Marvel One Shots

Steve Rogers

Título: Some Love.
⚠️: Ambientado en los 40's, Smut.

Mis tacones resonaban por el pasillo, caminaba a una importante junta con Stark. Bueno según el era importante y su definición de importante es Raquel pásame ese pedazo de metal.

—Buenos días, Raquel —Howard me saludó.
—Hola, Howard —sonreí.
—Tú capitán te está esperando —una risa se formó en mis labios y caminé hacia la oficina.

Entre en la oficina, Steve estaba de espaldas.

—Es bueno saber que regresaste —dije.
—No fue mucho tiempo —respondió con recelo— El trabajo es trabajo, ¿no? —Steve se levanto, y yo me aleje de él.

Estaba enojada porque había dicho que regresaría hace 3 semanas y hasta ahora se aparece, creí que estaba...dios...no puedo ni pensarlo.

—Me tengo que ir —dije antes de romperme frente a él.

Me di la vuelta, pero la mano de Steve se posó en mi brazo y me acerco a él. Me abraza y las lágrimas amenazan con salir.

—Te extraño. Y es por eso que jamás te pondría en peligro. Eres lo único que tengo. Lamento no haber llamado, escrito, pero no podía ponerte en peligro.

Steve levanto mi mentón con su dedo y me hizo mirarlo, sus ojos azules poseían un brillo hermoso, sus labios se acercaron a los míos y se unieron en un beso.

—Te extraño, por favor, quédate —Steve me miró, sabía que no se podía quedar, pero no perdía nada con intentarlo.
—Pronto me quedaré contigo, lo prometo.
—Te amo... —le dije sin más, nunca se lo había dicho.
—Raquel, te amo mucho más —me volvió a abrazar y nos quedamos ahí por unos minutos.

Esa misma tarde, Steve, se fue. Tenía otra misión, cada vez que se iba un poco de mi corazón se marchaba con él, solo esperaba que regresara a casa, a salvo.

[***]

Pasaron ya 2 meses desde que no veo a Steve, mi cuerpo y mi alma me piden a gritos un poco de él. Las cosas se están poniendo feas, he estado escuchando tantas cosas sobre Hydra y Cráneo Rojo, tengo tanto miedo. No podría seguir sin Steve. El es el amor de mi vida.

Camino hacia la oficina de Howard, otra vez, es la tercera vez en el día, y es muy molesto que me necesite todo el tiempo.

—Se que estás enojada, solo tengo que decirte algo —crucé mis brazos y lo mire.
—Steve, regresó, está en una base de los Estados Unidos, llegará aquí en unas horas. Tienes el resto del día libre —me acerqué a el y bese su mejilla.
—Gracias —él asintió y salí de la oficina.

Llegue al departamento que comparto con Steve, tome algo de lencería, me la puse y encima puse un vestido negro con puntos blancos, unos tacones rojos y mis labios haciendo juego con ellos. Escuche la puerta y corrí hacia ella. Steve entro con su traje militar y una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola, amor —me dijo.

Lo abrazó y él me toma de la cintura y después me besa. Sus labios estaban tibios, su lengua entro en mi boca y una guerra comenzó en pocos segundos.

—Te prepare la cena —Steve me sonrió.
—Espero que la cena seas tú, si no estaré muy triste —lo mire y lo volví a besar.
—Ven aquí —dije sin pensar y salte sobre él.

Me besó, rodee su torso con mis piernas y el me sostenía. Caminó hasta el dormitorio y me recostó en la cama.

—Raquel, te amo —dice mientras sonreí.

Me beso fugazmente y empezó a quitarse la ropa, me levante y me acerqué a el, acaricie sus brazos, su pecho, su abdomen. Su piel se erizaba a mi tacto.

Hizo que me diera la vuelta y bajo el cierre del vestido, lento. El vestido cayó a mis pies y solo posaba la lencería que había escogido con cuidado en la tarde. Aún de espaldas el desabrocho el sostén, cayó. Me hizo girar hasta verlo a los ojos.

—Eres hermosa —asegura.

Me atrajo hacia él y me besó, acariciaba mi espalda y pronto lo que restaba de ropa yacía en algún lugar de la habitación.

Estaba acostada y el estaba encima mío, sus labios recorrieron mi clavícula y después mis pechos. Su lengua viajó por mis pezones y sus manos acariciando mis muslos, podía ver el cielo en sus ojos.

—Hazme el amor —asintió y separó mis piernas, entro en mi y un mar de exitación se desató en mi cuerpo.

Lento, entraba y salía de mi, mis manos recorrían su espalda y cada minuto sus labios se posaban sobre los míos. Steve gemía, sus embestidas se hicieron más fuertes, mi cuerpo se contrajo y me corrí y segundos después el también lo hizo. Me tape con las sabanas blancas y él se acostó a mi lado.

—Steve, prométeme que nunca me dejarás, por qué sin ti...no tengo nada —Steve me miraba.
—Raquel, te prometo que nunca te voy a dejar y siempre voy a estar aquí para ti —sonreí y me acosté sobre su pecho.

Esperaba que cumpliera su promesa. Esperaba que al final tuviéramos un "felices para siempre". Yo quería estar a su lado, toda mi vida.

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Lamento no subir Shot estás semanas😔
Mañana subiera el "regalo de la semana"
Dedicado a:Serratos99  espero que te guste y gracias por leer💜