A & B. [TaeHyung Y Tu]

21

–¿Saldras con Selena? —Dice TaeHyung después de haber esculpido su té.— ¿Como es que lo puedes decir tan así?
–Simplemente sucedió.
–Pensé que la mirabas como una hermana, al igual que yo.
–Ha pasado tiempo ¿Sabes? –Pone los libros en la estantería— Creo que ya era tiempo de salir con alguien.
–La única persona con la que saliste fue Rita en segundo año de secundaria y lo hiciste porque estabas ganando fama de ser gay.
–Ella me gustaba un poco.
–Ella no te gustaba, simplemente tú a ella y aparte que era una de las chicas más lindas de la escuela.
–Si... por eso no duramos.
–Tu y tu problemita. —Se recarga en su pupitre.— No se como no te ha pasado con _____, ella es hermosa. Aunque, que bueno que no te a pasado, sería raro.
–Si... lo sería.

El continúa acomodando los libros del aula mientras TaeHyung lo mira confundido desde su lugar, el sabe que su mejor amigo no es así y que estos últimos días algo le está pasando como para que su comportamiento sea distante hacia el.

–Hay algo que no me has dicho, Jeon.
–¿Algo?
–Si.
–¿Cómo que?
–Pues no sé, pero estos días te has comportado demasiado raro cuando estás a mi alrededor, como si me ocultaras algo.
–Es el estrés por los exámenes finales.
–¿Tu madre te sigue presionando?
–Si, quiere que deje de ser un desastre en el instituto.
–Eso es como verle la sombra al viento.
–Pero es casi imposible.
–Igual que tu caso. —TaeHyung ríe y Jungkook le avienta el borrador de la pizarra.
Entras por la puerta trasera del aula mientras ellos aún están entretenidos entre sus pláticas y risas tanto que parecen no notar el hecho de que estás ahí. Los miras divertirse de esa manera y entonces sientes el porque Jungkook ha hecho las cosas de tal manera. El lo que menos quiere es perder al chico que es su mejor amigo desde hace mucho ya tiempo por la culpa de una chica.

–Fantasma. —Dice una muchacha que no sabes quién es desde la puerta por donde entraste.— Creo que es mala educación escuchar las pláticas ajenas.
–No las escuchaba. —Ellos notan nuestra presencia.
–¿Y que hacías mirándolos tan fijamente?
–Creo que eso es asunto privado. Y no tengo la obligación de responderle a una desconocida —Sacas el pañuelo de mi mochila por el que habías ido— Es de mala educación meterse en los asuntos de los demás.

Los chicos no dicen nada al igual que ella así que te dispones a salir del salón, pero la misma chica te detiene pronunciando ese estúpido apodo nuevamente.

–También es de mala educación no llamar a una persona por su nombre. —Ella intenta tomarte del brazo, en su rostro ya se ve la molestia pero fue en vano ya que apenas y te ha tocado.
–¡Selena! —Dice TaeHyung.
–Debería tomar clases de modales antes de querer usar la fuerza.
–¿Tu que me vas a decir de educación?
–Te podría decir todo lo que le falta.
–Pues al menos yo no salgo con el enfermero fuera de la escuela a escondidas ni mucho menos divulgó que es mi amante.
–¿Disculpa? —Sueltas una risita al igual que los chicos— Cierto, somos amantes.
–Que descarada.
–Selena, creo que deberías parar. —Dice Jungkook.
–No, está bien. Yo ya me voy. —Le digo a los chicos. Sientes como al salir del aula V camina detrás de tu.
–¿Como puede ser tan cínica? —Dice la rubia molesta.— ¿Porque no me defendiste?
–¿Sabes el enfermero? Es su hermano, tonta.

Pov. _______.

¿Quien rayos es esa mocosa para tratarme de tal manera? Creo que como conocida de los dos no tiene nada de malo que los mire, es más, son mis ojos y no los de ella aparte de que son amigos míos.

Camino enojada por el pasillo rumbo a la enfermería ya que el pañuelo que he sacado de mi mochila es de mi hermano. Me lo he tomado por equivocación el día que fuimos a comer juntos. Estoy demasiado molesta que no me doy cuenta y topo con alguien en el pasillo.

–Disculpe.
—¿Te encuentras bien? —Es una dulce voz que ya había escuchado anteriormente. Le miro a la cara y me doy cuenta que es Park Jimin.
–Usted.
–¿Me recuerdas?
–Si.
–Me alegro.
–¿Que hace en el instituto?
–Vine a traerle unas cosas a YoonGi.
–Entiendo.
–______, ¿Podemos hablar?
–¿Hablar?
–Solo un minuto.

En la cafetería del instituto me quedo sentada en una mesa mientras el va por bebidas para ambos, tengo un manojo de nervios entre las manos haciendo que estás nos dejen de sudar.

–Ten. —Me entrega un jugo de manzana.
–Gracias.
–¿Estás bien?
–Si... creo.
–Sobre lo que le has dicho al profesor Min.
–¿Le ha dicho? —Me exalto.
–No, lo he escuchado sin querer. Iba en busca de YoonGi cuando me los topé.
–Ya veo.
–Lo siento.
–No, está bien. Me ha pasado. Ya sabe, escuchar una conversación sin la intención.
–No es por eso.
–¿Eh? —Estoy confundida.
–De cierta manera me siento mal por ser quien se interpone.
–¡No! No diga eso. Verá, yo llegué después y siempre supe que nunca tendría una oportunidad.
–Es que... Se los gustos de YoonGi pero el siempre habla sobre ti y lo buena que eres en el piano, haciendo esto y yo otro. —Mira su bebida y sonríe.— Me dan celos.
–Park Jimin. —Le tomo de la mano— Usted sabe a quién el quiere, así que no tiene que preocuparse. El profesor Min ya ha salido de mis pensamientos como alguien más que mi profesor de música, ahora solo le guardo el cariño por lo we un día sentí por el.
–________. 
–Está bien.

Después de aquella platica olvide por completo el hecho de que tenía que llevarle el pañuelo a mi hermano y me fui directamente a los dormitorios para poder ir a tocar el piano. Estoy sola en la habitación, sola frente al piano y comienzo a dejar llevar mis manos  a la dirección que ellas desean, nunca lo había hecho de esta manera ya que siempre he sido muy exigente conmigo leyendo partituras hasta que saliera a la perfección, pero está vez es diferente, simplemente quiero dejar salir todo lo qué hay en mi interior. «Ya no te tengo en mi cabeza todo el tiempo, querido A» una nota tras otra nota «Ahora tengo alguien en mi corazón que no me deja pensar, ese es B».

Me abrazan por la espalda y dejo de tocar lentamente, conozco estos brazos y ese olor que me relaja pero al mismo tiempo comienza a ponerme inquieta.

–¿Estás aquí?
–Si, te seguí desde que saliste casi corriendo de la escuela. —Sujeto su brazo y me volteo a el.
–Oye, Kim TaeHyung.
–¿Si?
–Salgamos.
–¿Eh?