Capítulo 32: time passes

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4 AÑOS MÁS TARDE...

ANNA POV

No podía creer que por fin me hubiera graduado en la escuela de periodismo de Londres, ¡y con matrícula de honor! Había trabajado muy duro para conseguirlo y estaba muy orgullosa. 

Esos cuatro años habían pasado volando, sólo centrada en mi carrera. No necesitaba nada más, tenía mis viejos amigos y mi familia, eso me bastaba. Iba a verlos cada verano, navidad, y siempre que podía. Los echaba de menos y los necesitaba allí donde estaba, pero también sabía que estaba cumpliendo mi sueño y todos estaban orgullosos de ello. 

Sharon se graduó en medicina y Claire en psicología. Nada podía ir mejor. Ellas seguían con Liam e Ian, los que habían estudiado criminología especializándose en criminalística. Siempre nos metíamos con ellos llamándolos el dúo CSI. Chad había aceptado abiertamente su homosexualidad y se enamoró perdidamente de un cubano que conoció en unas vacaciones familiares. April también había encontrado en su universidad alguien con quien compartir su tiempo, se graduaron juntos en empresariales y pronto él, Dylan, se volvió uno más del grupo. Mina conoció a un chico hacía poco en una cafetería y, aunque aún no era nada serio, a ella se la veía muy ilusionada.

Al ser la única de mis amigas soltera, todos se empeñaron en presentarme candidatos. No me interesaba el tema, no tenía tiempo.  

Sobre Jake...lo tenía superado pero no olvidado. Odiaba que pasara el tiempo y yo siguiera como una estúpida en el mismo sitio de siempre. Él seguía siendo amigo de los demás, pero desde la noche del baile de cuatro años atrás que no lo veía. A veces, me mandaba saludos a través de alguno de nuestros amigos, pero nada más. A pesar de todo, era imposible ignorar que existía, literalmente. Jake se había convertido en la estrella del Liverpool, un equipo de Inglaterra, y por desgracia, aparecía prácticamente todos los días en el periódico. "Jake Reeds, la estrella, ha llevado a la victoria al Liverpool", "Jacob Reeds, el Dios del fútbol mantiene en el liderato a su equipo" y demás titulares similares. 

Al haber terminado la carrera de periodismo con tan altísima nota, me consiguieron una entrevista de trabajo en uno de los diarios más prestigiosos de Londres "The Sun". Estaba entusiasmada pues en la entrevista me dijeron que empezara tan pronto como quisiera. Obviamente, quise empezar al lunes siguiente. Firmé el contrato temporal y regresé a la que había sido mi casa durante el tiempo que había estado en Inglaterra. 

- Anna estás en altavoz - se escuchó la voz de April. Liam, Ian, Claire, Sharon, Chad y Mina saludaron. Se habían juntado todos para la llamada semanal, como les gustaba llamarla. 

- Hola, ¿cómo os va? - pregunté animadamente.

- Ay, por Dios Anna, ves al grano - me apresuró Claire.

- ¡Estoy dentro! Me han cogido en "The Sun" - les conté entusiasmada. Se escucharon chillidos de emoción femeninos y quejas de los chicos por el ruido. 

- ¡Vamos a tener una amiga famosa! - gritó Mina.

- Por favor, si Jake es más que famoso - me salió del alma. Todos se quedaron en silencio. A pesar del tiempo que había pasado aún no se hablaba del tema con comodidad. Se escuchó un carraspeo intentando aligerar la tensión. Me supo mal ya que no era mi intención - bueno chicos, tengo que dejaros que estoy exhausta. 

- Vale, hablamos pronto, te queremos - dijeron a coro. 

- Y yo, adiós - y colgué. 

Los días pasaron velozmente hasta el lunes. Me vestí con un conjunto precioso que había guardado para ese día (*multimedia*). Cogí el metro y me dirigí al periódico. Llegué y el jefe me recibió con los brazos abiertos. Era una hombre muy simpático, me había tratado como a una hija en la firma del contracto y se lo agradecí, estaba muy nerviosa y me sentía insegura.

- Anna, ven aquí corre - me señaló la silla delante de su escritorio - tengo algo perfecto para ti. Charlotte va a realizar una entrevista hoy y quiero que vayas con ella y tomes nota del trabajo de campo. No me ha dejado que te revele nada, pero bueno, es la encargada de la sección de deportes, espero que no te aburra. 

- ¿Bromea? Me encanta, muchísimas gracias, de verdad - me sentía muy agradecida con aquel hombre. 

- Mira, aquí está - dijo haciendo referencia a Charlotte, una mujer de treinta y muchos años - esta es Anna, va con el objetivo de aprender todo lo que pueda de ti. Eres una gran profesional.

- Lo sé, espero que no estorbe - qué mujer más simpática, ironicé mentalmente. 

- Estoy seguro de que no lo hará, es la mejor de su promoción - me defendió. 

- Bueno, me la llevo, tenemos mucho que hacer - y se fue haciendo ademán para que la siguiera. Me despedí de Arthur Austen, mi jefe, y seguí al diablo en tacones. 

Después de recoger los papeles y carpesanos que Charlotte me lanzaba entramos en su despacho. 

- Espero que el señor Austen no te haya comentado nada sobre la entrevista, no necesito a ninguna niñita estúpida dejando en ridículo al periódico - no paraba de juzgarme por la edad. Le iba a demostrar que era mucho más madura de lo que se creía - bien, ahora sólo te necesito como becaria, tengo casi toda la entrevista ya preparada y no quiero problemas, ¿entendido? Saldremos de aquí a las cinco para hacer la entrevista. Ordena papeles, carpetas, lleva cafés o lo que sea que tengas que hacer. A las cinco menos cinco te quiero abajo, si no eres puntual nos vamos sin ti.

- Entendido - odiaba ser nueva. Salí de su despacho y me dirigí a la entrada.

- Cariño, ¿todo bien? - Emma, la recepcionista, cuidaba muy bien de mi al igual que el señor Austen. Desde que había ido a firmar me habían hecho sentir cómoda. Ambos rozaban los cincuenta y cinco años.

- Sí, Emma, los primeros días siempre son duros - y le sonreí. Era un amor de mujer.

- Cualquier cosa estoy aquí, ya lo sabes.

- Lo sé, muchas gracias - y empecé a trabajar. Me pasé toda la mañana archivando facturas de proveedores y clientes, fotocopié todo lo que me pedían, hice de camarera a la hora del almuerzo llevando los desayunos y ordené las carpetas cronológicamente y por orden alfabético. Paré a la hora de comer, sólo tenía media hora. Después de comerme una ensalada, volví a meterme entre papeles.

Miré la hora en mi reloj de pulsera dorado casio: las cinco menos cuarto. Decidí ir a por mis cosas y bajar. Llegué un par de minutos antes y allí estaba Charlotte. 

- Vámonos, no hay tiempo que perder - me cogió de la muñeca y me arrastró al coche de la empresa. Una vez dentro empezó a darme instrucciones. 

- Tenemos que ir al campo del Chelsea...

- ¿Chelsea? ¿El mismo Chelsea que hoy juega con el Liverpool? - exclamé horrorizada.

- Exacto, por eso mismo vamos. La entrevista es con un jugador del Liverpool - me entraron mareos. Anna, cálmate por Dios, no puede ser él, sería demasiada casualidad.

- Ah...¿con qué jugador exactamente? - intenté disimular, lo juro, pero estaba a punto de sufrir un ataque al corazón.

- Qué impaciente, ahora lo verás, ya hemos llegado - bajamos del coche rápidamente. Tenía la sensación de que las piernas no me iban a aguantar de pie. Entramos en el estadio. Maldita sea Anna, contrólate, no es él, no es él, no es... Y de pronto ahí estaba, delante de mi, igual que cuatro años atrás pero con un cuerpo un poco más atlético ya que básicamente se dedicaba al mundo del deporte. Nunca olvidaría el momento en el que nuestras miradas se cruzaron y desenterró todo lo que yo creía a más de tres metros bajo tierra.

Better than revengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora