11

7.9K 684 113
                                    

No quiero que llegue la hora que me dijo TaeHyung, pero al mismo tiempo lo anhelo con muchísimas ansias, no se que me pasa, normalmente no soy así. Es o quiero una cosa o no la quiero. Mi vida no solía ser tan complicada antes de llegar a este instituto. Miro el reloj para darme cuenta que faltan algunos minutos para la hora predeterminada. He terminado de comer y So Rim está casi dormida encima del libro de matemáticas. No quiero meterme en problemas pero he comenzado a alistarme para ir a verle como me lo ha pedido en la tarde. —Kim TaeHyung, me haces haces cosas estupidas— No, no lo hace. El solo me da la opción y yo por muy idiota que me estoy volviendo la acepto.

–¿Vas a salir? —S o Rim me pregunta somnolienta.
–Necesito un poco de aire fresco, no me siento muy bien.
–Han pasado lista hace una hora, puede ser malinterpretado.
–Estaré bien, solo ve a la cama ¿Está bien?
–Bien... —Se levanta del escritorio para ir a tirarse a la cama.
–Me voy.
–Cuidado, cualquier cosa llámame.

Al sale de la habitación, caminando por el pasillo de mi cuenta que desde que mi hermano dejo de vivir en casa y alguien que no fuese el me dijo esas labras "cuidado, cualquier cosa llámame" tal vez suene algo extraño pero se siente muy bien el hecho de que alguien me lo diga.
Miro a la encargada de los dormitorios pasar por el final del pasillo, ella es la presidenta del dormitorio de mujeres, cuando la guardia no puede pasar ella es la encargada de revisar una hora después de la pasa de lista y a las 12 es cuando ya pasa la guardia, me único problema aquí es la presidenta de los dormitorios. No soy una persona cualquiera, así que se mentirle con facilidad a las personas. Me dirijo a la máquina expendedora que se encuentra exactamente a un lado de las escaleras para el segundo piso.

–¿Disculpa? —Se dirige a ti— Estás no son horas de estar afuera de tu habitación.
–Solo vine por unas galletas, me siento débil. —Volteas a verla— necesito azúcar.
–Número uno.
–¿Número uno?
–Disculpa, es que usted es la estudiante número uno en la escuela.
–Al menos ese apodo me gusta más que chica fantasma. —A pesar de que es mi superior se comporta demasiado formal conmigo.
–Soy Rosa Alemán, es un gusto. Me gustaría poder estudiar con usted un día de estos en la librería... Si le interesa soy la Número Cuatro en la escuela.
–¿Rosa Alemán?
–Si, así es. —Se mira demasiado emocionada como para tener 18.
–Bueno, deberíamos ponernos de acuerdo. –Las galletas que compre innecesariamente caen y las tomo.
–¿Enserio?
–Si, no tengo razón para mentir.
–De acuerdo, gracias.
–¿Sería malo si me quedo un poco sol? No me siento muy bien.
–Si, tengo que ir a checar a la terraza.

A vista de que miro dar la vuelta a la terraza comenzó a sube las escaleras lo más cuidadoso posible ya que la he librado con la chica nazi, pero si alguien más me descubrió no creo que pueda justificar el hecho de que estoy en la segunda planta a las 9:25 de la noche en la sala de estar esperando un piano. Llegó al lugar donde Kim TaeHyung me dijo que me esperaría, pero no hay nadie. Miro la hora en mi celular y aún faltan dos minutos, en los que me comenzó a hacer la tonta de un lado a otro esperando señales de vida y deseando que un maestro no me mire aquí. Me recargo en una puerta que siempre ha estado cerrada con llave y la cura dice en un letrero en grande "No entrar" obvio alguien lo ha intentado, pero parece siempre estar bajo llave. Para mi mala suerte esa noche la puerta no tenía seguro alguno, alguien la abre del interior y me laja hacia dentro sin que yo lo hubiese notado.







–Por cualquier cosa que pase cúbreme. –Dice TaeHyung al ponerse la capucha.
–Si no lo hiciera de todas maneras no te pueden hacer nada.
–¿Como no? A el no le importa, me pondría el mismo castigo que a cualquier alumno.
–Si tú lo dices. —Lo detiene con la palabra antes que salga de la habitación.— TaeHyung.
–¿Si?
–¿Que tanto te gusta ____?
–Wow... es raro que me preguntes eso.
–Disculpa.
–Estás muy raro.
–No, solo olvidado.
–Me gusta muchísimo. No es como cuando te gusta una niña en la primaria o secundaria, es diferente... Quiero que solo me mire a mi, hacerla reír aunque me cueste. No sé, es alguien difícil y eso me encanta.
–Entiendo... Entonces ten suerte.

TaeHyung sale de la habitación camino hacia la segunda planta, pero el tiene otra forma más rápida de llegar. Cuando era más pequeño solía venir todos los días a jugar en los dormitorios, ya que sus padres trabajaban Justin en este lugar.
Sale de los dormitorios sin que lo miraran y entra por una puerta de la cual poseía la llave que se encuentra justo atrás, al lado del almacén. Está puerta deja ver unas escaleras que llevan a lo que probablemente es el segundo piso. Al recorrerlas por completo se encuentra con una puerta que al pasarla deja ver una pequeña habitación que durante los últimos 3 días estuvo reorganizando y arreglando nuevamente ya que había estado inhabilitada durante dos años ya que nadie solía usarla. Una pequeña habitación de música en los dormitorios, ya que como era una habitación de música y los instrumentos que tocaban algunos alumnos molestaban a otros decidieron cerrarla. Pero está sería solo la habitación que TaeHyung había remodelado para ti, colocándole un aislante de sonido en las paredes y puertas, para que así tú puedas estar en esa habitación sin que nadie te incomode y por supuesto el piano ya hacia en la habitación desde hace ya tiempo lo único que le hacía falta era que se le limpiara y darle el mantenimiento indicado.
Escucha como alguien está en la en la sala de estar, probablemente eres tú así que siente como te recargas en la puerta que se les tiene prohibido el paso y solo se abre de adentro si no tienes la llave. Abre la puerta y te toma del brazo con rapidez haciéndote entrar al aula.

–¡¿Que demo–
–No digas nada, soy yo.
–¿Porque está todo oscuro aquí? Si planeas otra cosa, te lo cortaré.
–¿Que mierda dices? Si planearía otra cosa ya hubiese comenzado.
–Buen punto.
–Eres una mente sucia. —Se hace el indignado.
–Venga, muéstrame lo que querías.
–Bueno, solo no quiero que grites.
–Solo hazlo Kim TaeHyung.

El prende las luces y te muestra todo lo qué hay en aquella habitación escondida por los maestros desde que llegaste a la escuela y probablemente más tiempo. Y lo miras ahí, un hermoso piano en medio de la habitación que parece decirte que solo será tuyo.

–¿Como es que logradte esto?
–Tengo mis contactos.
–No, dime cómo es que lograste usar esta habitación.
–Era una habitación abandonada...
–¿Hiciste todo esto sin permiso alguno?
–Tengo el permiso, pero de usarla en el día. Sin embargo si la usamos en el día podremos ser descubiertos.
–¿Como es que tienes el permiso? ¿Quiene eres para tenerlo?
–El director Kim.
–¿Es un pariente tuyo? ¿Tío? ¿Hermano del esposo de tu tía?
–El es mi padre.
–¿Qué? —Dejas caer la mandíbula.
–Bien, ya te lo dije. Ahora solo disfruta de este lugar.
–Has dicho que es tu padre.
–Si, pero nadie sabe. A el. A el le avergüenza tener un hijo como yo que lo único que hace bien es ser el payaso de la clase y uno de los chicos más guapos de la escuela.
–Kim TaeHyung.
–Me gusta que me llames por mi nombre o por V. Es más cómodo que oír mi apellido.
–Disculpa.
–Me dio esta habitación con la condición de que ya no me metiera en problemas.
–Entiendo.
–Durante el día puedes entrar por esa puerta —Te señala una puerta que está al otro lado de la habitación.— baja unas escaleras y te encontrarás saliendo por un lado del almacén. Solo tienes que tener mucho cuidado con los vigilantes.
–Esto... esto es mucho para mi. En verdad te lo agradezco.
–Te diría que será nuestro nidito de amor, pero jungkook y tú amiga Eun So Rim también pueden venir durante el sol.
–Gracias, V.

A  &  B. [TaeHyung Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora