Cuarenta.

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- ¿Te despertó mi teléfono? - Pregunta quitándomelo de las manos, apurado.

- Si. - Lo miro con desconfianza y sé que el lo nota.

- Este Sebastian que no entiende de horarios. - Sonríe exageradamente.

- ¿Y desde cuando eres amigo de Sebastian? - Pregunto sentándome en la cama.

- No somos mejores amigos pero últimamente nos hemos llevado bastante bien. - Se encoge de hombros.

- No me habías comentado nada. - Insisto y él vuelve a hacer el mismo gesto. - Ok, claramente no quieres contarme. Buenas noches.

Me tapo con las sábanas, dándole la espalda. Emir intenta abrazarme y lo hago a un lado. Suspira y vuelve a dormir.

Al día siguiente me despierto sola. Me sorprendo y me asusto al no encontrarlo a mi lado hasta que veo una notita en mi mesita de noche "Estoy trabajando en el barrio, ultimando detalles. Por favor cuéntame que sucede en la universidad. Te amo – Emir"

Suspiro, está claro que hay algo que me está ocultando. Espero que Ally tenga respuestas. Llego a la universidad y los chicos ya me están esperando allí con café de starbucks.

- Tu capuccino favorito. - Dice Lucy pasándome un vasito con mi nombre y se lo agradezco. - ¿Estás bien?

- A veces creo que realmente eres capaz de leerme la mente. - Digo entre risas. Decido que no quiero ocultarles lo sucedido y les comento acerca del mesnaje de Sebastian a la madrugada.

- ¿De Sebastian? - Pregunta Ally. - ¿Mi Sebastian?

- ¿Conocemos a algún otro? - Pregunta Miles entre risas.

- ¡Si! - Exclamo. - El tuyo.

- ¡Que raro! - Dice poniéndose seria. - No me ha comentado nada.

- Bueno, ahora a concentrarse en esto. - Lucy nos empuja dentro del edificio.

Nos anunciamos en la sala de espera de la oficina del Decano y la secretaria nos pide que esperemos.

- Luke me prometió que estaría aquí y que luego iríamos a almorzar juntos. - Digo mirando a todos lados.

- Es Luke. - Me tranquiliza Miles. - Quizás entendió otra cosa.

Quince minutos de espera eternos después, puedo pasar a la oficina. Los chicos se ponen de pie detrás de mí pero la secretaria de cara larga, los detiene.

- Solo la señorita Elizabeth Parker. - Sentencia recibiendo muecas y un fuck you a escondidas de parte de Lucy.

El Decano Sawyer. Un tipo de no más de cincuenta años, de tez tostada, pelo oscuro con algunas canas, alto y buen mozo, con sonrisa de publicidad.

Me pregunta acerca de mi situación y se sorprende para bien al ver mis notas anteriores ya que si bien nunca fui una alumna de diez constantes, no me ha ido nada mal.

- Señorita Parker, sinceramente no encuentro un motivo razonable por el cual no permitirle continuar sus estudios aquí ya que ha sido una excelente alumna. - Dice acomodándose la corbata y sentándose del otro lado del escritorio. - Pero tampoco puedo pasar esta situación por alto, como si nada hubiera pasado.

- Entiendo. - Digo un poco decepcionada.

- Así que vamos a intentar llegar a un acuerdo ¿Bien? - Dice sonriéndome con empatía. - Lamentablemente no puedo volver a otorgarle la beca completa pero lo que puedo ofrecerle es media beca, a cambio de que no vuelva a tener ninguna falta y que a lo largo de la semana entrante, se presente a rendir las dos materias que tenía pendientes.

- ¡Por supuesto! - Exclamo entusiasmada. Si bien tendré que conseguir algún modo de pagar la mitad de la cuota, debo admitir que pensé que sería mucho peor. - ¡Muchas gracias por la oportunidad! Prometo hacer las cosas bien esta vez.

- Eso espero, de otra manera me vería en la obligación de no permitirle continuar sus estudios aquí. - Dice poniéndose de pie y estirando su mano para saludarme formalmente.

Salgo y veo a los chicos expectantes. Apenas les cuento, gritan y celebran. Salimos de allí antes de ser asesinados por la secretaria y lo primero que hago es llamar a Emir, quien se pone feliz por mí y propone celebrar esta noche jugando a los bolos en el nuevo lugar que abrieron a unas cuadras de nuestro departamento. Los chicos se entusiasman con la idea al instante.

- ¿Así que a partir de mañana ya puedes volver? - Pregunta Ally.

- Si, ya no puedo volver a ausentarme y tendré que esforzarme mucho para aprobar esos dos exámenes. - Suspiro. - Pero bueno, podría haber sido mucho peor.

- Ni que lo digas. - Miles se pone una mano en el pecho fingiendo estar horrorizado.

- Bueno, ustedes vuelvan a clases y los veré esta noche. - Los saludo uno por uno con un beso en la mejilla. - ¡No olviden traer a sus chicos!

No hago una cuadra antes de recibir un mensaje de Luke, pidiéndome perdón por haberse quedado dormido y prácticamente exigiéndome que vaya a su departamento. Cuando respondo positivamente se alegra y se despide diciendo que va a despabilarse con una ducha, yo le "agradezco" la información y me subo al coche camino a su hogar.

Cuando Luke abre la puerta, Petunia me recibe alegre moviendo el rabito y sácando la lengua. Abrazo a mi hermano y un instante después estoy en el suelo jugando y siendo aplastada por su mascota gigante y adorable.

- Sabes que creo que Petunia sabe que eres su tía. - Dice tan serio que tengo que contener la risa.

- ¿Tú crees? - Pregunto siguiéndole la corriente.

- Hey, es en serio. - Dice poniéndose en cuclillas para acariciarla. - No suele ser tan amable con otras visitas.

- Debe ser porque no le gusta competir con otras razas. - Ironizo y él se queda mirándome sin entender. - A las zorras me refiero.

Luke se echa a reír y me abraza.

- Te extrañé tontita. - Dice tomando una foto de los dos para Instagram en la que él saca la lengua y yo ruedo los ojos fingiendo estar harta. - Sabes que odio esto porque sé que no soy nadie para entrometerme en tu vida pero necesito entender que está sucediendo.

- Lo sé. - Admito cabizbaja. - Creeme que no hay nada que me gustaría más que pudieras entender.

En ese momento suena el timbre y Luke me anuncia que ha pedido sushi. Baja a recibir el pedido mientras le hago un chiste sobre lo bien que debe estar ganando en Wayfair.

Nos sentamos en los sillones, en compañía de Petunia que nos observa desde el suelo jugando con un peluche que antes de ser masacrado por ella, era de Star Wars.

- Antes de que digas algo, tengo que decirte algo muy, muy importante. - Dice serio como nunca lo vi. - Encontré a papá.

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