JAKE POV
Eran aproximadamente las dos de la madrugada y seguía sin poder dormir. Me levanté a hacer flexiones y abdominales intentando cansarme y que me entrara sueño, pero no sirvió de nada, todo resultaba inútil. Cogí el teléfono móvil de la mesita de noche y abrí la conversación de la “chica nueva”. Piérdete. Lo había leído unas veinte veces y no podía evitar sonreír cada vez que lo hacía. Adoraba irle detrás por como se ponía y por como reaccionaba, era muy rara y ese juego me parecía gracioso. Podía conseguir a la chica que quisiera y ella no iba a ser menos, no me preocupaba en absoluto, pero si para conseguirla me podía divertir, podía ser genial. Recordaba a la chica de unos años atrás, no tenía nada que ver con la actual. Sus ojos eran físicamente los mismos pero su mirada había cambiado por completo. Aún recordaba la última noche que la vi.
FLASHBACK
Estaba liándome con mi novia en una de las habitaciones de la casa de la friki aquella que tanto odiaba Angie. No entendía por qué era así con ella pero yo era un estúpido niñato y le reía todas las gracias. Estaba cegado por la popularidad y las chicas. Angie estaba encima de mí restregándose como gran guarra que siempre ha sido y a mí ya me iba bien. De pronto se abrió la puerta y nos cortó totalmente el rollo.
- ¿Se puede saber qué haces? ¡Eres una inútil, lo único que tenías que hacer era estarte quieta ahí fuera! - Angie no paraba de gritar mientras se acercaba a Anna dispuesta a pegarle un puñetazo, pero antes de que hiciera nada la agarré por detrás.
- Tranquila nena, no te pongas así. Aprovecha la situación como siempre haces - le susurré al oído. Ella sonrió - Ang, ¿no ves que sólo quiere divertirse con nosotros? - dije ya en alto - tú, ven aquí - la miré fijamente. Ella no se movía, ni siquiera pestañeaba. Por un momento me preocupé.
- A ver niñata, ¿a parte de ciega estás sorda? Te ha dicho que vengas - Angie era realmente mala persona, pero a mí en esa época no me importaba. Se levantó y, agarrándola fuertemente del brazo, la empujó hacia mí. Angie fue a buscar a todas sus seguidoras y me dejó a solas con ella. Anna intentó girarse para ver qué pasaba pero yo no la dejé.
- Tranquila, sólo va a por más gente con la que divertirnos. ¿Cómo habían dicho tus padres? Ah sí, cuantos más, mejor, ¿no? – su mirada reflejaba terror puro y por primera vez me sentí como una mierda con todo aquello. Intentando alejar esos pensamientos de mi cabeza cambié de tema – es tu habitación, ¿verdad? Es bonita – ella confundida me miró como queriendo descifrar qué había querido decirle, pero no iba a conseguir nada porque lo único que quería hacer era sentirme mejor y creer por un momento que no era un completo idiota. Entonces entraron por la puerta Lauren, Layla, Kim y Angie.
- Bebé, los chicos te reclaman en el comedor, estaré contigo en un rato – dijo esta última mientras me daba un beso de despedida. Me fui de aquella habitación sin siquiera mirar a Anna. No podía. Sabía que ahí dentro no podía pasar nada bueno pero fui un cobarde y me fui a divertir con los que eran mis amigos de entonces.
FIN DEL FLASHBACK
Poco tiempo después Angie y yo rompimos. No sabía qué había pasado en aquella habitación pero Anna nunca volvió. No pregunté, no quería sentirme aún peor. Conforme el tiempo pasaba fui creciendo y llamando más la atención de las chicas. Hacía lo que quería con ellas y luego me olvidaba. Eran tan aburridas. Mis amigos se cambiaron de instituto y perdí el contacto. Entré en el equipo de fútbol del instituto y empecé a salir y juntarme con los demás jugadores.
Cinco años después de todo lo que pasó aquella noche, Anna volvió. En un primer momento no la reconocí. Fui hacia ella con la intención de cumplir la tradición de enseñarle lo bueno que podía ser el instituto desde mi cama pero ella no cayó, ni siquiera se inmutó al verme como hacían todas las demás. Y ahí fue cuando se convirtió en un reto. Tío Jake, deja de narrar mentalmente tu vida como si fuera una novela. Eso pasó ayer. Gracias mente brillante por joderme la historia.
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Better than revenge
Teen Fiction"- Jake, es que es muy difícil esconder mis sentimientos... - dije con voz pastelosa acercándome aún más a él. Noté por el rabillo del ojo que todos nos miraban. Cuando estaba a pocos centímetros de su boca paré en seco y cambié la cara y el tono...