Lunes. ¿A quién le gustan los lunes? A nadie. Era el peor día de la semana, porqué era como si el ciclo sin fin se volviera a repetir, hasta el viernes. Todos los esfuerzos que hacemos en la vida, para acabar bajo tierra. Que sentido tiene todo.
Salí de casas sin ánimos de hacer nada.
Cuando llegué al instituto las clases habían empezado hace 10 minutos, y por suerte me dejaron pasar con la excusa de que había ido al médico. Lo sé, la típica excusa que pone todo el mundo, pero te aseguro que cuando están 30 personas más una señora grande chochona que se supone que es tu profesora de latín, mirándote, no se te ocurre ninguna otra cosa.
El timbre de media hora de descanso sonó por fin. Recogí mis cosas dejándolas en la taquilla. Cogí dinero para comprarme algo de almuerzo y bajé las escaleras. Pero una mano rodeó mi muñeca tirando muy fuertemente de mí a la vez que tapaba mi boca. Intenté chillar pero ya estábamos fuera del pasillo. Pegada al pecho de alguien, podía sentir su corazón latiendo contra mi espalda. Me estaba empezando a sofocar, ¿me estaban secuestrando? Empecé a patalear pero esta vez me cogió de las piernas, como un príncipe coge a una princesa. Entonces fue cuando lo vi a él sonriendo como un estúpido. Y fue en ese momento que mi cuerpo se relajó completamente, mi corazón dejó de bombardear rápido para irlo a un más. Pero no por el hecho del pensamiento de un posible secuestro. Por el hecho de que era él quién me había cogido.
Me mordí el labio para no sonreír. No me podía mostrar dura durante un día y sensible el otro. No. Nos encerró en una habitación estrecha, donde se encontraban varios productos de limpieza. Me soltó de sus brazos para dejarme delicadamente en el suelo. Clavé mi mirada en sus ojos, quemándolos por dentro. Estaba furiosa, mucho. Así que de alguna manera iba a desahogarme, y empecé a darle golpes fuertes en el pecho, que para él, eran como plumas cayendo del cielo.
-Estúpido, idiota, egocéntrico, gilipollas, chuleta, engreído, imbécil.-cada palabra que salía de mi boca, un sabor de mentira las acompañaba. Zayn podía ser todas esas palabras, a la vez que podía ser todo lo contrario.
-Eh, princesa. –agarró mis muñecas medio carcajeando para que parara. ¿Princesa? ¿Eso des de cuándo?
-No, Zayn. Estoy harta de todo esto. Estoy harta de que siempre te quieras salir con la tuya, pues solo informarte de que esta vez no va a ser así.-mis duras palabras afectó su perfecto rostro, haciendo que me soltara als muñecas.
-No lo hagas más difícil Kate…-musitó seco.
-¡Aquí el que lo hace difícil eres tú! ¿Es que no lo entiendes? El otro día te dije que no quería hablar contigo, y ahora estás insistiendo.
-Si insisto por algo es porqué de verdad me importa.
Esas pocas palabras atravesaron mi pecho con fuego, como si se tratara de un tatuaje. ¿Estaba insinuando que le importaba? Sí. ¿Pero…debería creerle? Miré a sus ojos, y luego a mis manos, y luego otra vez a sus ojos. Parecía estúpida.
-No te importo una mierda.-dije las palabras antes de que fueran pensadas por mi mente. La acababa de cagar. El carcajeó irónicamente mirando a otro lado, mientras negaba con la cabeza. Paró en seco su estúpida sonrisa irónica para acercarse a mí de tal manera que estábamos a unos escasos centímetros.
-Tienes razón Kate Willow, no me importas una mierda.- esas palabras me dolieron más de lo que quería. Una lágrima cayó de mis ojos.-por eso no quiero que ningún tío se acerque a ti, por qué me mata por dentro, por eso cuando sonríes el mundo se para, pero ¿sabes que es lo mejor? Cuando el motivo de esta sonrisa soy yo. Me acuerdo cuando te vi el primer día-carcajeó-ibas con esos calcetines de cada color, hundida en tus pensamientos. Era inevitable no decirte nada. O cuando ese capullo, ¿Cómo se llamaba?
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Trust Me- [Zayn Malik] ACABADA
RomansaKate era una chica normal, con una vida normal. Tenía su vida planeada, con su mejor amiga. Pero…el destino decide jugar en su contra. ¿Qué pasa cuando unos ojos color caramelo se clavan en los suyos, sintiendo cosas que jamás había sentido? Se odi...