Dos.

196 9 0
                                    


- No van a volver ¿verdad? – Pregunta Miles arrugando la nariz adorablemente y entrecerrando los ojos. Yo me echo a reír y niego con la cabeza. – Lo supuse.

Se hace un silencio un tanto incómodo y sé que si no le digo lo que siento pronto, alguna zorra que tiene ganas de encontrar a algún chico para pasar la noche va a adelantarse una vez más. Los dos abrimos la boca para decir algo al mismo tiempo y nos reímos. Miles es tan jodidamente adorable que cada vez que ríe literalmente puedo sentir dolor.

- Ok, soy un caballero. – Dice invitándome a hablar primero.

- No es nada del otro mundo, Miles. – Digo aún entre risas. – Sólo iba a preguntarte si ya tenías compañero o compañera para hacer el trabajo de economía.

- ¿En serio, Liz? – Pregunta riendo a carcajadas. - ¿Vamos a hablar de trabajos universitarios en una fiesta?

- ¿Por qué no? – Digo encogiéndome de hombros. – No tenemos que ser como el resto.

- Buen punto. Y no, no tengo compañero ni compañera. Supuse que cierta persona que nunca aprendió a dividir por dos cifras iba a necesitar de mi ayuda. – Dice refiriéndose a mí y sonrío con cada parte de mi rostro. – Podemos empezar el lunes.

- El lunes está bien. – Intento controlar mi felicidad pero me resulta imposible.

- ¿Esa sonrisa se debe a estudiar economía? – Pregunta bromeando. – Siempre supe que en el fondo eras una nerd, Elizabeth Parker.

- ¡Callate! – Exclamo aún sin poder dejar de sonreír como idiota. Sé que es el momento. Ok, voy a decirle todo. Es ahora o nunca. – Miles, yo... hay algo que quiero decirte hace un tiempo.

- ¿Y qué esperas? – Me mira sonriendo y expectante.

- Ok, la verdad es que hace rato que yo estoy... ¿Cómo decirlo? Estoy...

En ese momento se siente un portazo fortísimo y gente gritando y corriendo para todos lados. Miles se pone de pie y me toma de la mano por instinto protector.

- ¡Llegó la poli! – Grita alguien.

- Tenemos que irnos, Liz. Ahora. – Dice mirándome a los ojos.

- No puedo irme así, necesito encontrar a las chicas. – Le ruego y el rueda los ojos pero asiente.

- Ok, vamos a quedarnos ocultos en la casita del fondo hasta que la locura se calme. – Dice caminando rapidísimo. – Quédate tranquila, estoy seguro de que tanto Kieran como Will saben ocultarse perfectamente. Los tres conocemos esta casa como si fuera propia.

- Eso espero. – Digo un poco asustada.

Un reporte policial sería fatídico en nuestro historial estudiantil. Y tanto Ally como yo, estamos becadas. Si somos descubiertas en una fiesta donde seguramente hay alcohol y drogas por doquier, estamos perdidas.

Nos quedamos en silencio, en un rincón de la casita donde evidentemente Ethan guarda las cosas pertinentes al jardín. No puedo evitar que se me escape una risita cuando Miles tropieza con una tijera de jardín y casi pierde el equilibrio.

Diez eternos minutos después, él me hace señales de que ya podemos salir y yo no dudo de sus palabras ni un instante.

- Lo siento por mi honestidad pero seguramente deben estar escondidos en alguna parte del piso superior. – Dice – Vamos a ver si están allí.

Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora