Treinta y dos.

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- ¿De verdad está todo bien? - Pregunta mientras entre los dos terminamos de lavar los platos.

- Si, Emir. - Suspiro entre risas. - ¿Por qué?

- Desde que vinieron las chicas te noto un poco rara. - Insiste.

- Es simplemente que odio cuando intentan ser mis madres en vez de mis amigas. Eso es todo. - Me encojo de hombros. - Sólo porque un día haya faltado a clases no me hace la peor alumna de la historia.

- ¡Claro que no! - Ríe. - ¡Ven aquí!

Emir me estrecha entre sus brazos haciéndome suspirar. Nadie mas que nosotros podemos entender la relación que tenemos. Lo importante que es para mí el poder verlo sonreír así. Su teléfono suena, rompiendo nuestro abrazo. Él lee un mensaje y se le dibuja una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿A qué se debe tanta alegría? - Pregunto intentando ver.

- ¿Recuerdas que me dijiste que era hora de que comience a usar el estudio? - Se entusiasma y yo asiento. - Bueno, me puse a conversar con un compañero de clases y quiere que comencemos un proyecto juntos para el barrio donde me críe ¿No es genial? Si presentamos planos suficientemente buenos, vamos a recibir la financiación necesaria.

- ¡Absolutamente genial! - Exclamo. - ¿Cuando comienzan?

- Mañana tendría que encontrarme con él y empezar a pensar que hacer. - Dice mientras se dirige al estudio y yo lo sigo atrás emocionada por verlo tan entusiasmado y positivo. - ¿Te gustaría acompañarme?

- ¿Mañana? - Pregunto y el asiente como un niño pequeño, rápidamente y con los ojos bien abiertos. - Oh... Es que mañana tengo que presentarme si o si en la universidad o perderé la materia y recién podría volver a cursarla el año que viene... Pero si todo va bien puedo acompañarte otro día ¿Verdad?

- Eh... Claro. - Su decepción es palpable. - Por supuesto. Voy a ducharme y luego iré a acostarme.

Lo veo desaparecer en el baño y me desplomo en el sillón. Tener que elegir entre Emir y mis estudios se ha convertido en una batalla diaria que él viene ganando con comodidad. Para colmo, me llega un mensaje de Luke preguntándome si mañana nos gustaría ir a Wayfair a celebrar su cumpleaños. Perfecto, casi olvido el cumpleaños de mi hermano. Le respondo que por supuesto que sí, sin dudarlo.

El rostro decepcionado de Emir no abandona mis pensamientos. Es su primer proyecto importante desde que terminó de estudiar y quiero ayudarlo a estimularse, a que empiece a ver las cosas con un poco mas de optimismo. Intento llamar a Miles pero no responde. Le envío un mensaje pero por las dudas y muy a mi pesar, marco a Ally.

- Ally – Susurro para que Emir no escuche. - Necesito pedirte un favor inmenso.

- ¿Qué tienes planeado hacer y por qué susurras? - Pregunta entre risas.

- Sé que te prometí que mañana iría a clases pero algo realmente importante ha surgido y no podré ir. - Suelto y sin poder verla, sé que está molesta. - Necesito que encuentres a mi profesora de Sociedad y le digas que por favor me de una prórroga.

- Elizabeth, sabes que no estoy de acuerdo con esto. - Dice de muy mala manera. - Así que espero que tengas una buena excusa.

- Mira, Ally. - Me tomo unos segundos antes de seguir hablando. - Realmente nunca me he preocupado por ningún chico de esta forma. No sé como explicarlo... ¿Recuerdas el día en que lo conocimos? ¿Cómo sonreía?

- Lo recuerdo. - Admite.

- Quiero verlo sonreír así otra vez, Ally. - Susurro intentando contener las lágrimas. - Y mañana tiene un día muy importante. Quiero estar con él, por favor. Prometo que después de mañana todo volverá a la normalidad. Es sólo por esta vez.

- Mmm. Que sepas que en serio es la única vez. - Suspira. - Ademas tener que soportar a tu profesora de Sociedad dándome sermones es algo que venía evitando desde hace varios meses ya.

- Eres la mejor. - Digo sinceramente. - ¿Lucy está muy enfadada?

- Ninguno de nosotros está enfadado contigo, tonta. - Se ríe. - Estamos preocupados por ti.

- Juro que estoy bien. De hecho mañana es el cumpleaños de Luke... - Desvío el tema.

- ... Y lo celebra en Wayfair. - Me interrumpe entre risas. - Lo sé. Él mismo se está encargando de invitar a todos sus conocidos. Tu hermano es de película.

- ¡Creeme que lo sé! - Exclamo echándome a reír. - Nos vemos mañana en la noche entonces.

- Mas te vale. - Dice y cuelga.

Sonrío y niego con la cabeza.

Me dirijo a la habitación y veo a Emir sonriéndome con una paz en los ojos que es contagiosa.

- ¡Tengo una sorpresa para ti! - Exclamo acostándome a su lado y pegando mi nariz con la suya.

- ¿Quieres casarte conmigo? - Pregunta dejándome pasmada. Él se echa a reír con ganas y yo cada vez estoy mas desencajada. - No me refiero a ahora, me refiero a algún futuro. Sé que todavía no es momento.

- ¡Ay Emir que preguntas haces! - Exclamo entre risas. - Y yo que venía orgullosa a decirte que mañana puedo acompañarte.

- ¿De verdad? - Pregunta acercándome aún más a él. Yo asiento y me da un tierno y delicado beso en los labios. - Gracias.

- Gracias a ti por dejarme acompañarte. - Digo devolviéndole el beso.

Un rato después, cuando se hacen las 00:00, llamamos a Luke y lo saludamos por su cumpleaños. Nos cuenta que Petunia preparo una torta deliciosa y nos repite que nos espera en la noche para celebrar en Wayfair. Luego ponemos la alarma en su móvil y nos vamos a dormir.

Siete horas después, estamos desayunando en la terraza mientras Emir me cuenta acerca de sus planes y proyectos. No entiendo casi nada pero me transmite su entusiasmo. 

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