Treinta y nueve.

64 3 0
                                        


- ¿Quién toca a esta hora y de esa forma? - Pregunto asustada mientras él se levanta de un respingo.

- No sé pero por favor, quédate aquí. - Susurra y yo asiento temblorosa.

Lo escucho bajar por las escaleras, preguntar quién es y abrir la puerta. Mi mente y mis oídos se preparan para escuchar una discusión pero sólo oigo susurros. Unos cinco minutos después, Emir vuelve a subir con una sonrisa pacífica en el rostro.

- ¿Qué sucedió? - Pregunto confundida.

- Era un viejo amigo, no sabía que estábamos aquí y pensó que éramos intrusos – Se encoge de hombros para quitarle importancia. - Volvamos a descansar, mira la hora que es.

- ¿Seguro? Prométeme que no me estás escondiendo nada. - Me doy cuenta de que lo digo en un tono mucho más amenazante del que quería así que lo abrazo. - No quiero que te metas en más problemas, eso es todo.

- Todo está bien, princesa. - Dice y me da un beso en la punta de la nariz. - Lo prometo.

Volvemos a dormirnos y luego de un descanso reparador, estamos listos pars otro día mas. Desayunamos en la sala mientras Emir toca Mutlu Sonsuz y yo disfruto de su compañía y su talento.

Al mediodía vamos a comer al puerto y lo pasamos realmente increíble. Nos tomamos muchas fotos e incluso encontramos una de esas cabinas para fotos instantáneas en las que nos tomamos unas cuantas fotos haciendo morisquetas ridículas. Automáticamente se convierten en mis fotos favoritas y las guardo en mi billetera para llevarlas conmigo a donde vaya.

- ¡Oh por dios! - Exclama Emir mirando la tirita de fotos.

- ¿Qué sucede? - Pregunto entre risas.

- Eres horrenda. - Bromea poniendo cara de disgusto. - Eeeew.

- ¿Y tu te viste? - Saco la lengua fingiendo rechazo.

- Ven aquí, maldita. - Me toma de la cintura y me atrae hacia él. - ¿Podemos detener el tiempo y quedarnos aquí por siempre?

- Eso me gustaría muchísimo. - Suspiro. - Pero tu tienes que volver a trabajar, no lo olvides.

- Y tu a estudiar. - Retruca y yo no puedo evitar mirar al suelo. - ¿Qué sucede, Liz? Sé que algo ocultas y sé que Luke te llamó anoche porque lo vi en los registros.

- Bueno, voy a decírtelo pero promete que no vas a enojarte ni a empezar a decir que es tu culpa ¿Bien? - Lo miro a los ojos y el asiente lentamente. - Me quitaron la beca universitaria.

- ¡¿QUÉ?! - Se indigna. - ¿Cómo pasó?

- Por mis faltas, pero lo solucionaré apenas volvamos. - Me apuro al ver la expresión de culpa en su rostro.

- Todo por mi culpa, lo sabía. Sabía que solo iba a destruirte. - Dice pasándose las manos por el pelo una y otra vez. - Tienes que dejarme, Liz. Esta misma tarde te conseguiré un boleto para que vuelvas en el primer ferry que haya.

- ¿¡Qué dices!? - Exclamo. - No iré a ninguna parte. Te dije que voy a solucionarlo. No digas estas cosas.

- No hago mas que arruinar y destruir todo, lo siento tanto. - Dice por poco echándose a llorar. - Lo siento, lo siento tanto.

Yo lo observo sin entender nada de lo que está sucediendo.

- Emir, tranquilo. - Digo tomándolo por el rostro con ambas manos. - Todo estará bien ¿Confías en mí?

- No confío en mí. Te estoy arruinando la vida. - Vuelve a pasarse la mano por el pelo pero esta vez me atrae hacia él y me abraza. - Lo siento mucho.

Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora