ANNA POV
Lo único importante a destacar en ese tiempo que había pasado era el cumpleaños de Jake. Me rompí la cabeza para averiguar qué podía regalarle y que estuviera a la altura. Odiaba esas cosas, siempre con el miedo de decepcionar a la otra persona o que no sea suficiente, y encima con Jake era el doble de difícil porque el cabrón tenía dinero y podía comprarse todo lo que quisiera. Finalmente me decidí a regalarle una caja de los cinco sentidos en la cual había cinco regalos que representaban la vista (un cuadro con fotos nuestras de hacía años que aún conservaba, estúpida sentimental), el oído (el disco de su grupo favorito, Jet, en el que estaba la canción que cantó y bailó en mi habitación y en el baile), el olfato (la colonia que más le gustaba y nunca cambiaba, One Milion), el gusto (una cena en un restaurante ambientado en temas deportivos de Londres), y el tacto (un cartel que ponía "¿te valgo yo?"). Estaba muy nerviosa pues no sabía si le iba a gustar, pero al parecer le encantó.
Llevaba trabajando en la revista dos meses directamente después de haber acabado la carrera por lo que aún no había tenido vacaciones. El último viernes de julio el señor Austen se me acercó.
- Anna, ¿cómo vas? - me preguntó amablemente.
- Todo bien, ya estoy perfectamente integrada, me gusta el trabajo - sonreí, no podía haber pedido a un jefe mejor.
- Me alegro mucho. Durante el mes de agosto cerramos la empresa para dar unas pequeñas vacaciones a los empleados. Estoy seguro de que tú las ansías más que nadie - al sonreír se le acentuaron las arrugas del rostro.
- Muchísimo - estaba emocionada, no veía el momento de llamar a Jake para darle la noticia y proponerle un viaje a nuestro antiguo hogar para visitar a nuestras familias y amigos.
- Siento no haberte avisado antes, pero daba por hecho que todo el mundo lo sabía. Ahora iré a comunicárselo también a Zack. Estáis haciendo un buen trabajo - y se marchó.
Entusiasmada, acabé de trabajar lo que quedaba de jornada. Fui a despedirme de todos y a desear unas buenas vacaciones.
- Jake, Jake, Jake, Jake - canturreé cuando descolgó el teléfono.
- ¿Qué pasa rubita? - dijo riendo.
- Me han dado vacaciones, tú acabas pronto la temporada, ¿no? - estaba hiperactiva. Anna, cuantas veces te he dicho que no tomes café...
- Sí, la semana que viene tengo los últimos entrenamientos después del partido de mañana - dijo poco a poco procesando la información.
- Por Dios Jake que la rubia soy yo, no me jodas. ¿Tienes pensado ir a algún sitio? - le pregunté rezando internamente que me diera una negativa.
- No, a no ser que hayas hecho planes tú ya - ¡toma!
- Pues había pensado en ir una semana a algún sitio lejos de la ciudad y luego ir por casa a verlos a todos - esperaba que la idea le pareciera bien, sabía que les haría ilusión vernos juntos de nuevo y no cada uno por un lado, aún enfadados.
- Me parece bien, sé de un sitio perfecto que seguro que te gustará - estaba un poco decepcionada, pero bueno, igualmente íbamos a hacer ambas cosas igual.
- ¿Te vienes a casa ahora y lo hablamos o prefieres venir mañana con más calma y descansado?
- Esta noche está bien. Deja que coja un par de cosas para pasar ahí la noche y me pongo en camino - adoraba a Jake.
- Perfecto, hago algo de cena para cuando llegues - nos despedimos y colgamos.
Tres horas después Jake estaba ya en mi casa. Nos pusimos a comer y de mientras me explicó su plan.
- Tengo una casa en un pueblo muy "cuqui", Burford se llama. Está cerca de Oxford, y es un sitio tranquilo, pequeño, alejado, donde podremos olvidarnos de los periodistas y descansar - me convencía demasiado la idea.
- Está de más decir que acepto, ¿no? - dije sonriente.
Jake, hizo un par de llamadas, para que tuvieran la casa a punto para el lunes que nosotros llegaríamos. Me entusiasmaba la idea de ir a un sitio donde estaríamos los dos solos y tranquilos.
Rápidamente llegó el lunes, el día en el que nos íbamos a Burford. Me encontraba emocionada como una niña pequeña.
- ¿Lo llevas todo rubita? Eso es un pueblo y a parte de una panadería y una farmacia no hay nada más eh - el pueblo debía ser una monada. Jake me había prohibido totalmente buscar fotos en google, quería que fuera una sorpresa y sobretodo quería verme la cara.
- Está todo, lo he mirado tres veces papá - le dije riéndome de él.
- No me llames así - me miró avergonzado. Me puse de puntillas para darle un beso. Cargamos el coche con su maleta y las dos mías - No sé cómo he podido dudar de que lo llevaras todo, está claro que con dos maletas has debido de coger cosas hasta de más.
- Culpa tuya, he llenado la maleta de "por si acasos", me has metido el miedo en el cuerpo con tanta insistencia de que no me olvide nada - dramaticé mientras me sentaba en el asiento del copiloto y el cerraba el maletero.
- Siempre tan dramática rubia - suspiró e intentó disimular una sonrisa.
- Mira quién habla, anda vamos, no puedo esperar para ver la casa - estaba impaciente. Jake se rió.
- Vale va, duérmete si quieres, cuando estemos llegando te despierto, tenemos una hora y media de viaje, no es mucho pero así puedes descansar algo - sospesé la idea, no quería dormir pero si lo hacía ni me enteraría del trayecto.
- Bueno, intentaré dormir va - me acomodé en el asiento y cerré los ojos. Escuché como Jake ponía el CD de Jet que le había regalado para su cumpleaños y sonaba Are you gonna be my girl a poco volumen. Con miles de recuerdos inundando mi cabeza me quedé dormida.
- Rubita, ya hemos llegado, si no te despiertas ya te llevaré en brazos y te perderás las vistas - el cabrón me conocía muy bien y sus palabras hicieron que abriera los ojos de golpe. Pestañeé varias veces hasta que mi vista se acostumbró a la luz.
Pensé que estaba soñando. Una enorme casa, una piscina gigante y un jardín inmenso se encontraban delante de mi (*multimedia*). Era todo precioso y mágico. Podía decir sin lugar a dudas que si alguna vez había imaginado la casa de mis sueños, era así.
- Es impresionante Jake - dije aún anonadada.
- ¿En serio te gusta? - sonrió orgulloso.
- ¿Estás de broma? Es perfecta, no entiendo por qué no vives aquí.
- Básicamente porque es mi espacio de retiro, no me gustaría que lo... corrompieran, por decirlo de alguna manera. Es demasiado tranquilo y pacífico. Además, está muy lejos del campo del Liverpool - se encogió de hombros. Entendía lo qué quería decir.
- Bueno, ¿y me la vas a enseñar? - pregunté expectante.
- Soy tu guía personal rubia, vamos - me abrazó por detrás y me obligó a avanzar.
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Better than revenge
Teen Fiction"- Jake, es que es muy difícil esconder mis sentimientos... - dije con voz pastelosa acercándome aún más a él. Noté por el rabillo del ojo que todos nos miraban. Cuando estaba a pocos centímetros de su boca paré en seco y cambié la cara y el tono...