Capítulo 72

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Al día siguiente Jazmín y Juli se fueron, ella estaba realmente emocionada porque ir a la semana de la moda fue su principal motivación para venir de intercambio, todos fuimos a despedirlos, pobre Juli no quiero ni imaginarme que tan loca se pondrá Jazmín entre tanta ropa, modelos y diseñadores. Nina aún seguía ignorándome así que apenas se fueron me fui yo también. Durante toda esta semana Nina no vino a comer con nosotros, de seguro es porque me ha estado evitando, lo más probable es que haya estado comiendo con sus nuevos amigos, Juli me contó que ahora está trabajando en un proyecto de innovación, lo bueno de todo esto es que Alex no está ahí. Necesitaba alejarme de aquí, así que invite a Marcia a comer fuera

Después de haber sido ignorado por ella decidí darle otra oportunidad a Marcia, con su ayuda quizá podría lograr olvidarme de Nina. Qué ironía, al parecer la historia terminaría como había comenzado, ambos ignorándonos, al menos la distancia no se interponía, por ahora, me conformaba sólo con mirarla y verla feliz

Fuimos a un restaurant cercano a la universidad, parecía que todo entre nosotros estaba bien, esta vez fui honesto y le dije a Marcia que la quería como una amiga y nada más, ella pareció entenderlo ya que no hizo drama, me pidió disculpas por haberme engañado y yo le pedí disculpas por no poder quererla como ella quería, le conté lo que estaba pasando con Nina y ella me escucho como antes, necesitaba desahogarme con alguien que no fuera su amiga así podría decir todo lo que quería decir sin miedo a meter la pata y que esta conversación llegara a sus oídos

Después de ir a comer juntos volvimos al campus, hoy era sábado así que la invite al cine, tenía ganas de olvidarme de todo y estar con ella me hacía olvidarme de Nina. Al llegar a mi habitación Matteo no estaba, me había dicho que hoy Luna y él saldrían juntos y no regresarían hasta mañana temprano, así que tome algunas cosas de mi habitación y decidí quedarme en casa de mis padres, no soportaba que Nina me ignorará así que si yo la ignoraba primero sería mejor

– Hola – Salude al entrar a casa

– Hola mi amor – Dijo mamá abrazándome – ¿Cómo estás?

– Bien – Dije saludando a papá

– ¿Y Nina? – Pregunto papá

– Bien, supongo – Dije un poco incomodo

– ¿No has vuelto a hablar con ella?

– No – Dije cortantemente – Ella y yo no hablamos más, sólo vengo acá a pasar la noche, Matteo no está y no quiero quedarme solo – Dije dirigiéndome a mi habitación – Así que les agradecería que no hablaran más de ella

– Gastón...

Ignoré a mi madre y subí a mi habitación, no quería pasarme el día entero pensando en ella, así que lo mejor era evitar el tema a toda costa. El día estaba gris, parecía que en cualquier momento llovería, quede en pasar por Marcia a las seis, así que me di una ducha rápida y me acomode para pasar por ella antes de que comenzará a llover. Por suerte para nosotros la lluvia comenzó cuando ya estábamos en el cine, ¿qué mejor que ver una película en un día de lluvia? Leer un buen libro junto a una buena taza de café, pero ella no era de la clase de chicas que prefieren un libro a una película

Por suerte esta vez fui yo quien eligió la película, no es que no me gusten las películas románticas, sólo no son de mi tipo, vimos una película de terror algo vieja pero buena, Marcia se pasó la mayor parte de la película aferrada a mi brazo ocultando su rostro en mi pecho mientras yo sólo me burlaba de su miedo, sólo era una película no era como si los monstruos fueran a salir de la pantalla y atacarnos. Fue un buen día, así que cuando Marcia me beso no me aleje, necesitaba esto, necesitaba olvidarla

– ¿Amigos? – Pregunte, tratando de aclarar la situación

– Amigos – Accedió, un recuerdo fugaz pasó por mi mente

Mis labios acariciaron los suyos en un cálido y corto beso, la mire con algo de miedo ante mi beso, ella solo busco mis labios y los unió a los suyos, coloque mi mano en su nuca aumentando la intensidad del beso, sus manos acariciaban mi pecho mientras las mías se aferraban a su cintura, extrañaba sus besos, la forma en que me hacía sentir cada vez que me miraba, la forma en que me hacía vibrar el alma. Seguí saboreando sus labios mientras mi mano se colaba por debajo de su blusa, sentí como su cuerpo temblaba ante mi roce, se alejó y de nuevo sentí miedo

– Lo siento – Dije aferrándome a su cintura – Lo siento – Susurre colocando nuestras frentes juntas mientras rozaba su nariz con la mía

No quería que se alejara de nuevo, tenía miedo de perderla, había estado tanto tiempo soñándola que no quería que se esfumara de nuevo, sé que no debí besarla, pero no pude contenerme más, la necesito

– ¿Amigos? – Dijo abriendo los ojos lentamente

¿Amigos? Yo no quería ser su amigo, no podía verla solo como una amiga, pero no quería perderla, acaricie su mejilla suavemente mientras una leve sonrisa se formaba en mis labios, haría cualquier cosa por ella

– Amigos

Ella me beso nuevamente, sonreí en medio del beso, podría acostumbrarme a esto

Necesitaba olvidarla, necesitaba borrar todos sus recuerdos de mi mente y la única forma de hacerlo era con la ayuda de Marcia, ya me había ayudado una vez y casi lo logro, así que nos seguimos besando. Afuera llovía con intensidad así que corrimos al auto y nos dirigimos a casa, sé que a mis padres no les va a agradar verme llegar con ella, pero a estas alturas me importa poco. Al llegar tome a Marcia de la mano y entramos a casa, si la echaban me iría con ella, así que más les valía a mis padres que no le dijeran nada

– Gastón, que bueno que llegas... – Dijo mi madre, a penas entre, pero se detuvo al notar que no venía solo

– Buenas noches señora Perida – Saludo Marcia con una sonrisa

– ¿Qué hace ella acá?

– Yo la invite – Dije firmemente, mi madre solo me miro desaprobatoriamente, pero la ignore

Sonreí falsamente y antes de que mamá pudiera decir algo más subimos a la habitación. A penas estuvimos fuera del campo de visión de mamá bese a Marcia, ella me correspondió y en medio de besos entramos a mi habitación, ni siquiera me moleste en encender la luz, no la necesitaríamos, Marcia me saco la camisa y yo le saque la blusa, acaricie su espalda y comencé a besar su cuello, un relámpago iluminó el cielo haciéndome notar que no estábamos solos como lo había pensado unos segundos antes, maldición


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