Llegamos y vemos a Gabe levantando unos ladrillos, lleva una musculosa negra que deja ver un tatuaje enorme de una batería en su hombro derecho. Nuestras miradas se dirigen a Ally que está roja como nunca y no podemos contener la risa.
- Chicas, no las oí entrar. – Exclama haciendo fuerza. – Disculpen, termino con esto y las saludo.
Las tres asentimos mientras Lucy y yo todavía no podemos contener las carcajadas y recibimos dos golpecitos de Ally.
Tom aparece cargando dos baldes de pintura, lleva una musculosa de Green day que muestra sus trabajados brazos, jeans ajustadísimos negros, converse negras y en su pelo se ven algunas mechas rubias.
- ¡Que bueno que llegaron! – Exclama sonriente – Estamos con muchísimo trabajo porque mañana en la noche hay una fiesta para recaudar fondos para la escuela ¿Sabían?
- No, nadie nos hablo de una fiesta. – Digo interesada.
- Vamos a hacer una fiesta para poder terminar de comprar las cosas que nos faltan. – Dice entusiasmado.
- Íbamos. – Lo interrumpe alguien y esa voz ya me hace rodar los ojos. – Llegó la fraternal fan de Pokemon.
- También es un placer volver a verte, galaxia. – Digo exagerando una sonrisa con intensión. Me guiña un ojo y sonríe. Lleva una remera blanca lisa larga, unos jeans ajustados negros y zapatillas negras.
- ¿Por qué íbamos? – Pregunta Tom intentando ignorar que Dylan y yo no nos toleramos.
- Porque nadie pudo conseguir un DJ que quiera venir sin cobrarnos nada. – Dice encogiéndose de hombros. – Vamos a tener que suspender todo.
- Pero ya tenemos las entradas vendidas, a la gente citada, el salón de abajo acondicionado. – La tristeza de Tom es evidente.
- ¡Tengo una idea! – Grita Lucy haciéndonos sobresaltar a todos. Toma su celular y se aleja un poco de nosotros. La vemos gesticulando y una vez que cuelga se acerca otra vez. – No hay nada que suspender, un amigo va a venir a pasar música y no va a cobrarles nada.
- ¿Es en serio? – Pregunta Tom sonriendo con una felicidad indisimulable. - ¿Eres la mujer maravilla o algo así? ¿Cómo lo conseguiste?
- Es en serio, no creo ser la mujer maravilla y lo conseguí porque es un amigo que me debe varios favores. – Dice orgullosa y nos mira a nosotras dos, que a su vez, la miramos atónitas. – Kieran.
- ¡Oh, claro! – Exclamo. – Kieran es un gran chico, no me sorprende que no tenga problemas en ayudar.
- ¿Es seguro entonces? – Pregunta Tom y Lucy asiente. – ¡Muchas gracias, Lucy! ¡No sé como agradecerte esto!
Para sorpresa de todos, Tom abraza a Lucy muy fuerte y ella se deja abrazar sin mucha resistencia.
- Gracias, de verdad. – Dice Dylan y por primera vez lo veo tímido.
Lucy hace un gesto como diciendo que no es nada y nos ponemos a trabajar cada uno en lo suyo. Apenas entro al salón que tengo que terminar de pintar, escucho los pasos de Dylan acercándose y me apuro a ponerme los audífonos. Cuanto menos lo escuche hablar, mejor. Hoy no es un día para soportarlo.
Entra y apenas me ve bailando y cantando al ritmo de New Americana de Halsey, niega con la cabeza y sonríe. Me exaspera.
- ¿Hay algo que te cause gracia que quieras contarme así podemos reírnos los dos, galaxia? – Pregunto sacándome un auricular.
- Estoy sorprendido, eso es todo. – Dice levantando los brazos en señal de rendición.
- ¿Sorprendido de qué? – No lo soporto pero la curiosidad me gana.
- No sólo que una chica de fraternidad puede ser fan de Pókemon sino que también tener buen gusto musical. Remera de Arctic Monkeys y escuchando a Halsey, me sorprendes Liz. – Dice aplaudiendo.
- ¿Qué es lo que te sorprende si ni siquiera me conoces? – Pregunto ya exasperada.
- Cuanto a que puedo hablarte de tu vida sin siquiera conocerte hace mas de un día. – Me desafía y yo lo invito a hablar. – Vives en una fraternidad con otras diez o quince chicas ya que un dormitorio en la universidad no está a tu altura, tus papis van a pasar los fines de semana en su mansión en las afueras, tienes un novio que se llama Bruce o William, no soportas ensuciarte y los chicos como yo somos basura para una chica como tú.
Cuando por fin termina de hablar, me sorprende una enorme angustia me sube por el pecho y las lágrimas están a punto de salir. Salgo corriendo antes de darle el gusto y me encierro en el baño. ¿Este idiota no sabe absolutamente nada de mí y se cree con el derecho de juzgarme? Después de unos minutos me tranquilizo, me seco las lágrimas y decido que no voy a darle el poder de ponerme mal así que regreso al salón.
Me mira como si quisiera decirme algo pero no le doy oportunidad al ponerme los auriculares e ignorarlo el resto de la jornada. Cuando llega el momento de irnos, saludamos a los chicos amistosamente y prometemos no faltar a la fiesta de la noche siguiente. Me alegra un poco que el día siguiente de trabajo no sea encerrarme en ese salón con ese idiota, sino que dedicarnos a preparar todo para la fiesta. Las chicas me preguntan como estuvo todo con el idiota y yo solo me encojo de hombros. No pienso darle importancia al episodio de hoy.
- No tengo idea de que ponerme para la fiesta. – Se sincera Lucy. – Creo que si me pongo alguno de mis vestidos favoritos sería como echarles en la cara lo que yo tengo y ellos no.
- Buen punto. – Dice Ally. – Tendremos que optar por algo mas sencillo.
- Tranquilas chicas, esta es mi área, ya saben. – Digo guiñándoles un ojo. – Yo las ayudo.
- Bendita seas, Elizabeth Parker. – Bromea Lucy.
Al día siguiente siento una enorme ansiedad porque las clases se pasen rápido. Por suerte no me cruzo con Miles en todo el día y el dolor empieza a hacerse un poquito más llevadero. Cuando por fin termino con mis responsabilidades universitarias, me dirijo a la casa para empezar a pensar que voy a ponerme. Me encuentro con Lucy y Ally esperándome en la puerta de mi habitación cargando cada una con un montón de ropa.
- Ok, creo que las opciones van a ser varias. – Digo entre risas y ellas asienten. Entramos y dejan sus opciones en mi cama. – A ver qué es lo que tenemos aquí.
Después de un largo debate, Lucy opta por un top negro liso, shorts de cuero negros, medias negras y botitas negras y blancas. Ally, por un vestidito floreado con botitas marrones y yo me decido por un vestido azul sin espalda, medias color piel y botitas negras.
- ¿Estás segura de que esto no es mucho, Liz? – Pregunta Lucy y yo asiento. – Okay, confío en ti.
Doblamos y guardamos nuestras elecciones en nuestras mochilas, nos ponemos ropa cómoda y partimos para la escuela. Apenas llegamos, nos encontramos con Kieran instalando todo, los chicos adornando el salón y otros chicos y chicas que no conocemos. Gabe nos indica en que podemos colaborar y nos ponemos en marcha.
Cuando se hacen las ocho de la noche y falta media hora para que la gente empiece a llegar, vamos a cambiarnos a los baños de arriba.

ESTÁS LEYENDO
Opuestos.
Novela JuvenilVidas que a primera vista parecen totalmente diferentes. Egos que chocan desde el primer día. Corazones que laten igual.