El resto del día lo pasamos recorriendo y conociendo, entre otros, a mis amados personajes de Star Wars con los que no pierdo oportunidad de sacarme una y mil fotos. Emir se pone como un niño al ver a los protagonistas de los clásicos de Disney.
Cuando empieza a caer el sol, vamos a cambiarnos y a prepararnos para la cena y luego el desfile de princesas de Disney que finalizará con fuegos artificiales, estoy ansiosa y entusiasmada.
Emir y yo entramos en nuestra habitación y él se deja caer en la cama, agotado. Yo saco dos vestiditos de mi bolso y se los muestro.
- ¿Cuál de los dos? - Pregunto simulando que modelo. El se encoge de hombros, se acuesta y se pasa un brazo por atrás del cuello. - ¿Qué sucede?
- ¿Puedo preguntarte algo y prometes no enfadarte? - Pregunta haciéndome señas con la mano de que me acueste a su lado. Eso hago. Me recuesto con la cabeza en su pecho y lo escucho con atención. - ¿Es absolutamente necesario bajar a cenar esta noche?
- ¿Y eso por qué? - Pregunto recostándome de costado, apoyando la cabeza en mi mano.
- Estoy muy cansado, princesa. Ademas quisiera un rato para nosotros solos. - Suspira.
- Oh, es que... es la primera noche aquí, Emir. - Me aflijo. - ¿Recuerdas que fui a hablar con Brandon? Ha preparado una sorpresa para Miles y quiere que estemos ahí.
- ¿Estemos? - Pregunta. - No creo que le haga mucha diferencia el que yo esté o no esté, si casi no me conocen.
- No digas eso, sabes que Miles te aprecia y mucho. - Intento insistir porque realmente quiero que esté conmigo esta noche pero vuelve a suspirar y ya lo conozco lo suficiente como para saber que esta es una batalla perdida. - No bajes si no quieres pero yo tengo que estar allí. Espero que lo entiendas.
- No hay problema, yo me quedaré aquí descansando un poco. Me duele la cabeza. - Se pone de pie para ir al baño. - Pero no hagas nada que no me gustaría que hicieras.
- Tonto. - Digo lanzándole una almohada con forma de caracol. Él se ríe y cierra la puerta.
Me recuesto en la cama y veo un mensaje de Dylan preguntándome como va todo. Jamás he sabido mentirle así que le digo que podría ir mejor. Cuando me pregunta a que se debe, le cuento que Emir no está con muchas ganas de socializar y que tendré que bajar a cenar sin él, lo cual me angustia. No me responde más, por lo cual supongo que estará ocupado y el vacío en el pecho se acrecienta aún más. Siento que a pesar de hacer todo por estar bien con Emir, siempre hay una especie de barrera que no me deja llegar a él del todo y me desespera no poder hacer más.
Cuando sale del baño, me voy a duchar, me pongo mi vestido azul con medias negras, zapatillas blancas y campera de jean y ya estoy lista para bajar. Lo saludo con un tierno beso en los labios y apenas cierro la puerta de la habitación, escucho como se pone a ver la tele.
En el pasillo me encuentro con Lucy que lleva un top negro, calzas de cuero negras y botas del mismo color. Acaba de terminar de hablar con sus padres, quienes están encantadísimos con Harry y le pidieron que vayan a visitarlos apenas volvamos del viaje.
- Me alegro que hayas encontrado a alguien que cubra sus necesidades. - Bromeo y ella rueda los ojos.
- ¿Estás bien, Liz? - Pregunta conociéndome mejor casi todos. - ¿Y Emir? ¿No está listo aún?
- Emir no va a bajar a cenar. - Digo sin mucho lugar a que me hagan mas preguntas.
- ¡Ah! Ahora entiendo. - Dice como pensando en voz alta.
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Opuestos.
Novela JuvenilVidas que a primera vista parecen totalmente diferentes. Egos que chocan desde el primer día. Corazones que laten igual.