Capítulo 58: so much for my happy ending

4.3K 226 43
                                    

ANNA POV

Llevábamos un mes viviendo en nuestra nueva casa. Todos nuestros amigos y familiares más próximos se habían pasado a verla. Jake y yo adorábamos nuestro hogar y nos encantaba pasar tiempo en él.

- San Jacob, ¿puedes hacer la cena hoy? - le pedí cuando me dejé caer en el sofá. Había tenido un día muy duro en el trabajo, eran las nueve de la noche y acababa de llegar. Jake llevaba ahí ya un par de horas, había entrenado a las cuatro y el partido era dentro de dos días.

- Como me vuelvas a llamar así, duermes en la calle - me amenazó.

- ¡Eh! Eso sólo lo puedo decir yo - reclamé.

- Anda calla, ¿qué quieres de cenar? - me preguntó suavizando el tono.

- Quiero... una hamburguesa enorme con bacon y queso(*multimedia*).

- El día que engordes todas las guarradas que comes tendremos que adaptarte las puertas para que puedas pasar - bromeó.

- ¿No te han dicho nunca que es peligroso para tu integridad física bromear con el peso de una mujer? - le dije levantando una ceja.

- Ni que me diera miedo una enanita como tú - se rió de mí.

- Bueno, ves a hacer la cena mientras yo te bajo cojines al sofá, hoy duermes aquí.

- Como te gusta el drama eh... teniendo tres habitaciones más me vas a hacer dormir en el sofá... Tendrás notícias del míster y de mis abogados - me dijo yéndose hacia la cocina contorneando exageradamente sus caderas.

- Venga guapa, que tengo hambre - reclamé entre risas.

Me di la vuelta, apoyé mi cara en un cojín y puse la televisión. Me estaba quedando dormida cuando me llegó el mejor olor del mundo. Abrí los ojos de golpe y vi a Jake con dos platos en la puerta de la sala de estar.

- A ver, la bella durmiente, ¿vienes a cenar o no? - me preguntó sonriendo.

- Ya voy princesa - le contesté animada. No había nada mejor que ir a casa después de trabajar.

Puse la mesa mientras Jake se sentaba.

- ¿Cómo ha ido hoy en el trabajo?

- Muy bien, lo que significa demasiada cosa que hacer - suspiré.

- Ya te he dicho miles de veces que si quieres dejarlo, yo puedo mantenernos a ambos.

- No seas anticuado Jake, me gusta mucho mi trabajo, simplemente me agota, pero es lo más normal del mundo, no te preocupes - le dije dándole un beso mientras dejaba en la mesa un vaso para él. Me senté en el sitio de enfrente y empezamos a cenar.

Llevaba tres bocados de mi hamburguesa cuando noté mi estómago contraerse. Las náuseas iban en aumento.

- Rubita, ¿estás bien? - me preguntó Jake preocupado. Negué con la cabeza y en menos de un segundo ya lo tenía a mi lado. Me puse poco a poco de pie y salí corriendo.

Estaba en el baño vomitando y Jake me cogía el pelo. No paraba de acariciarme la espalda para tranquilizarme, pero no podía. Cuando por fin pude parar me eché a llorar. Jake puso cara de pánico.

- Eh, rubita, no llores en serio, por favor, ¿qué te pasa? - sonaba desesperado.

- No lo sé - respondí entre sollozos - Creo que debería irme a dormir, estoy agotada - no había acabado la frase cuando Jake ya me había cogido en brazos. Me llevó sin dificultad hasta nuestra habitación y me tumbó.

- Voy a acabar de cenar y a recogerlo todo. Mañana desayuna sin falta eh. Por si cuando haya vuelto ya estás dormida, buenas noches - y me dio un beso en la frente. Aún me daba vergüenza que me viera en esas condiciones.

Better than revengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora