Capítulo 10

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Matteo había salido a llamar a alguien, me había dejado con la intriga a flor de piel, ¿que sería eso tan importante que tenía que decirme?, ¿tendría algo que ver con ella?, obvio si, por eso lo recordó cuando vio la foto, ahora que recuerdo... Matteo había tratado de hablarme de ella hace un rato y me había salido con una supuesta carta que era solo una broma, ¿y si todo esto no era más que otra broma? Eso debía ser, estaba tratando de gastarme otra de sus tontas bromas y de seguro Ramiro lo estaba ayudando, cuando los viera los mataría. No podían seguir jugando con eso.

Me dirigí de nuevo hacia la habitación para tomar una chamarra y salir a dar la vuelta, necesitaba despejarme. Al abrir la puerta vi a Matteo en la ventana hablando por teléfono con alguien, al principio no sabía quién era, hasta que escuche que le decía mi amor. Debía ser Luna

– Si, si – Dijo Matteo por teléfono – ¿Entonces ya estas con ella?

Me detuve, no quería interrumpir su conversación y tampoco quería incomodarlo, así que lo mejor sería que saliera de una vez.

– Esta con Ramiro – Dijo Matteo – Porque acaba de subir una foto con ella, están en el aeropuerto

¿A caso había escuchado bien?, me detuve una vez más y me coloque en un lugar donde no pudiera verme, siempre que hablaba con Luna sobre ella se escondían y cuando notaban mi presencia fingían que hablaban de otra cosa, pero esta vez no sería así, realmente deseaba saber qué era lo que estaban ocultando.

– Gastón la vio – Mi alma cayo a mis pies, estaban hablando de ella, lo sabía – Si, lo sé. – Hizo una pausa – Si, si, ya sé lo que dijo, pero igual yo sé que aún siente algo por ella

Sabía que esto estaba mal, no quería seguir escuchando, pero necesitaba saber. Esperen, ¿Matteo había dicho que estaban en el aeropuerto?, eso quería decir que Ramiro... que Nina... Estaba aquí, en el aeropuerto, Nina estaba en Reino Unido, pero ¿Cómo?, ¿Por qué? Mi mundo comenzó a dar vueltas, mis manos comenzaron a sudar y los latidos de mi corazón se aceleraron, Nina estaba cerca, más cerca que nunca.

– Esta bien – Dijo resignado – Trataré de hablar con él

Esa era la oportunidad que estaba esperando para salir de mi escondite, esta vez no había marcha atrás, Matteo me diría todo lo que sabía de Nina si o si, no podía seguir fingiendo que no me importaba lo que ella estaba haciendo.

– ¿Se puede saber qué es eso tan importante que tenías para decirme? – Le dije a Matteo cerrando la puesta del dormitorio, por la expresión que tenía en el rostro era obvio que no esperaba que estuviera aquí.

– Yo... – Dijo nervioso – Sé que debí decírtelo a penas Luna me lo conto, pero no sabía cómo hacerlo, cada vez que alguien la mencionaba te ponías tan...

– ¿Tan qué? – Dije interrumpiéndolo.

– Tan... no sé, tan mal – Bajo la vista un tanto incomodo – El tiempo paso y ahora sino te lo digo yo igual te vas a enterar

– Podrías dejar de dar tantas vueltas, me mareaste, ve al grano – Dije perdiendo la paciencia

– Ok, ok – Levanto la vista y tomo aire – Nina está acá

Me quede en shock, una parte de mi lo sabía, había sido fácil atar cabos, pero escuchar a mi mejor amigo decirlo en voz alta era otra historia, siempre soñé con volver a verla, y ahora que tenía la oportunidad no sabía ni siquiera cómo me sentía al respecto, estaba triste, pero feliz, molesto y nervioso, tenía miedo pero había esperanza, todo era un caos, ella estaba acá... tome asiento sobre mi cama, necesitaba procesarlo

– Poco antes de salir a vacaciones – Continuo Matteo ante mi silencio – Nina llamo a Luna para contarle que le habían ofrecido realizar un intercambio a cualquier universidad de Reino Unido

– ¿Cualquiera? – Pregunte incrédulo, sé que ella es muy inteligente y que no tendría problemas en cuanto a la universidad, pero jamás se me ocurrió la posibilidad de que realizara un intercambio y mucho menos un intercambio acá.

– Si, cualquiera

– Y se puede saber, ¿en qué universidad estudia?

Matteo dudo antes de responderme, de seguro Luna le había hecho prometer que no me daría información alguna sobre Nina, aunque en estos momento era algo absurdo que me negaran la información ya que ella estaría cerca y podría preguntarle lo que fuera, si es que me habla.

– En Harvard, Estados Unidos

Tal como lo supuse, se fue a lo grande. Sabía que no podía haberse quedado en Argentina, y al parecer ahora no le había bastado Estados Unidos.

– Gastón... – Continuo Matteo – Sé que estuve mal, sé que debí habértelo dicho antes, pero no sabía cómo

Matteo siguió disculpándose por habérmelo ocultado, pero la verdad es que no me importaba, bueno quizá sí, por ahora lo único que me importa es ella, ¿qué pasará cuando la vea? ¿por qué escogió Oxford teniendo la posibilidad de ir a cualquier otra universidad? ¿será por mí? Había un millón de preguntas que no tenían respuesta, en ese momento llego otra notificación a mi celular, era Ramiro, sabía que estaba con Nina, así que sin pensarlo mucho la abrí.

Ramiro se había tomado una nueva foto en el aeropuerto, esta vez tenía una maleta y un osito... imposible, ¿por qué tenía el osito? Recuerdo una ocasión cuando Nina y yo aún éramos novios, ella estaba enferma, así que decidí visitarla, la verdad estaba muy preocupado y no pude esperar a verla al día siguiente, recuerdo que cuando llegué su mamá, Ana, me dio permiso de subir a su habitación. Jamás había estado en su habitación, cuando entre la encontré con su pijama de ositos puesta y arropada en su cama, me acerque lentamente sin hacer ruido para no despertarla, cuando llegue a su lado vi que sostenía entre sus brazos un pequeño osito de peluche, sonreí al recordarlo, esa ha sido la imagen más tierna que he visto hasta hoy.

Recuerdo que cuando noto mi presencia se despertó y un tanto avergonzada trato de ocultar el oso bajo las sabanas pero yo la detuve. Me miro y sonrió, me contó que se llamaba Dutty y la acompañaba desde los dos años, se lo había regalado su padre, Ricardo, desde entonces lo necesitaba para dormir, yo sonreí ojalá fuera el oso. Así que no entendía ¿qué hacía Ramiro con Dutty? ¿se lo había prestado ella? imposible.

– ¿Hola? – Dijo Matteo interrumpiendo mis pensamientos – Tierra llamando a Gastón, ¿qué pasa?

– Nada – Mentí – Sólo necesito salir a caminar para despejar mi mente, ha sido demasiado largo este día – Tome mi chamarra y me dirigí hacia la puerta, realmente necesitaba dar un paseo para aclarar mi cabeza

– Cualquier cosa que necesites me avisas – Dijo Matteo con una mirada de preocupación

A Nina... ella es lo único que necesito

– Claro – Dije mientras cerraba la puerta.


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