Capítulo 94

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– No, Gastón – Dije por milésima vez – Olvídalo

– Por favor Nina – Dijo haciendo un pequeño puchero

– No – Negué nuevamente, no había fuerza alguna en la tierra que me hiciera aceptar – Ve tú, yo te espero aquí

Cruce mis brazos sobre el pecho, él solo me miro de nuevo suplicándome, era difícil resistirme a esa mirada, pero no quería hacer el ridículo. Gastón dejo a un lado la bicicleta doble en la que pretendía que paseáramos y se acercó a mí lentamente

– Por favor... – Insistió

– No – Dije algo nerviosa por su cercanía

– No dejare que te caigas – Dijo rozando la punta de su nariz con la mía en una tierna caricia

– No – Dije con una sonrisa, podía sentir como mi voluntad se doblegaba

– Por favor – Me dio un pequeño beso que yo recibí gustosa – Por favor – Dijo sobre mis labios

Lo dude durante unos segundos, pero era imposible negarle algo cuando se portaba tan dulce y tierno, desde que comenzó a acercarse a mí supe que había perdido, me aleje un poco para poder mirarlo a la cara y finalmente me di por vencida y acepte

Gastón volvió a besarme, esta vez fue un beso más largo, me tomo de la mano y nos dirigimos hacia la bicicleta doble que descansaba sobre el pasto, jamás me había subido a una de esas, pero se veía difícil. Gastón se colocó en el primer asiento para dirigirnos mientras yo me sentaba tras él

– ¿Estás lista? – Pregunto con una sonrisa

– No – Dije frunciendo el ceño

– Vamos Nina – Dijo divertido – Te prometo que te va a gustar – Yo le sonreí de vuelta no muy convencida – A la cuenta de tres comenzamos a pedalear, ¿lista? – Volvió a preguntar

– Si

Contço hasta tres e intentamos movernos, pero no lo logramos, trabajar en equipo para andar en bicicleta doble era algo difícil, y más si uno de los integrantes era yo. Después de cuatro intentos fallidos al fin pudimos andar en bicicleta, paseamos por todo el parque, él día era lindo y cálido, perfecto para esta clase de actividades al aire libre, era lindo sentir la brisa fresca jugando con mi cabello, tenía que admitir que después de todo esto no era tan malo como pensaba, Gastón también parecía disfrutarlo ya que me miraba de reojo siempre con una sonrisa

Continuamos paseando por el parque hasta llegar a un puente, teníamos que ascender para poder cruzarlo así que decidí hacerle una pequeña broma a Gastón, justo cuando comenzamos a subir deje de pedalear, Gastón continuo pedaleando aunque ahora tenía que hacerlo con mayor esfuerzo, no dijo nada, pero una vez que estuvimos arriba se giró y me descubrió con los pies sobre el cuadro de la bicicleta sin pedalear, yo solo sonreí inocentemente mientras el negaba con una sonrisa

Volví a pedalear y continuamos paseando hasta que vimos a un señor que vendía algodón de azúcar y nos detuvimos a comprar, Gastón se empeñó en pagar ambos. Nos pusimos a comer mientras contemplábamos el lago que pasaba por el parque hasta que Gastón se alejó, creí que había terminado e iba a tirar la basura, pero al girarme note que estaba sobre la bicicleta a punto de dejarme, lo llame por su nombre para que se detuviera, pero él solo me miro con una enorme sonrisa mientras comenzaba a pedalear, no tuve otra alternativa que seguirlo, supongo que esa era su venganza por mi pequeña broma anterior

Continuamos recorriendo el parque sobre dos ruedas, disfrutando como hace mucho no lo hacemos, ocasionalmente dejaba de pedalear y subía los pies al cuadro de la bicicleta dejándole el trabajo a Gastón mientras yo terminaba mi algodón de azúcar y disfrutaba del paisaje, era lindo pasar tiempo a solas, ayer no pudimos hacerlo porque nos pasamos la mayor parte del día en el Roller con los chicos, pero hoy aprovecharíamos al máximo el tiempo juntos antes de ir a verlos

Devuélveme el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora