Veintidós.

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Cuando llego al departamento de Luke y él me abraza me echo a llorar como una bebé. Después de que el pobrecillo tenga que preguntarme más de cinco veces que es lo que esta sucediendo, le cuento y él solo suspira.

- Gracias por permitirme quedarme aquí, en serio. - Digo aún abrazándolo.

- No hay problema, hermanita. - Dice sonriéndome. - Eso sí, debes saber que no vivo solo.

- ¿QUÉ? - Grito de una forma que debe haberme escuchado todo el vecindario.

- No, vivo con ella. - Dice señalando su habitación. - ¡Petunia, ven aquí!

- ¿Petunia? ¿Qué clase de nombre es Petunia? Luke me debes muchas explica... - De repente soy interrumpida por una hermosa y regordeta perrita mix de bulldog y terrier en tamaño XL. - Eres un idiota.

- ¡Deberías haber visto tu cara! - Exclama entre risas.

- ¿Así que esta es Petunia? - Digo con voz infantil mientras la acaricio. - Es preciosa.

- Lo sé, la adopté ayer y quería sorprenderte. - Dice poniéndose en cuclillas para acariciarla mientras ella le regala unos cuantas lamidas en el rostro.

El resto de la noche la pasamos conversando, jugando en el suelo con Petunia que a pesar de no ser tan cachorrita tiene una energía inagotable y es una dulzura y nos vamos a dormir recién casi a las cuatro de la mañana. Luke me ha cedido su cama pese a mi negativa y él duerme en el sillón para que "yo pueda estar más cómoda" según sus palabras.

Cerca del mediodía, Luke me despierta porque tiene que ir a hacer unos trámites al centro. Yo tengo que ir al departamento a buscar ropa para la fiesta de ésta noche y sinceramente espero no encontrarme con nadie. No tengo energías para discutir.

Pongo la llave en la puerta con cuidado y cuando no veo a nadie en la sala de estar, me siento aliviada. Entro a mi habitación y siento a alguien detrás de mí, cuando giro y me encuentro con Ally simplemente decido hacer como si nada.

- ¿Has decidido ignorarme por siempre? - Pregunta cruzándose de brazos, recostando el hombro contra el borde de la puerta.

- Para nada. - Digo en tono desinteresado.

- Oh, ya veo. - Se da media vuelta para irse pero se detiene de repente. - No entiendo que sucede contigo.

- Yo soy la que no entiende que sucede contigo. - Retruco mientras busco algo para ponerme en la fiesta lo más rápido que puedo.

- Mira, realmente lo siento si te ofendí con lo que te dije de Emir, lo siento de verdad. Pero no podía creer como estabas defendiendo a Gabe después de todo lo que ha hecho. - Ally intenta contener las lágrimas y yo no puedo ser indiferente a eso.

- Ally, sabes que para mí eres una hermana. Nos conocemos desde siempre y siempre hemos sido brutalmente sinceras una con la otra ¿Verdad? - Pregunto y ella asiente. - No me gusta Sebastian, hay algo en él que no me gusta para nada. Pero si te hace feliz a ti, no voy a decirte nada más. Sólo ten cuidado, no quiero que salgas herida por nada del mundo.

- Creeme que tienes un concepto sumamente equivocado con respecto a él, es un poco brutal en la forma de decir las cosas pero tiene un buen corazón, tienes que conocerlo un poco más, eso es todo. - Sonríe y yo me guardo lo que pienso. Asiento y ella me abraza, haciendo las paces. - Y ahora dime ¿Que vas a usar esta noche?

Pasamos unas dos horas eligiendo su ropa y la mía y cuando llega Lucy, se contenta al vernos siendo las mismas de siempre. La ayudamos a elegir también a ella y unas cuántas horas después, estamos listas para la fiesta.

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