Introducción

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Gastón Perida estaba por terminar sus estudios en el Blake South Collage, Argentina. Sus padres querían que estudiara medicina en Oxford, Reino Unido sin embargo sus planes eran diferentes, había encontrado al amor de su vida y no planeaba perderlo. Nina Simonetti, ese es el nombre de la chica que llego a cambiar su mundo, ella lo amaba y por eso quería lo mejor para él.

En secreto ella envió la hoja de inscripción de Gastón a Oxford, fue algo duro imaginar que ya no estaría más junto a ella, sin embargo lo amaba y parte de amar es hacer lo mejor para esa persona aunque se te rompa el corazón en el proceso. Las cosas iban bien entre ellos hasta que él se enteró que alguien había enviado la hoja de inscripción con su nombre y justo ahí fue donde comenzaron los problemas...

Gastón amaba a Nina, pero le dolió que ella no respetará su decisión de quedarse en Argentina e intentara alejarlo, para él era imposible perdonarla pese a que la amaba, así que le pidió un tiempo para pensar, un tiempo para decidir qué hacer con su vida... Sin embargo poco a poco la distancia entre ellos aumento, él no daba su brazo a torcer pues creía que ella lo había inscrito para alejarlo de su vida, mientras ella se alejaba para facilitarle la decisión de marcharse pues si ya no estaban juntos no habría nada más que lo atara a ese lugar.

Él por fin tomo una decisión y ella la respeto. No había nada más que hacer... al fin había llegado el momento.

Era un día gris, afuera llovía como si el cielo estuviera a punto de caer, al menos así era como ella lo sentía, sin importar el mal clima ella había ido al aeropuerto a despedirse de él. Gastón estaba de pie junto a Matteo y Ramiro a punto de subir al avión, él parecía triste, taciturno, ella sintió unas enormes ganas de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, dio un paso hacia él... Ella se acercó y lo beso, él solo la abrazó como si nunca quisiera soltarla, como si dejara el alma con ella.

Nina retrocedió y volvió a ocultarse, ese ya no era su lugar, pensó que podría soportar verlo partir, pero se equivocó, haber ido al aeropuerto había sido un error, no tenía nada que hacer ahí, ahora él tenía una nueva novia y ella sólo era parte del pasado, tenía que olvidarlo. Dio un suspiro largo y se preparó para marcharse. Esta era la despedida, la última vez que lo vería... volvió a mirarlo, tenía una débil sonrisa en su rostro y aún abrazaba a su novia, era suficiente, quería recordarlo así, feliz. Una débil sonrisa se formó en sus labios, se había terminado, era hora de partir. Se giró hacia la puerta y salió.

Gastón había estado mirando al suelo, se sentía triste porque debía marcharse y dejar a sus amigos y a la chica que amaba, sabía que era lo mejor, tenía que irse a alcanzar sus sueños aunque su corazón se quedara con ella... Alzó la vista y a lo lejos creyó verla... su pulso se aceleró, no podía ser, a estas horas ella debía estar en su casa mirando la televisión o algo, él no había tenido la decencia siquiera de avisarle que hoy se iba, sin embargo la sentía cerca. Se disculpó con sus amigos y se dirigió al lugar donde creyó verla, pero al llegar no había nadie. Su corazón se tranquilizó y su alma se quebró, la había soñado como siempre le pasaba desde que ya no estaban juntos, aunque intentara negarlo sabía perfectamente que aún la amaba. Bajo la vista desilusionado, nunca debió dejarla, la amaba. De pronto algo capto su atención, junto a su zapato había una pequeña medallita que reconoció al instante, se agacho a juntarla y la miro de cerca, era de ella lo sabía, ella había estado ahí, pese a todo había ido a despedirse de él, pero... dónde se había metido?

Estaba tan ensimismado que no se había dado cuenta que Matteo había llegado hasta él.

– ¿Vamos? – Pregunto Matteo

Gastón guardo al medallita en su bolsillo y trato de sonreír.

– Vamos.

Ambos se despidieron de sus amigos y abordaron el avión que los llevaría a su destino. Este era el momento, este era el comienzo de una nueva historia, ambos entraron al avión y tomaron asiento. Esta sería una gran aventura y qué mejor que compartirla con su mejor amigo Matteo, todo estaba en orden, o al menos casi todo... aún había una persona que le hubiese gustado que estuviera ahí, se recargo sobre su asiento y miro por la ventana, aún estaba lloviendo, era un día gris y triste, tal como se sentía él en este momento. El avión despego, pero su corazón no, miro por la ventana... ahí en alguna parte estaría ella, la chica que cambio su mundo, su vida, su todo. Nina

Empapada y con un poco de frío a lo lejos ella miraba el cielo, pudo distinguir en medio de las nubes grises el avión donde se marchaba Gastón, este era el final.

Empapada y con un poco de frío a lo lejos ella miraba el cielo, pudo distinguir en medio de las nubes grises el avión donde se marchaba Gastón, este era el final

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