ANNA POV
Llevábamos un mes viviendo en nuestra nueva casa. Todos nuestros amigos y familiares más próximos se habían pasado a verla. Jake y yo adorábamos nuestro hogar y nos encantaba pasar tiempo en él.
- San Jacob, ¿puedes hacer la cena hoy? - le pedí cuando me dejé caer en el sofá. Había tenido un día muy duro en el trabajo, eran las nueve de la noche y acababa de llegar. Jake llevaba ahí ya un par de horas, había entrenado a las cuatro y el partido era dentro de dos días.
- Como me vuelvas a llamar así, duermes en la calle - me amenazó.
- ¡Eh! Eso sólo lo puedo decir yo - reclamé.
- Anda calla, ¿qué quieres de cenar? - me preguntó suavizando el tono.
- Quiero... una hamburguesa enorme con bacon y queso(*multimedia*).
- El día que engordes todas las guarradas que comes tendremos que adaptarte las puertas para que puedas pasar - bromeó.
- ¿No te han dicho nunca que es peligroso para tu integridad física bromear con el peso de una mujer? - le dije levantando una ceja.
- Ni que me diera miedo una enanita como tú - se rió de mí.
- Bueno, ves a hacer la cena mientras yo te bajo cojines al sofá, hoy duermes aquí.
- Como te gusta el drama eh... teniendo tres habitaciones más me vas a hacer dormir en el sofá... Tendrás notícias del míster y de mis abogados - me dijo yéndose hacia la cocina contorneando exageradamente sus caderas.
- Venga guapa, que tengo hambre - reclamé entre risas.
Me di la vuelta, apoyé mi cara en un cojín y puse la televisión. Me estaba quedando dormida cuando me llegó el mejor olor del mundo. Abrí los ojos de golpe y vi a Jake con dos platos en la puerta de la sala de estar.
- A ver, la bella durmiente, ¿vienes a cenar o no? - me preguntó sonriendo.
- Ya voy princesa - le contesté animada. No había nada mejor que ir a casa después de trabajar.
Puse la mesa mientras Jake se sentaba.
- ¿Cómo ha ido hoy en el trabajo?
- Muy bien, lo que significa demasiada cosa que hacer - suspiré.
- Ya te he dicho miles de veces que si quieres dejarlo, yo puedo mantenernos a ambos.
- No seas anticuado Jake, me gusta mucho mi trabajo, simplemente me agota, pero es lo más normal del mundo, no te preocupes - le dije dándole un beso mientras dejaba en la mesa un vaso para él. Me senté en el sitio de enfrente y empezamos a cenar.
Llevaba tres bocados de mi hamburguesa cuando noté mi estómago contraerse. Las náuseas iban en aumento.
- Rubita, ¿estás bien? - me preguntó Jake preocupado. Negué con la cabeza y en menos de un segundo ya lo tenía a mi lado. Me puse poco a poco de pie y salí corriendo.
Estaba en el baño vomitando y Jake me cogía el pelo. No paraba de acariciarme la espalda para tranquilizarme, pero no podía. Cuando por fin pude parar me eché a llorar. Jake puso cara de pánico.
- Eh, rubita, no llores en serio, por favor, ¿qué te pasa? - sonaba desesperado.
- No lo sé - respondí entre sollozos - Creo que debería irme a dormir, estoy agotada - no había acabado la frase cuando Jake ya me había cogido en brazos. Me llevó sin dificultad hasta nuestra habitación y me tumbó.
- Voy a acabar de cenar y a recogerlo todo. Mañana desayuna sin falta eh. Por si cuando haya vuelto ya estás dormida, buenas noches - y me dio un beso en la frente. Aún me daba vergüenza que me viera en esas condiciones.
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Better than revenge
Teen Fiction"- Jake, es que es muy difícil esconder mis sentimientos... - dije con voz pastelosa acercándome aún más a él. Noté por el rabillo del ojo que todos nos miraban. Cuando estaba a pocos centímetros de su boca paré en seco y cambié la cara y el tono...