Capítulo 52

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Al terminar el concierto los chicos nos invitaron a un club nocturno para celebrar el éxito de esta noche, estaba muy feliz por ellos, habían logrado su sueño y ahora estaban de gira, a mí me gusta la música y cuando tengo la oportunidad la aprovecho, por eso estoy feliz por ellos ya que hacen lo que aman. Nos dividimos de nuevo, Matteo se llevó a Simón y Nico, mientras nosotros nos llevamos a Pedro, durante el camino al club nos contó todo lo que tuvieron que hacer para cumplir su sueño

Llevamos alrededor de media hora en el club y en ningún momento he podido apartar mi mirada de Nina, se ve tan relajada, hace años que no la veo así, siempre tiene tarea, exámenes o ensayos, y ahora... justo en este instante sólo disfruta del momento

– ¿Qué onda? – Dijo Simón acercándose a donde estaba – ¿Por qué no te acercas?

Lo mire confundido, él solo señalo hacia Nina

– Llevas más de media hora mirándola – Sonreí, al parecer lo había notado – Aún la amas, ¿no? – Asentí en silencio recordando el sermón que Matteo me había dado el día anterior – Si realmente la amas lucha por ella

– No puedo – Confesé con tristeza, me había propuesto acercarme a ella, pero Matteo no se alejaba y había dejado muy claro que no me permitiría acercarme a ella hasta que hubiera terminado con Marcia

– ¿Por qué no?

Parecía realmente interesado, sabía que podía confiar en él, así que le conté toda la historia, sus alta y bajas, él me escucho y después sonrió

– Puede que hayas cometido muchos errores – Dijo animándome – Pero el camino no siempre es fácil, aún puedes recuperarla, sólo tienes que terminar con tu novia y pedirle una oportunidad – Eso sonaba sencillo, pero había muchas cosas detrás – Hagamos algo... – Lo mire atento – Yo distraigo a Matteo y tú te llevas a Nina, así pueden hablar tranquilos

Lo mire sorprendido, ¿realmente quería ayudarme? Acepte con una sonrisa, creo que en este momento es el único aliado que tengo en esta locura, así que planeo aprovechar esta oportunidad para aclarar las cosas con Nina, sólo espero que ella acepte. Nos miramos con complicidad, él se acercó a Matteo y comenzó a platicar con él, Nina se quedó sola así que aproveche la oportunidad y entre a escena, tome su mano y prácticamente la arrastre a un lugar donde no pudieran vernos

– ¿Qué haces? – Dijo ella alejándose de mí

– Necesito hablar contigo

– Creo que las cosas entre nosotros están bastante claras

– No – Dije acercándome, ella se quedó quieta mirándome – Nina yo... sé que cometí muchos errores y quiero solucionarlos. No puedo estar lejos de ti – Dije acariciando su mejilla, ella solo cerro los ojos ante mi caricia – No quiero que te alejes de mi

Nuestras miradas se conectaron en una intensa mirada, tenía tantas ganas de abrazarla y ocultarla entre mis brazos del resto del mundo, mire sus labios deseando poder besarlos y sentir esa corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, pero no lo hice, no la abrace ni la bese, me había equivocado tantas veces que realmente no quería volver a hacerlo, tenía miedo de perderla así que esta vez haría bien las cosas

– Gastón, yo...

– Shhh – Dije colocando un dedo sobre sus labios, ella me miro nerviosa – No tienes ni idea de las ganas que tengo de besarte – Ella se sonrojo por mi comentario, creí que se alejaría, pero no lo hizo – Pero no lo haré, porque mereces mucho más – Me miro confundida, quizá ella también lo deseaba, pero no lo haría hasta que ella me lo pidiera, apreté mi mandíbula tratando de contenerme – No soy bueno para ti – Sabía que era una basura, y ella merece a alguien que no se oculte – Incluso Marcia merece algo mejor

Su expresión cambio alejándose por completo de mí, lo arruine de nuevo, pero era verdad, ambas merecían algo mejor, ella camino hacia la puerta del club y yo la seguí, todos nos miraban pasar, incluso Matteo nos vio, estaba a punto de seguirnos, pero Luna lo detuvo, gracias Luna. Salimos del lugar y ella se detuvo, comenzó a hacer ejercicios de respiración y a caminar de un lado a otro sin notar mi presencia, la contemple durante un momento hasta que me atreví a acercarme

– ¿Qué es lo que pretendes? – Dijo mirándome de frente, yo solo fruncí el ceño sin entender su pregunta – Estas con Marcia, siempre lo has estado – Dijo molesta – Y después te acercas haciéndome creer que te pasan cosas conmigo – Me acerque un poco, ella se alejó – ¿A dónde quieres llegar? ¿Por qué no solo te vas con ella y ya?

– Porque te amo – Dije seguro de lo que sentía, ella sonrió amargamente

– No – Dijo con lágrimas en los ojos – Si realmente lo hicieras hubieras dejado a Marcia

– Lo intente – Odiaba verla así – Te juro que lo intente, pero no pude – Agache la mirada – Ella no se merece nada de esto

– Quizá sientes más cosas por ella que por mí – Dijo en apenas un susurro, ¿en verdad creía eso?

– No – Dije un poco molesto – Yo no...

– Sí – Dijo ella interrumpiéndome – Admítelo de una vez. Sino la amaras entonces ¿Por qué estás con ella? ¿Por qué le perdonarías su engaño? ¿Por qué no te puedes alejar? ¿Por qué...?

– ¿Qué? – La mire confundido, ¿acaso había escuchado bien? – ¿Qué engaño?

Me acerque a ella, al instante se quedó muda, dándose cuenta de que yo no sabía de qué estaba hablando

– Tengo que irme – Dijo intentando escapar

– No – Dije tomándola del brazo – No te irás de aquí hasta que no me digas de qué estás hablando

– Yo no... – Estaba nerviosa – No debí haberlo dicho

– Pero lo hiciste – Ella me miro asustada, sabía que quería irse, pero yo no lo iba a permitir – ¿De qué engaño hablas? – Insistí, ella solo miro al suelo

– Hace un tiempo – Comenzó a relatar mientras yo la escuchaba atento – Vi a Marcia besar a otro en la biblioteca – Solté su brazo, eso era imposible, ella jamás haría algo así, ella me ama y jamás me engañaría

– ¿Quién era? – Dije acercándome a ella de nuevo

– No lo sé – Dijo mirando al suelo, ¿no lo sabía? ¿Cómo no lo iba a saber? Apreté la mandíbula intentando tranquilizarme, pero no lo logre

– ¿No lo sabes? – Ella alzo la mirada – Por supuesto que lo sabes – La tome del brazo de nuevo, estaba molesto y necesitaba respuestas – ¿Quién demonios era? ¡Dímelo!

– Te juro que no lo sé

– Entonces ¿por qué demonios vienes a contarme esto? ¡Ni siquiera tienes pruebas!

– ¿Por qué habría de mentirte?

– No lo sé – Dije mirándola aún molesto – Quizá solo quieres alejarla de mí – Ella solo me miro incrédula, las lágrimas que minutos antes trataba de contener desaparecieron y una sonrisa triste se dibujó en sus labios

– Lo siento – Dijo sosteniendo mi mirada – Quizá solo fue mi imaginación

Miro de nuevo al piso y se fue, yo me quede ahí sin saber qué hacer, odiaba verla así, pero en este momento estaba tan molesto que lo mejor era dejar las cosas como estaban, cuando llegue al campus lo primero que haré será hablar con Marcia sobre el supuesto "engaño", quizá todo fue un mal entendido y no valía la pena pensar en eso. Me quede un rato más intentando tranquilizarme y después volví al club


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Devuélveme el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora