Billy Russo

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Título: Love me like you do
⚠️: Smut
Dedicado a: winterfrost9

You're the light, you're the night, you're the colour of my blood, you're the cure, you're the pain.

Tal vez era lo que la atraía a él, saber que cada toque sería fuego puro, que nada podría compararse con esa sensación de estar al borde de la histeria, pasión desenfrenada que conlleva a un encanto casi maligno en su mirada.

—¿Así? —pregunta Billy mientras se hunde en ella con lentitud.

Ella asiente mientras cierra los ojos, cientos de sensaciones recorren su cuerpo entero. Billy por su parte se dedicada a recorrer con sus manos cada centímetro de ella, se detiene en sus caderas y ella abre los ojos para encontrarse con los de él aún más oscuros que antes, se inclina sobre ella para atrapar su boca en un beso que denota cariño, no pasión, sino una devoción.

—Billy...

Jadea cuando siente las embestidas ir más rápido, el miembro de él tocando ese punto donde su cordura no duraría más, se aferra a los hombros de azabache, gime en su oído.

—Hazme tocar el cielo —pide y Billy sonríe.

Después de horas finalmente ambos quedan agotados, la luz que entra por el ventanal los despierta y les tomó algunos minutos recobrarse.

—Hoy veo a Dinah —suelta Billy mientras mira a Lisa que lo ve con confusión.
—Ok, supongo que.

No quiere decirlo, sabe a que se refiere Billy, pero no puede hacer nada al respecto, por más que quisiera que la dejara de ver, no podía.

Lisa sabía que Dinah estaba enamorada de Billy y que el tener un caso abierto de terrorismo con uno de los clientes de Anvil era solo una excusa para tenerlo cerca, un caso de hace 3 años que de no ser porque Billy ya no quería seguir acostándose con ella, ese caso seguiría cerrado si Dinah no tuviera sospechas sobre ellos.

—No hay nada entre nosotros —asegura.

Pero tampoco había nada entre ellos, Billy se negaba a ponerle etiquetas a su relación, no porque no quisiera a Lisa, sino más bien porque tenía miedo de perderla, su reputación no era la mejor y haber trabajado para Rawlings había sido una tumba que en cualquier momento se haría más profunda.

—Ni entre nosotros —arrojó ella con enojo.
—Lisa —dice Billy en tono condescendiente.
—Está bien —dice cansada.— se que no puedes darte el lujo de estar en una relación con nadie.
—Lo siento —dice.

Lisa alza los hombros y se levanta de la cama para comenzar a recoger su ropa.

—Yo también —entra al baño y cierra para que Billy no trate de hablar con ella.

Sale después de algunos minutos y Billy se está vistiendo, lo mira y siente como su corazón se estruja.

—No tenias que cambiarte adentro —dice el con tono bajo.
—Lo sé, solo necesitaba algo de tiempo.
—Lo lamento —la mira y ella vuelve a alzar los hombros en signo de derrota.— Yo también quisiera que las cosas fueran distintas, pero no es así.
—Podemos intentarlo —pide con la voz entrecortada, totalmente expuesta.
—No, no podemos —asegura él.
—Eres un cobarde —arroja enojada.
—Es mejor que ya no nos sigamos viendo.
—¿Ahora harás lo que es mejor para los dos? —pone énfasis en la última palabra— No seas cínico, a pesar de todo yo he seguido aquí, pero tú no cedes, no puedes por un momento tratar de mejorar las cosas, solo te encierras en tu mundo —inhala—, en tu maldita burbuja, no puedo competir contra algo así.

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