quién no tiene dignidad ahora, ¿eh? - paró pero no quitó las manos de mis costados. Lo miré con lágrimas en los ojos de tanta risa. Acercó su cara a la mía y me dió un beso en la punta de la nariz. Me ayudó a levantarme y volvimos a la cocina. Acabamos de desayunar y nos pusimos a recoger el desastre que habíamos montado la noche anterior.
- Ay - grité cuando Jake me dió con la escoba en el culo.
- Oh, vaya, perdón, ha sido sin querer - y puso esa sonrisa de "en cuanto te gires te volveré a dar" pero la ignoré.
- Ay - me volvió a dar.
- No estoy hecho para limpiar desde luego, qué poco control de la escoba, eh - intentaba aguantarse la risa.
- No me des con la escoba en el culo - dije enfurruñada.
- Tienes razón, lo siento - pero en su mirada no había ni una pizca de arrepentimiento. Cuando me volví a dar la vuelta me dió el culo pero con la mano. Se encogió de hombros - no ha sido con la escoba.
Luché con las ganas de sonreír y permanecer indignada pero fue imposible. Una hora más tarde todo estaba ordenado y limpio.
- Rubia, tengo que ir a entrenar - dijo apenado, la verdad era que a mi tampoco me gustaba la idea de que se fuera.
- Vale, tranquilo. Hablamos luego - aunque sonó más como una pregunta.
- No lo dudes - me guiñó un ojo y me dió un beso.
Cuando cerré la puerta después de que él se fuera me senté en el sofá en silencio. Tenía mucho de lo que pensar. Al día siguiente les explicaría a Emma y Zack cómo estaba la situación.
- ¿Hola? - pregunté una vez me descolgó el teléfono.
- Hola Anna, ya podrías haber llamado antes que estábamos todos - siempre estaba igual April.
- Tenemos mucho de lo que hablar, aún no quiero gritarlo a los cuatro vientos porque sinceramente no sé dónde nos deja esto pero...
- Espera, espera, espera, ¿qué pasa? - me interrumpió.
- Jake y yo...
- Cierto, lo vi en los periódicos.
- No me jodas April - entré en pánico.
- Tranquila mujer, no dicen nada malo, simplemente habéis sido vistos juntos y eso le interesa a los periodistas - se explicó.
- April, ¡yo soy periodista! No quiero que la gente me conozca por ser la chica de - odiaba no haber logrado ser conocida por mi nombre y mi trabajo.
- Entiendo, pero son cosas a las que tienes que renunciar por Jake - tenía razón.
- Tengo ganas de veros, si no hubiera aceptado el trabajo nada más acabar la carrera, tendría todo el verano para estar ahí con vosotros..
- No podías dejar pasar la oportunidad, todos lo entendemos. También nosotros queremos verte pronto - echaba mucho de menos mi casa y mi gente.
- Os prometo que en cuanto pueda iré a veros.
- Genial, nos veremos pronto seguro - y poca charla después colgamos.
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Better than revenge
Teen Fiction"- Jake, es que es muy difícil esconder mis sentimientos... - dije con voz pastelosa acercándome aún más a él. Noté por el rabillo del ojo que todos nos miraban. Cuando estaba a pocos centímetros de su boca paré en seco y cambié la cara y el tono...