Una comida interesante

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Narro yo.

El pelirrojo, espero al rubio por mucho tiempo frente a la escuela, hasta que este salió por las puertas principales.

-Alfin, ¿qué tanto estabas haciendo? – Dijo algo enojado.

- Lo siento, la directora me encargo unas cosas de improviso y no pude salir hasta ahora – dijo el chico algo avergonzado.

- Algún día tendrás que dejar de permitir que esa vieja te controle – Dijo el roquero causando risa al rubio.

- Supongo, pero no es tan malo como parece – Esa respuesta hizo que el roquero levantara una ceja.

- Si tú lo dices, oye hueles mucho a flores ¿lo sabias? – dijo arrugando la nariz un poco, haciendo que el delegado se oliera la camisa pero no encontró olor alguno.

- Supongo que se me pego el perfume de Melody – Concluyo alsandose de hombros, el pelirrojo lo miro con una ceja alzada y una pícara sonrisa en el rostro, haciendo que el rubio se asustara al darse cuenta de lo que implicaba su frase – No es que haya hecho algo con ella ni nada, solo...-

- Claro como sea, ahora ven sígueme – Dijo el chico pelirrojo comenzando a moverse haciendo que el rubio tuviera que alcanzarlo "¿qué me pasa? ¿Por qué le estoy dando explicaciones?" pensó un desconcertado delegado, mientras que en la cabeza del pelirrojo se formaban otras dudas "¿Por qué me molesta lo que haga? es solo el príncipe mimado de la sala de delegados, no debería enfadarme"

- ¿A dónde vamos? – Pregunto el rubio cuando estuvo a su lado.

- Es una sorpresa delegado, no querrás arruinarlo – Dijo el roquero guiñándole un ojo al rubio. Caminaron durante un tiempo hasta llegar a una calle pequeña y justo en el centro se encontraba un pequeño restaurant de hamburguesas que estaba instalado en el frente de una casa, no parecía haber mucha gente adentro – Ven sígueme – Dijo el pelirrojo entrando al lugar que eran pequeño y largo como un pasillo, con mesas alargadas pegadas a la pared y bancos que harían función de silla, solo que no parecía haber nadie sentado, se deslizaron hasta lo que parecía el fondo del lugar pero continuaron avanzando hasta pasar alado de la cocina la cual tenía otro pasillo a la izquierda justo alado, entonces de repente el espacio cambio totalmente, cuando llegaran a la parte trasera de la cocina el horizonte del lugar se abrió mostrando un restaurant de tamaño promedio muy bien decorado, con suelo color rojo quemado y las paredes de madera le daban un toque muy hogareño, había varias mesas y sillas, solo un par tenia clientes.

- Wow – dijo el rubio, sorprendido de que el lugar a pesar de tener una entrada tan simple, era realmente muy lindo. El pelirrojo dirigió a delegado hasta el fondo del lugar donde había una puerta que daba a una terraza, con solo una mesa, casi totalmente aislada del establecimiento.

- ¿Le parece suficientemente alejado delegado? – preguntó sarcástico.

- ¿Cómo encontraste este lugar? – los ojos dorados del rubio, recorrían la hermosa decoración del jardín, llena de arbustos de flores y un árbol que les daba sombra, sin poder salir de su asombro observo a una ardilla corretear en la pequeña extensión de pasto verde que allí había.

- Bueno - dijo sentándose en una de las sillas de la mesa – Un día tenía tanta hambre que decidí pedir una hamburguesa de este lugar, la verdad nunca me pareció la mejor opción, pero el hambre pudo conmigo – Nathaniel riendo se sentó en la silla justo en frente de su compañero de equipo.

-Como supuse tu solo piensas con tu estomago – dijo divertido.

- Y me trajo aquí ¿o no? – respondió el roquero con una sonrisa satisfecha. La mesera se acercó, presentándose y enseguida les entrego unos menús, el lugar a pesar de ser de hamburguesas tenía mucha clase.

Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora