Título: Our story
Hay veces que el amor acaba, que nada es suficiente para la otra persona, que aún cuando luchas simplemente nada resulta como quieres.
—Deberíamos... —Isabella asintió, sus manos temblaron y todo a su alrededor se movía.
—Darnos un tiempo —completó a Steve quien la miraba con tristeza.
—Nunca imagine que esto nos pasaría a nosotros, yo... —Isabella bajo la cabeza.
—No fue culpa de nadie, Steve.Steve la abrazó, los brazos de ella rodearon su cuello y supo que extrañaría cada parte de su piel, cada gesto de su rostro y el sonido de su voz.
—Superaremos esto —ella asintió.
Isabella recorrió el complejo, tocó las paredes de lo que ella consideraba su hogar, cerró los ojos y supo de inmediato qué tal vez sería imposible superar aquello. Que la pérdida de un bebé no es fácil y que se sentía vacía de muchas formas, más de las que podía explicar.
Mientras tanto Steve se aferraba a su almohada, quería detenerla, decirle que la única forma de superarlo era juntos pero ella ya había tomado una decisión, y esa decisión lo estaba matando.
Él también había perdido a su bebé, también estaba roto y parecería que ella solo se enfocaba en su propio dolor, no le reprocharía aquello, después de todo ella había sido la mujer que había cargado en su vientre a su bebé. No podría ni pensaba reclamarle nada.
La amaba tanto que lo único que podía hacer era dejarla superar lo que había pasado a su manera.
[ 4 meses después ]
Isabella estaba al otro lado del mundo, en Francia en una escuela de Historia del Arte donde estaba haciendo cursos para mejorar en su trabajo.
Mientras Steve estaba en el complejo con los demás vengadores, tratando de no sucumbir al dolor.
—¿Has sabido algo de ella? —Natasha le pregunto mientras se sentaba a su lado.
—No, solo se lo que todos los demás saben.
—Steve, te he visto con Sharon —dijo algo incomoda.— ¿pasa algo con ella?.
—No, claro que no —Steve aseguró.— es solo una amiga.
—Pues parece que ella quiere que seas más que su amigo —soltó algo enojada pues estaba segura de que Steve e Isabella debían estar juntos, son sus mejores amigos y no podría pensar en ellos separados para siempre.
—¿Enserio? —Steve preguntó.
—Sí— respondió.— Steve si piensas seguir adelante de esa forma...
—No, claro que no. Isabella es la única mujer que amo.Mientras tanto Isabella se encontraba en la institución esperando su certificado para poder regresar a Nueva York. Sentía emoción y algo de angustia, sus manos temblaban.
Recibió el certificado y camino hasta el hotel donde se estaba quedando, entró, tomó su maleta que había preparado en la mañana y le echó un último vistazo a la habitación que la había acompaño en su depresión, recordó las noches que no pudo dormir y también los días en que quizo llamar a Steve y decirle que fuera por ella; se aferró a la manija dorada en su mano, cerró los ojos, en ese momento dejaba ir su pasado y aferraría a su futuro.
Cerró la puerta blanca, camino por el pasillo mientras sus tacones resonaban por todo este, las paredes blancas y el lugar frío, un sentimiento de tranquilidad la llenó por completo. Estaba lista, podía por fin seguir adelante.
[***]
—¡Ya viene! —gritó Tony mientras acomodaba el cartel de bienvenida que había puesto en la sala.
Todos se escondieron y esperaron a que el elevador abriera sus puertas. Steve no estaba, tenia una misión junto a Sharon y eso a Natasha le había molestado pero no podía hacer nada al respecto, solo quería estar en el complejo cuando su mejor amiga llegara.
El elevador llegó, las puertas se abrieron y apenas puso un pie afuera los demás gritaron y saltaron. Isabella se espantó al principio pero luego solo río, miro a todos y sonrió, las lágrimas llenaron sus ojos.
—Bienvenida —dijeron Clint, Tony, Natasha y Thor al unísono. Se acercaron a ella y la abrazaron.
—Únanse —les indicó a Peter y a Wanda. Ellos sonrieron.— los extrañé mucho.
—Vamos a comer —Tony propuso y los demás asintieron.La mayoría se fueron al comedor mientras Nat y Isabella se quedaron en la sala.
—¿Y Steve? —preguntó Isabella. Natasha la miro con decepción.
—Esta en una misión con Sharon —dijo enojada.
—Nat... —pronunció tratando de reprenderla.— él puede seguir adelante a su manera.
—No han pasado ni 6 meses...
—Lo sé —respondió triste—, pero yo fui quien lo alejó —bajó su mirada al suelo tratando de evitar que las lágrimas cayeran por su rostro.
—Te ama —afirmó Nat.
—Lo sé —dijo.[***]
Ya era de noche, la tarde entera Isabella había acomodado sus cosas en su antiguo cuarto, no el que tenía con Steve, más bien el cuarto que solía tener cuando estaba soltera.
Subió hasta la azotea donde sabía que podía encontrar una hermosa vista y un lugar tranquilo. Se paró al final de la cornisa, miro hacia abajo, nunca había pensado en algo así, jamás. Se aferró al borde, la pared quedaba por encima de su cintura y el aire jugaba con su pelo.
—Es una hermosa vista —Isabella pegó un pequeño salto, conocía esa voz— Me da gusto que estes de vuelta —Steve sonrío de lado.
—Me da gusta estar de vuelta —respondió triste, Steve se acercó más a ella.— Nat estaba molesta.Las palabras se escaparon de su boca, y no solo era Nat, también ella estaba molesta, más bien triste.
—Es bueno que sigas adelante, Steve —Steve asintió—, a mi me costo tanto poder hacerlo.
Las lágrimas llenaron sus ojos y junto sus manos.
—Me costo tu amor y me costo el amor que guardaba para mi misma.
—Isabella...
—Creí que no te merecía, que no merecía tener una familia y por eso el universo me había arrebatado todo —rompió en llanto.— Si tu eres feliz yo soy feliz.
—Te mereces mucho más de lo que tienes, nunca vuelvas a decir lo contrario. Nunca te he dejado de amar, nunca voy a poder seguir adelante si no es contigo, si no sostengo tu mano entonces estoy solo, si no estoy a tu lado entonces estoy completamente vacío.
Steve sostenía sus manos con fuerza, esta vez no dejaría que se fuera, no podía seguir sin ella, lo supo desde el principio.—Ojalá te hubiera detenido cuando te fuiste, ojalá pudiera haberte dicho que la única manera de superarlo era juntos, no había otra forma —inhala con dificultad.— Lamento haberte dejado ir.
Acarició su mejilla para después inclinar su cabeza y poder besarla, para poder poner de nuevo juntas las piezas de ambos.
—Te amo. Y jamás podré amar a alguien que no seas tú —Steve confiesa.
Isabella lo abrazo, se aferro a él y dejo que todo el dolor que había echado raíces en ella se disolviera, dejó que él tomara el control y la ayudara a sanar.
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Gracias por leer <3
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Marvel One Shots
FanfictionHistorias con tus héroes y villanos favoritos. ✨ Disfruta de ellas con un café, palomitas o pañuelos. 1M: 29/12/20 #2 en TODO ⚡️