Mi celular vibra dentro del bolsillo trasero de mi jean, sobresaltándome. Veo el nombre de Dylan y decido ignorar la llamada en ese instante. Durante estos tres días he estado envíandole mensajes, tratando de conversar sobre lo sucedido porque me niego a perderlo y el simplemente me ha ignorado. Intenta llamarme dos veces mas y sigo rechazando las llamadas. Luego de unos diez minutos, me envía un mensaje: "Es sobre Emir. Por favor responde, es urgente." Me pongo de pie, asustada. Lucy pausa la película y a pesar de que me pregunta dos veces que es lo que sucede, inconscientemente la ignoro. Dylan vuelve a llamarme y lo que me dice, me hace tomar mis cosas y querer salir corriendo.
- Por favor, Liz. - Insiste Lucy. - ¿Qué sucede?
- Perdón, es que no sé bien todavía. - Digo apurada, poniéndome un saco. - Sólo entendí que Emir está detenido en una estación policial.
- ¡¿QUÉ?! - Exclama Ally.
- Vamos contigo. - Sentencia Sebastian. - Vamos en mi camioneta.
- No quiero arrastrarlos a esto conmigo, chicos. Voy en mi coche y mañana les cuento. - Digo abriendo la puerta de casa mientras ellos salen tras de mí.
- No es pregunta. - Insiste él y yo suspiro y asiento.
Veinte minutos después estamos en la estación que Dylan nos indica y nos encontramos con él, Tom, Gabe y otros muchachos que recuerdo de él día en que Emir se recibió.
- Bueno, ya es hora de irnos, llegaron los universitarios. - Ironiza Gabe.
- Hey, no es momento. - Susurra Tom.
- Yo me voy de aquí. - Insiste.
- Si quieres irte entonces hazlo, no eres el protagonista aquí. - Dice Sebastian. Gabe abre la boca para decirle algo pero se arrepiente.
- En serio que no es momento. - Dice Dylan.
- ¿Pueden dejar sus egos de lado y decirme donde está Emir? - Pregunto a los gritos.
- En serio chicos, que mal. - Dice Lucy negando con la cabeza.
Me canso de oírlos pelear y me dirijo hacia un oficial que está detrás de un mostrador. Ally y Lucy me acompañan. Le pregunto por Emir y me responden que está detenido por pelear en la vía pública y que sólo por ésta vez y por no tener antecedentes, puede salir pagando una multa de 200 dólares.
- ¡Mierda! - Exclamo exasperada, a punto de echarme a llorar. - ¡No traje nada de dinero!
- Tranquila. - Dice Ally. - Algo tengo que tener aquí.
- No, chicas, por favor. - Dice Sebastian apareciendo detrás de ella. - Yo tengo aquí.
- ¿Seguro? - Pregunto y el asiente. - Te los devuelvo apenas tenga mi bolso encima. En serio, muchísimas gracias Sebastian.
- Eres el mejor. - Dice Ally y él la besa.
- Suficiente. - Dice Gabe en un tono suficientemente audible para todos. - Me voy de aquí. Emir ya es grande y yo no soy niñero de nadie.
- Lo siento por Gabe, es un idiota a veces. - Dice Dylan esquivándome la mirada constantemente mientras Tom y Gabe se van sin decirnos ni adiós ni nada. - Puedo quedarme aquí si lo necesitan.
- Puedes hacer lo que tengas ganas, Dylan. - Digo como restándole importancia. - Total esa es tu forma de hacer las cosas ¿Verdad? Vas por la vida haciendo lo que a ti te plazca.
Los chicos se quedan atónitos ante mi respuesta y Dylan está a punto de decir algo pero es interrumpido por los pasos de Emir, acompañado de un oficial de policía. Cuando me ve, su rostro demuestra tanta vergüenza que literalmente me provoca dolor físico. Tiene el rostro un poco herido y los puños de las manos llenos de sangre y lastimados.
Cuando por fin lo dejan ir, corre hacia mí y me abraza echándose a llorar mientras me pide perdón una y otra y otra y otra vez.
Ya en la camioneta de Sebastian, mas calmados y apretados, intento averiguar que sucedió para que su día termine así pero evita responder a toda costa. Cuando le digo entre susurros que Sebastian ha pagado su fianza, asiente lentamente.
- ¡Hey, muchas gracias! - Exclama dándole unas palmaditas en la espalda al novio de mi amiga desde el asiento de atrás.
- No es problema, amigo. - Dice Sebastian sin quitar la vista del camino. - Ahora solo relájate y descansa con tu chica.
Ally lo mira con admiración mientras se hace un silencio ya que nadie sabe bien que decir. Yo apoyo la cabeza en el hombro de Emir y él pasa su brazo por mi hombro, abrazándome por el costado. Sólo suena la radio de fondo hasta que los ronquidos de Harry nos hacen reír a todos. Las risas son aún mas fuertes cuando se despierta de golpe debido a nuestras carcajadas. Sebastian nos deja en casa y nos bajamos mientras saludamos y agradecemos a todos.
- ¡¿No piensas decirme que sucedió?! - Exclamo apenas cierro la puerta de casa. - Bien, entonces no me dirijas la palabra en absoluto.
- Elizabeth, princesa... - Intenta decirme pero lo interrumpo.
- Mis mejores amigas y sus parejas han hecho todo por nosotros dos esta noche ¿Crees que ellos tampoco merecían una explicación de por qué terminaron la noche en una comisaría? - Insisto. El intenta abrazarme pero me alejo. - Hasta que no te decidas a decirme que sucedió, no me hables ni te acerques a mí.
Emir suspira dejándose caer en el sillón y por fin, comienza a hablar.
- Sólo quería ganar algo de dinero. - Dice avergonzado. - Estamos a punto de cumplir cinco meses y jamás he podido regalarte nada importante. Solo cartas y cosas hechas a mano, quería por una vez regalarte un anillo, un collar, algo. Entonces me enteré que en mi barrio otra vez estaban organizando estas peleas a cambio de dinero y lo sé, me equivoqué al mentirte y decirte que me quedaría en lo de Nora pero realmente quería sorprenderte.
- Emir... No... - Lo interrumpo pero el pone el dedo índice sobre mis labios.
- Sólo quería darte algo, no sé... valioso. - Dice suspirando. - Pero te decepcioné otra vez.
Yo solo lo abrazo mientras el se refugia en mi pecho.
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Opuestos.
Teen FictionVidas que a primera vista parecen totalmente diferentes. Egos que chocan desde el primer día. Corazones que laten igual.