Marvel One Shots

James (Bucky) Barnes - Steve Rogers III

Título: Through the garden gate, every night that summer just to seal our fate.

Habían pasado dos días de aquella noche en que una vez más te habías entregado al deseo, realmente sabías que tener a ambos era imposible, que no podías permitirte seguir de aquella forma. ¿Qué se supone que debes hacer cuando quieres a dos personas?

—Hey.

James entra al baño mientras estabas terminando de vestirte, te mira con una sonrisa cálida en el rostro.

—Te extraño —pronuncia dejando pequeños besos en tu nuca.

Acaricia tus curvas y sonríes ante su tacto, pero mientras disfrutas de sus caricias la imagen de Steve aparece en tu mente y abres los ojos con rapidez, tu corazón palpita con fuerza.

—Yo también —dices alejándote un poco, James te mira confundido.
—¿Esta todo bien? —pregunta sosteniéndote de la mano con suavidad, su tacto eriza tu piel.
—Sí —aseguras mientras te acercas y lo besas con cariño.
—Hace ya dos semanas que te noto extraña, sabes que puedes confiar en mi —asegura sonriendo.
—Lo sé —suspiras—, es solo que me he sentido mal.
—¿Físicamente? —asientes.

Pero en el fondo sabes que la molestia es emocional, que estás asqueada de tus acciones, porque ambos son maravillosos, y tú inhabilidad para escoger hace el proceso doloroso para los tres.

—Deberías ir con Cait.
—Lo haré —sonríes de lado.

[ 3 semanas después ]

—Steve —susurras a su oído mientras sus fuertes manos te sostienen de las piernas, las embestidas son fuertes, deja besos por tu cuello.
—No lo digas de nuevo —pide mientras muerde tu labio inferior, gimes ante tal acción.

Tú cuerpo está contra la puerta del gimnasio, en cualquier momento podría entrar alguien, pero poco importaba.

—No quiero parar —dices antes de besarlo con lentitud.

Sus caderas hacen movimientos lentos, tus paredes se contraen alrededor de él, se aferra a tu cintura y llega al orgasmo, muerdes tu labio y lo incitas a que entre más profundo y alcanzas el climax tu también.

—¿Segura? —pregunta con emoción en su rostro.
—Sí —respondes antes de abrazarlo.

Tu cabello aún está desarreglado, tu falta está muy arriba y tus bragas están en la mano de Steve, él por el contrario ya se recompuso, lo único que lo delata es el rubor en sus mejillas y su pelo desaliñado.

—¿Cuándo hablarás con él? —cuestiona mientras se inca y te ayuda a ponerte tus bragas de nuevo.
—Hoy —Steve asiente con preocupación.
—No puedo esperar más, lo estoy lastimando, yo se que siente mi distancia, que siente que ya no lo quiero —bajas la mirada— Nunca creí que podría amar a alguien que no fuese James, y menos a ti, pero aquel día en el departamento cuando me besaste, cuando me hiciste el amor, supe que nunca había deseado a alguien tanto como te deseo a ti cada vez que te veo.
—Yo me siento igual —toma tu mano— Jamás interferiría con la felicidad de mi mejor amigo, pero cuando me dijo que estaba enamorado de ti fue tan amargo el sentimiento, porque yo me sentía igual, también estaba enamorado de ti. Llevamos meses escondiendo esto —señala a ambos— y me carcome por dentro pensar que podría descubrirnos, pero me inquieta más que no lo haga y que sigas con él.
—Y nos escabullimos en la habitación del otro por meses solo para sellar nuestro destino —susurras antes de besarlo con cariño.
—Te quiero— confiesa.

Te toma de la cintura y te acerca a él, sus labios exploran tu boca, sus lenguas se entrelazan. Y de repente el aire se tensa, ya no están solos, escuchan la puerta del gimnasio cerrarse y se separan con rapidez.