¿Se descubre la verdad?

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-Hola Nathaniel ¿Cómo te va con el trabajo? – Azucena123 había aparecido tras de mi sin previo aviso, me gire hacia ella con una sonrisa muy pequeña pues corría el riesgo de abrir la herida, la cual yo seguía cubriendo con el dorso de mi mano.

- Hola, bien gracias, de hecho por ahora regresaba a la sala de delegados – Me gire para dirigirme allá pero ella me detuvo sujetándome de la camisa.

- Oye ¿qué me estas ocultando? – Gire mi cabeza para ver la.

- ¿De qué hablas? –

- Primero no vienes a clase en todo el día, después no te encuentro en ningún lado (aunque eso no es raro), encima cuando te encuentro actúas muy raro – Dijo la chica quien se llevó ambas manos a la cintura - Y quita esa mano de tu rostro ¿qué es lo que escondes? – De mala gana baje mi mano rebelando el corte en mi labio el cual estaba hinchado, gire mi vista hacia un lado algo enojado porque me hayan descubierto.

- Se ve peor de lo que es – La chica se llevó sus manos a la boca sin poder creer lo que estaba viendo, me lleve una mano al puente de la nariz algo fastidiado (pues hoy no había sido mi mejor día) – Deberías ocuparte de tus propios asuntos – Después de un tiempo en su mirada apareció una chispa y frunció el ceño.

- Ase rato vi a Castiel también golpeado del rostro, ¿no me digas que tú y él...? – Yo dude un poco pero asentí ya no tenía caso ocultar lo obvio – Ahora si me debes contar que está pasando, pero antes hay que cuidar eso – dijo señalando mi boca.

Fui forzado a esperar en en la sala de delegados buscando el botiquín, Azuquitar123 se había ido a buscar algo para bajar la hinchazón y me había dicho que esperara aquí, >suspire< realmente no quería que terminara así.

-He regresado – Dijo ella con un vaso de refresco con hielo, al verlo supe que eso era lo que necesitaba.

- ¡Perfecto! – dije con entusiasmo tome al vaso y luego un trapo que yo siempre guardaba en un cajón del escritorio por si algo pasara, parece que el momento de usarlo había llegado – es justo lo que necesito – saque los hielos del vaso, dejando este a un lado, y los envolví con el paño, me lleve el bulto a la boca he hice un poco de presión, el frio en contacto con mi piel herida dolió más de lo que había supuesto y me hizo hacer una mueca de dolor, me senté en una de las mesas pues mi cuerpo se sentía exhausto.

- hum – dijo la peli rosa – Yo había pensado en que pusieras el vaso sobre la herida, pero parece que eso es mejor – la chica realmente parecía decepcionada de que su idea no se hubiera usado, me hizo reír.

- ¿Enserio? – Pregunte divertido – yo pensé que habías pedido refresco para no generar sospechas pidiendo hielo – pare de reír enseguida  pues la herida me dolió demasiado arrancándome otra mueca de dolor.

- Eso es al que llaman ¿Karma? – Dijo la chica aún un poco ofendida, tomo una silla y la arrastro hasta quedar de frente a mí, se sentó con mucho dramatismo cruzando una pierna y recargando ambas manos en su regazo.

- Ahora, sin reproches me dirás que esta paso entre tú y Castiel ¿entendiste? – Su actitud seria me divirtió, pero tenía razón yo estaba acorralado, y ella no parecía querer darme escapatoria.

- Bien – dije con una sonrisa – te lo contare – Azuquitar123 escucho toda la historia con mucha atención.

Comencé contándole como Castiel y yo al principio solo manteníamos una mera relación de compañeros de clase sin llegar a ser amigos pero no nos odiábamos, fue entonces que comenzó a salir con una chica de otro instituto llamada Debrah con quien formo una banda, recordaba haberles llamado la atención a ambos un sin número de veces pues se supone que no deben entrar personas ajenas al instituto, aun así no me hacían mucho caso y yo tampoco los regañaba demasiado (o eso creo yo).

Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora