Devuélveme el corazón

Capítulo 99

Aún no puedo creer que las vacaciones hayan terminado tan pronto, era una lástima tener que dejar Argentina y volver a Reino Unido, pero supongo que siempre podemos volver. Me acomode en el asiento y mire a Gastón que estaba a mi lado, él solo sonrió mientras tomaba mi mano.

La Roller Band y Jim se habían ido ayer, Ámbar y Delfi tuvieron que tomar su vuelo por la mañana y ahora era nuestro turno, Luna, Yam, Jazmín, Matteo, Ramiro, Juli, Gastón y yo volvíamos a Oxford, claro que no lo hacíamos solos, esta vez nos acompañaban los señores Perida y no solo ellos, mis padres habían decidido que querían conocer las instalaciones de la universidad así que nos acompañarían, la mamá de Gastón les ofreció asilo en su casa, así que no tenían que preocuparse por nada

Lamentablemente papá decidió sentarse junto a nosotros y cada vez que Gastón intentaba besarme él lo impedía, eso solo hizo más largo el viaje, así que lo único que pudimos hacer fue tomarnos de la mano. Al llegar a Inglaterra tomamos el tren para llegar a Oxford, por suerte esta vez papá no pudo sentarse con nosotros, así que nos pasamos todo el viaje abrazados.

Eran las 8:10 cuando llegamos a la universidad, mamá y papá se habían ido a casa de los padres de Gastón a descansar, no vendrían hasta la tarde. El campus poco a poco comenzaba a llenarse de personas, algunos venían más bronceados y se les veía más relajados, tomé mis maletas y me despedí de Gastón con un pequeño beso para después irme con las chicas a nuestros respectivos dormitorios, el viaje había sido largo y estábamos cansados, así que por ahora nuestro único plan era dormir lo más que pudiéramos. Al llegar a la habitación Luna y yo dejamos las maletas en un rincón y corrimos a dormir

Gire en la cama con la intención de seguir durmiendo, pero mi estómago me lo impidió, tenía hambre, me estire un poco reuniendo valor para levantarme, me puse de pie, tome algo de ropa y una toalla y me dirigí al baño, tomar una ducha siempre me ayudaba a despertar, me relaje al sentir el agua caer sobre mí y disfrute de una buena ducha. Cuando estuve lista salí del baño y seque mi cabello, Luna seguía dormida así que me dirigí a la cafetería por algo de comer, para mi buena suerte no había fila así que no tarde mucho en comprar algo para comer, eran las tres de la tarde

Tomé mi comida y me dirigí a una mesa vacía, apenas estaba acomodándome para comer cuando alguien me cubrió los ojos con sus manos

– ¿Quién soy? – Pregunto Gastón con una voz aguda

– ¿Luna? – Dije siguiéndole el juego

– Nop

– ¿Jazmín?

– Nop

– ¿Yam?

– No – Dijo algo fastidiado porque no adivinaba

– ¿Alex? – Dije con una sonrisa, sabía que eso lo molestaría

– ¿Es en serio? – Dijo molesto mientras retiraba sus manos de mis ojos

– ¡Gastón! – Sonreí pretendiendo estar sorprendida – Eras tu...

– Si, si – Dijo con el ceño fruncido – Era yo ¿por qué dijiste Alex?

– Era broma – Dije inocentemente – ¿Te molestaste?

– No, no... para nada – Evito mirarme – Puedes juntarte con quien quieras, ya sea Alex, Antonio...

Me puse de pie y me acerque a él, tome su rostro entre mis manos y lo bese, era tan lindo cuando se ponía celoso y más aún cuando trataba de fingir que no le importaba. Me aleje un poco y lo mire con una sonrisa, ya no parecía molesto

– Me llamo papá – Dijo mientras yo volvía a mi lugar – Y me dijo que tus padres estaban en camino

– ¿Tan pronto?

– Si – Sonrió – Quieren conocer todo el campus antes de que anochezca

– Bien – Dije rendida

Gastón fue a comprar algo de comer y se sentó conmigo, comimos juntos y después nos dirigimos a la entrada principal a esperar a mis padres, no tuvimos que esperar mucho ya que a los cinco minutos llegaron. Estuvimos dándoles un recorrido por todo el campus, desde la biblioteca hasta los salones, mamá insistió en que le mostrara mi dormitorio así que no me quedo de otra, por suerte Luna ya había despertado, así que me ayudo a mostrarles nuestro dormitorio asegurándoles que todo estaba en orden y siempre limpio, eso pareció tranquilizar a mamá

Todo iba bien hasta que por desgracia nos topamos con el doctor Wellington

– Señorita Simonetti – Dijo con una sonrisa – Señor Perdida – Esto era incomodo – Que alegría volver a verlos

– Sí, claro – Dijo Gastón con sarcasmo

– Mamá, papá – Dije mirándolos – Él es el doctor Wellington, mi maestro de Sociología jurídica – Él extendió su brazo y los saludo – Doctor Wellington, ellos son mis padres, Ana y Ricardo

– Es un gusto – Sonrió cortésmente mamá

– El gusto es todo mío – Esto era raro – Debo felicitarlos por tener una hija tan... inteligente

– Nina siempre fue así desde chiquita – Dijo papá orgulloso

– Pues hicieron un gran trabajo – Me miro con una sonrisa – Su hija parece ser buena en todo. Tiene muy buenas notas, está inscrita en un montón de talleres y aun así tiene tiempo para participar en proyectos complejos – Lo mire un tanto confundida – Debo admitir que es la mejor alumna que me he encontrado a lo largo de mi carrera

Mamá y papá sonrieron orgullosos, Gastón y yo intercambiamos miradas confundidos, jamás creí que el doctor Wellington tuviera esa opinión de mi

– Tanto así – Continuo – que el día de hoy le traigo una propuesta – Me miro directamente – ¿Qué le parecería poder hacer sus prácticas profesionales en Linklaters? – ¿Lo decía en serio? – Es un bufete de abogados muy importante y reconocido acá en reino unido. Yo podría ayudarla a entrar

Esto tenía que ser una broma, ¿por qué me quería ayudar? Linklaters era reconocido a nivel mundial, sin duda era una muy buena oportunidad, si Boston Consulting Group no me aceptaba, podría intentarlo, mire a mis padres quienes sonreía felices y después mire a Gastón quien al igual que yo estaba confundido. Boston Consulting Group era na gran oportunidad para mí, jamás pensé que lograría tener una oportunidad para entrar, sin duda pertenecer a este grupo era un sueño, aunque eso signifique tener que volver a EEUU, pero si aceptaba la oferta del doctor Wellington y lograba entrar en Linklaters podría quedarme aquí y ver más seguido a Gastón, suspire pensando en todo lo que mi decisión podría afectar mi vida

– Piénselo – dijo el doctor Wellington ante mi silencio – Y cuando haya tomado una decisión avíseme – Asentí en silencio – Fue un gusto conocerlos – Estrecho la mano de mis padres y se marcho

Mamá y papá corrieron a abrazarme, sabían que esta era una gran oportunidad para mí, pero lo que no sabían era que mi mente era un caos, estaba confundida. Gastón me miro en silencio y sonrió yo imite su acción tratando de ocultar cuan confundida estaba, esto no sería sencillo, necesitaba decidir el rumbo de mi futuro