♤ Cuarenta y Seis ♤

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El día estaba helado, digno de la estación de invierno; dejando las ventanas empañadas con el calor que se formaba dentro del autobús. Escribiendo su nombre y el de Jimin rodeados por un corazón, Yoongi se sonrojó al verse siendo todo un cursi.

Un suspiro quedó atrapado en su garganta cuando recordó a su nadador y la linda sonrisa con la que lo despidió.

La música continuaba sonando sobre sus oídos y su mente vagaba entre el sueño y la conciencia, dejándolo grogui; sin embargo, despertó cuando su estómago hizo un ruidoso alboroto. Llevaba una hora y media viajando y no había comido nada desde que se levantó, pues temó marearse con el viaje. Sus manos buscaron en sus bolsillos hasta dar con aquello que su nadador había dejado para él.

Jiminnie, Jiminnie, Park Jiminnie.

Yoongi sonrió en tanto recordaba la cara de travesura de Jimin cuando sacó tres chocolates de sus bolsillos y los comenzó a dejar en los de Yoongi, quien se había negado, iniciando así una guerra inmadura e infantil, donde terminaron besándose, riendo sobre los labios del otro, con sus frentes juntas, el aire helado salió como vaho, compartiendo el momento en una cercanía intima. Sus manos se unieron, entrelazando los dedos, mientras que Yoongi había llevado su otra mano desocupada, gracias a que el nadador llevaba cabestrillo, para dejarla sobre la nuca del menor y atraerlo lo suficiente como para rozar sus narices.

No se habían despedido con palabras, limitándose a besarse suavemente y observarse fijo, hasta que el autobús que lo llevaría hasta Daegu, apareció.

Desenvolviendo la barra de chocolate, sonrió antes de morderla y masticarla, jamás dejando de sonreír.

Incluso si no estas aquí, me cuidas, mocoso.

El viaje de tres horas se le hizo eterno, pues luego de comer dos de los tres chocolates, no pudo volver a dormir, concentrándose en lo que sería su fin se semana.

Ansiedad, miedo, nostalgia, emoción, eran algunas de las emociones que recorría su torrente por solo pensar en volver a reunir a su pequeña familia.

Familia que solo unos meses atrás estaba completamente destruida.

Sé que...sé que estaría feliz, mamá. Creo que ahora todo estará bien ¿no?

Tomando su celular, buscó entre las fotografías, observando aquella que le había tomado a la imagen que tenía colgada en la pared. Era su familia hace casi tres años. Su corazón latió dolorosamente al saber que jamás podría volver el tiempo atrás y disfrutar un último abrazo de su madre, un beso y una mirada que le dijera que todo iba a estar bien.

"Yonngi-ah, no seas tan mal humorado y dame una mano ¿quieres?" Su madre le había dicho con una sonrisa, aun cuando apenas respiraba y sus ojos apagados, se desvivían por mantenerse abiertos "Ámalos como yo lo hago y cuídalos ¿si?. Yoongi-ah, tu eres mi más grande orgullo, hijo. En ti me reflejaré, mi pequeño bebé precioso. Mi tiempo fue limitado, pero tú me dejarás ir sabiendo que los ayudaras ¿no? Mamá te lo pide por favor"

Su madre le había hablado entre susurros, apretando sus manos, sonriendo cuando Yoongi fruncía el ceño, enojado porque ella se fuera.

Espero estar haciéndolo bien mamá.

Con su vista en el cielo encapotado, su corazón rogó que en donde quiera que su madre estuviera, pudiera descansar como ella tanto anhelaba.

🐾🐾

Un latido tras otro, parecía que el corazón iba a escapar de su pecho.

La adrenalina, como pequeños pedazos de hielo, rasgaban su espina, dejándolo paralizado.

🍃Bliss🍃《Omegaverse-Jimsu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora