Capítulo 4

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– Pero ¿estás seguro? – Pregunte asombrado, tenía mucho sin hablar con ella, ni siquiera tenía idea de qué estudiaba

– Completamente seguro – Sonrío Ramiro ante nuestro asombro – Ella misma me lo dijo.

Matteo y yo estábamos confundidos, ni siquiera habíamos escuchado algo al respecto y eso que Luna es una de sus mejores amigas y no le había dicho nada a Matteo, realmente no lo podía creer, me sentía feliz, aunque un poco desilusionado.

– Ahora entiendo tu sonrisa – Le dije con cierta envidia – Si hubiese sido Nina yo...

Me detuve en seco, llamarla por su nombre en voz alta se sentía tan raro, hace mucho que no hablaba de ella ni siquiera con Matteo. La sonrisa de Ramiro se borró lentamente al igual que la de Matteo. Ellos eran mis mejores amigos desde el Blake y sabían lo mucho que me dolía hablar de ella por eso me miraron preocupados.

– Yo... – Podía sentir como todos los recuerdos me llegaban de golpe, sentía como si el mundo se hubiese detenido, sentía un profundo vacío en el alma – Me tengo que ir.

Bajé la mirada al suelo y lentamente comencé a caminar, ¿por qué justo ahora me pasaba esto? Creí que ya era parte del pasado, en verdad deseaba olvidarla y todo iba bien con Marcia pero no era ella y nunca lo sería. Que patético, de seguro ella donde sea que este ni siquiera me recuerda, quizá ahora este con otro que la haga feliz y no soy yo. Cerré mis puños tratando de contener la rabia e impotencia que sentía pues sabía que ya no soy yo.

– Gastón... para – Grito una voz a mi espalda

Me detuve y mire atrás, Ramiro y Matteo venían corriendo hacia mi aún preocupados.

– Lo lamento – Se disculpó sinceramente Ramiro – No debí haber dicho nada, es que no creí que te pondrías así.

Tome un poco de aire intentando tranquilizarme, ellos no tenían la culpa, estas cosas no deberían afectarme, ahora entiendo por qué Luna y Matteo siempre se ocultan cuando hablaban de ella, no creí que me afectaría tanto, pero aquí estoy con el corazón hecho trizas.

– Descuiden yo solo... – sonreí débilmente mirando hacía mis zapatos.

– Descuida hermano – Dijo Matteo dándome un fuerte abrazo – Aquí estamos para lo que necesites.

Sonreí mientras Ramiro se acercaba y nos abrazaba a ambos, en verdad tenia a los mejores amigos del mundo, siempre estaban ahí para apoyarme, sabían cómo hacerme sentir mejor.

– Vaya... – dijo alguien detrás de mí – parece que me he perdido de algo

Me solté de su abrazo y gire mi mirada, y ahí estaba... Marcia la chica que me hacía olvidarme de todos mis problemas.

– ¿Qué tal amor? – dije con una débil sonrisa en los labios

Matteo y Ramiro se despidieron de ambos y nos dejaron solos.

– ¿Qué hacías con tus amigos amor?, parecían muy cariñosos

– Nada – Mentí – Solo cosas de chicos.

– Claro...

Ella sonrió y se acercó a mí, le devolví la sonrisa y la deje besarme, esa era la única forma de olvidarme de ella. Marcia coloco sus manos alrededor de mi cuello mientras yo colocaba las mías en su cintura, nada mejor para levantar mi ánimo que mi novia, esa chica comprensiva que me apoya en todo.

Después de todo las vacaciones estaban por llegar y serían asombrosas, Marcia y yo nos iremos de viaje junto a Matteo y Luna a una de las playas más hermosas de Reino Unido nada más y nada menos que a Weymouth Beach, así es... nos espera un gran viaje que me ayudará a despejar mi mente para después continuar estudiando.

 nos espera un gran viaje que me ayudará a despejar mi mente para después continuar estudiando

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Devuélveme el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora