Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.

El testigo de la tragedia

Narro yo.

- Demonios, ¿Qué tan grande es tu closet? – pregunto el pelirrojo en un susurro, viendo hacia el mueble de color azulado. Los pasos del padre del delegado se escuchaban más cerca.

- No mucho, pero tengo poca ropa – El pelirrojo abrió el closet y alzó su pulgar hacia el rubio.

- Perfecto – En eso, el guitarrista se introdujo en el closet y cerró la puerta, mientras el delegado hizo lo posible por desvestirse rápidamente, hasta quedar en ropa interior, ya que era poca ropa no le costó demasiado tiempo, las pisadas del enorme hombre se escuchaban ya frente a la puerta. El rubio oculto la ropa bajo la cama y se acercó a la puerta del closet con rapidez, sabía que no iba a pasar nada bueno y no tenía mucho tiempo.

- Castiel – Susurro – Escuches lo que escuches, no salgas por favor, solo podrías empeorar las cosas –

- ¿Qué de que estas hablando? – Preguntó el pelirrojo con un susurro, pero antes de que el rubio pudiera responder, su padre abrió la puerta de golpe.

Narra Castiel.

Escuche como la puerta se azotaba, "¿Qué esta pasado?, ¿Por qué Nathaniel me pidió eso?" no entendía nada, dentro del closet no podía ver hacia afuera, y estaba casi totalmente oscuro, pero podía escuchar perfectamente.

-¡Nathaniel! –

- ¿Qué... que pasa padre? - Mi Nathaniel parecía asustado, su voz no sonaba firme, y sus latidos eran erráticos, peros los latidos de su padre eran más agresivos, y al olerlo supe que estaba muy enojado.

- ¡¿Qué te encargaron esta mañana?! ¡¿He?! – La voz del hombre me hizo estremecer incluso a mí, el corazón del delegado se agitaba con latidos realmente inconstantes, tenía miedo, miedo de verdad.

- ¿Qué? ¿De qué...? – Espera... eso fue... "¿eso fue un golpe?"

- ¡Tu madre te encargo sacar la basura esta mañana!, ¡¿La sacaste?! – El corazón del rubio pareció pararse por un breve momento antes de volver a latir de igual forma con un ritmo más acelerado, yo no podía creer lo que estaba escuchando, quería salir y ver qué mierda pasaba, pero él me pidió que no lo hiciera, estaba pensando en eso cuando otro sonido, el cual estaba vez estuve seguro que fue un golpe, resonó.

- ¡Ha...! – Un grito ahogado, interrumpido por el mismo Nathaniel, salió por su boca. – Yo... lo sient... - Un golpe más - ¡mmm...! –

- ¿Qué? ¿Eso te dolió? – Su padre tenía una voz extraña, todo mi ser me pedía salir del closet, pero algo dentro de mí sabía que solo podría empeorar las cosas para Nathaniel, podría causar una catástrofe aún peor, pero yo realmente... necesitaba salir. Quería evitar que le hicieran daño, debía protegerlo. – ¿Quieres que te de razones para quejarte de verdad? – Esa voz llena de locura y rabia, la odie, la odie en lo más profundo de mi ser, otro golpe resonó y otro y otro. Recargue mis manos con forma de puños en la puerta "Maldición" pensé impotente, "mierda".

Los golpes resonaron por un corto tiempo, pero si alguien pudiera describirme la eternidad, creo que me parecería más corta que ese momento.

-Padre... yo... - La voz de Nathaniel sonó temblorosa, no supe si por los golpes o el miedo, pero al oírlo cerré mi mandíbula con fuerza.

- Cállate inútil, tu madre ya ha hecho tu encargo por ti – Escuche al hombre dirigirse hacia la puerta, pero antes se detuvo – Nunca dejas de decepcionarme, ¿verdad? – Dicho esto salió de la habitación azotando la puerta, espere hasta que escuche que bajo las escaleras. Salí de mi escondite y vi a Nathaniel, envuelto en las sabanas de su cama, al escuchar su voz, supe que estaba tratando de contener las lágrimas.