♤ Dieciséis ♤

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Ingresaron al aula en un silencio algo tenso y se sentaron juntos. Jimin observaba atentamente al mayor, esperando que dijera algo. Yoongi no se sentía del todo bien. Inseguridades y fantasmas del pasado, volvían.

La campana sonó, en señal de término del receso. La profesora ingreso a la sala, cerrando la puerta tras de sí.

Yoongi, qué ocurre ¿te sientes enfermo? Estas pálido...más de lo normal.

Jimin entregó un papelito con el mensaje. Yoongi mantenía un semblante serio y demacrado.

No es nada Jiminnie. Es solo que me sentó fatal el hecho que alguien se metiera en mis cosas.

Lo sé...es una mierda. Moveré mis contactos y veré si averiguo algo ¿está bien?

No Jimin. Ya te dije que no te involucraras.

Jimin empuño una mano al leer la respuesta.

Lo haré, y tu no me lo impedirás. Punto.

Yoongi rodó los ojos.

Has lo que quieras, pero te aviso que nada bueno saldrá para ti. Me lavo las manos desde ya.

Jimin sonrió victorioso. Yoongi volvió a rodar los ojos, pero esta vez sus labios se estiraron, casi imperceptiblemente. en una pequeña sonrisa.

¿Quieres mandarinas? Volví a traer un montón.

-La pregunta ofende, mocoso. -Yoongi susurró sobre el odio del menor, logrando erizar su piel.

El menor ordenó las cosas en la mesa, de modo que hiciera la mímica de estar prestando atención. Con cuidado sacó cuatro mandarinas de uno de los bolsillos de su abrigo y las comenzó a pelar, sobre sus piernas, con una rapidez y habilidad asombrosa, mientras se aproximaba mas a Yoongi, fingiendo que ambos leían el párrafo en el que la profesora estaba.

El aroma cítrico de la fruta comenzó a salir y Yoongi se puso nervioso. Estaba prohibido comer en clases.

Ese día, era el día de romper las reglas.

Jimin partió la mandarina en dos y le dio, muy suavemente, con el codo en las costillas a Yoongi, llamando su atención. El mayor le miró expectante. Jimin abrió su boca y el omega frunció el ceño. El alfa se indicó a sí mismo y luego a Yoongi, el aludido alzó las cejas y abrió la boca, sin comprender. El menor aprovechó la oportunidad e ingresó la mitad de la jugosa fruta en la boca del omega. Yoongi abrió los ojos cómicamente, al tiempo que masticaba con las mejillas llenas. Jimin se llevó la otra mitad a la boca. Ambos parecían Hámster, tratando de masticar y tragar, sin ser descubiertos.

Pasaron la hora comiendo y riendo disimuladamente. Guardaron las cascaras en sus bolsillos. Yoongi tocaba con mucho cuidado al tomarlas, ya que estaban en una zona muy comprometedora del alfa.

El mayor miraba fijamente mientras Jimin terminaba de sacar los restos de evidencia delictual. No sabía en qué momento el menor había guardo la fruta en sus bolsillos, pero estaba agradecido. Jimin era tan atento como Hoseok, y eso contrario a incomodarle, le agradaba. Cada gesto, lograba entibiar su corazón. También, al fin sabía quién era el culpable de sus dolores estomacales, debido al hambre, a mitad de las clases.

En el receso se limitaron a seguir jugando con el celular de Jimin. Ambos hablaban fuerte y reían con ganas. Yoongi era un asco en esa clase cosas, y el menor no perdía oportunidad para burlarse.

🍃Bliss🍃《Omegaverse-Jimsu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora