Devuélveme el corazón

Capítulo 96

– ¿Estás segura? – Dijo depositando un pequeño beso en mi cuello

– Si

– ¿Si? – Dijo dejando otro beso

– Si – Instintivamente cerré los ojos

– Si – Sentí como sonreía sobre mi piel

Se alejó un poco, solo lo suficiente como para voltearme y poderme besar, amaba besarlo. Hoy por la mañana llego a casa con todo lo necesario para comenzar con los trabajos escolares que teníamos pendientes, parecía una buena idea subir a mi habitación y hacerlos ahí, pero ahora pensaba lo contrario, estar con él en un lugar a solas era demasiada distracción, quizá nos hubiera ido mejor si nos quedábamos en la sala

– Gastón – Dije separándome un poco – La tarea

– La podemos hacer mañana – Dijo y volvió a besarme

Esta vez me deje llevar, quizá podríamos hacerla mañana, a fin de cuentas, aun nos restaba una semana de vacaciones. Sonreí y me acomode mejor para poder besarlo, él me sonrió de vuelta y me ayudo a acomodarme, me senté a horcajadas sobre él y continuamos besándonos

– Chicos ¿cómo van con la tarea? – Pregunto mamá tocando la puerta – ¿Puedo pasar?

Gastón y yo nos alejamos rápidamente y nos arreglamos un poco, si mamá se enteraba que no estábamos haciendo la tarea como ella suponía y que en lugar de eso nos estábamos besando, de seguro le impediría a Gastón volver a poner un pie en mi habitación

– Adelante – Dije un poco más calmada fingiendo leer un libro

– ¿Cuántas veces tengo que decirte que no cierres la puerta?

– Mamá... – Dije algo molesta

Desde que paso lo que paso con Gastón, me prohibió cerrar la puerta de la habitación cuando él estuviera dentro, no me podía quejar, al menos aún me permitía estar con él a solas. Mamá comprendió que no era momento de reprocharme, en especial con Gastón aquí, así que opto por cambiar el tema

– ¿Quieren algo de comer?

– Si, gracias – Dijo Gastón con una sonrisa – La verdad es que muero de hambre

Mamá nos sonrió y salió de la habitación para traernos algo de comer, no sin antes decirme con una mirada que no quería que cerrara la puerta de la habitación. A penas salió solté el aire que estaba conteniendo, Gastón se acercó y me abrazo por la espalda

– ¿En qué estábamos? –Me susurro con una sonrisa

– En La crisis prerrevolucionaria de 1863 – Dije alejándome de él

Tome asiento en mi cama dispuesta a continuar con la tarea, era algo aburrida ya que se trataba de pura teoría, en lo personal prefería la práctica, por suerte los libros de Matteo contenían algunas anotaciones que me ayudaron a comprender un poco mejor el tema. Estaba tan centrada en mi lectura que no había notado que Gastón seguía de pie

– ¿Qué haces? – Pregunte algo nerviosa ante la cámara que me apuntaba

– Te grabo – Dijo con una sonrisa

– Te recuerdo que tenemos un montón de tarea pendiente – Dije poniéndome de pie dispuesta a quitarle la cámara

– Y yo te recuerdo que aún nos queda una semana para hacerla – Fruncí el ceño ante su comentario – Te amo – Dijo de repente

Sonreí feliz, era tan lindo que me hacía querer besarlo siempre. Él dejo la cámara a un lado y me abrazo haciendo que mis pies dejaran de tocar el suelo y haciéndome girar por lo aires, ambos comenzamos a reír disfrutando del momento