Capítulo 51: no limits (I)

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JAKE POV 

La felicidad de los siguientes meses fue contagiosa. Los preparativos de la boda eran geniales, nunca pensé que me divertiría con una cosa así. Al no tener a nuestra familia ni a la mayoría de amigos allí, los únicos que podían ayudarnos eran Val y Zack. Nos sabía mal arrastrarlos siempre de un lado para otro, pero no teníamos a nadie más de nuestro círculo cercano cerca, aunque muchos de mis compañeros de equipo me ayudaron también.

Mi rubita por fin se sacó el carné de conducir y así podíamos ir por separado a mirar algunas cosas de la boda. Una mañana de marzo ella se fue con Val a mirar los vestidos, y Zack y yo los esmóquines.

- Tío, le has echado huevos a la cosa eh - dijo mi amigo mientras miles de trajes nos engullían. 

- ¿Por qué?

- Hombre, después de todo le has pedido matrimonio. Mucha gente no daba un duro por vosotros, mejor dicho, no daban un duro por ti pero lo has hecho bien al final, ¿sabes? - me sonrió con complicidad. Recordé cuando se alió con mi prometida y no pude evitar sonreír también.

- La he cagado tantas veces que me sorprende que me haya perdonado. No la merezco - dije sinceramente. 

- Ella merece lo que sea que quiera, y has tenido suerte, te quiere a ti - me dió con el puño en el hombro - anda, vamos a dejarnos de palabrería y vamos al grano, no aguantaré aquí mucho más - fingió un estremecimiento y me reí asintiendo con la cabeza estando de acuerdo con él.

Estuvimos por lo menos una hora dando vueltas sin parar, ninguno de los dos sabíamos exactamente qué estábamos buscando.

- ¿Os puedo ayudar, chicos? - nos preguntó una señora mayor muy bajita al vernos completamente perdidos.

- Sí, por favor, necesitamos toda la ayuda del mundo con esto y aún así nos faltaría - quizá exageré un poco, sí, pero esa mujer tenía que entender a qué se enfrentaba.

- Cariño, llevo en esto más de cuarenta años, nada representa un reto para mi - dijo muy confiada.

- Genial, verá mi amigo se casa en un par de meses y no tenemos ni idea de nada, esto no es para nosotros - se lamentó Zack. 

- No, no, no, no, no, esto es para todo el mundo, ya verás - y empezó a enseñarnos trajes, a probárnoslos, a tomarnos medidas... me sentí como un muñeco en manos de una señora hiperactiva - por cierto joven, ¿has venido aquí antes? Juraría que ya te había visto en algún sitio - me dijo. Zack y yo nos miramos y reímos a la vez.

- Si alguien en su casa ve el fútbol, es por eso - le confirmé sonriendo. Me miró pensativa aunque se rindió a los pocos segundos y siguió trabajando. Me preguntaba cómo le estaría yendo a mi rubita.

ANNA POV 

- Dios mío Anna, no puedo creer que Jake no te haya dado ningún presupuesto - dijo mi amiga Val con los ojos como platos. 

- Esa misma cara puse yo. No sé cuánto dinero tiene, pero debe ser un montón para que me deje hacer lo que quiera con la boda - dije emocionada. No iba a arruinar a Jake pero tenía mucha liberad para organizarlo todo.

- Después de esto le tocará vivir en la calle - se rió Valerie.

- Oye, no, juro que no voy a pasarme - o eso espero. 

Lo primero que hicimos fue ir a una tienda de vestidos especializada en damas de honor. Entramos y la cantidad de vestidos que había nos intimidó. Una señora de unos cuarenta y pocos años nos atendió.

- Bienvenidas a Bridesmaids & Co. ¿Puedo ayudaros?

- Sí, verá, me caso en mayo y vengo a mirar algunos vestidos de dama de honor - le expliqué.

- Bien, seguro que encontraremos algo perfecto - sonrió. 

Nos llevó a una sala donde habían probadores, una especie de pasarela pequeña y un sofá. El aspecto del lugar me hizo estremecerme al imaginar el precio de los vestidos. Anna, un día es un día. La mujer se metió en un almacén y salió con una montaña de vestidos. Le lancé una mirada de pena a Val. 

- Miradlos y que se pruebe los que más os gusten. Cualquier cosa, estoy por allí - nos señaló la puerta por la que habíamos entrado un par de minutos atrás. Valerie y yo asentimos. 

La montaña de vestidos que nos había dejado allí era enorme. Todos eran de diferentes colores, telas, cortes... Decidimos hacer las cosas bien y los miramos uno por uno evaluando los pros y los contras. Después hicimos dos montones: los que nos gustaban y los que no. Habían pasado la prueba cinco vestidos. 

- Lo siento Val, pero te toca - le di un vestido color turquesa y se metió en el probador. Poco después salió e hizo un desfile poniendo muecas graciosas. Debería haberla grabado.

- ¿Qué te parece? - me preguntó. La verdad era que le quedaba bien, pero las mangas no me gustaban. 

- No me convence - le dije arrugando el ceño.

- A mi tampoco, estas mangas son muy incómodas - corroboró lo que había pensado. Le di uno rojo y volvió a cambiarse. Salió del probador y las costuras no me gustaban y al parecer a Val tampoco. Se probó todos los vestidos y ninguno era suficiente. Les faltaba algo. 

- ¿Cómo ha ido? - preguntó la mujer cuando salimos de la sala. Me sentía frustrada.

- Ninguno nos ha acabado de convencer. A mi me gustaría algo bonito pero sencillo, y a ella - señalé a mi amiga - le gustaría algo cómodo.

- Bueno, quizá tenéis suerte. Una cliente iba a llevarse estos vestidos pero al parecer su boda se ha cancelado - se giró y sacó de una caja un vestido precioso - espero que este os guste - nos lo dió y la mirada que compartimos Val y yo nos dejó claro que nos había encantado. Ella salió corriendo a probárselo y cuando ya lo tenía puesto, salió a enseñárnoslo. 

- Dios, es perfecto - musité. El vestido era palabra de honor de color naranja pastel. El escote estaba cruzado y tenía un trozo de tela debajo del busto a modo de cinturón. Era de seda y caía suelto hasta la altura de debajo de las rodillas (*multimedia*). Valerie sonrió y asintió - nos lo llevamos sin duda - compramos los cinco vestidos y fuimos a comer.

Por la tarde habíamos quedado con Jake y Zack para ir a elegir el menú de la boda. 

- Rubita, ¿qué horas son estas? - dijo Jake después de saludarme. 

- Oye, aún no controlo el GPS, ¿vale? Me he perdido - dije sonrojándome. 

- Eres un desastre... - y negó con la cabeza. Le lanzé una mirada asesina - anda, vamos a acabar con esto que tengo ganas de estar en casa a solas contigo - sonrió mientras me arrastraba dentro del restaurante.

Better than revengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora