Enredos extraños

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Narro yo ;9

Los dos chicos se encontraban en el campo trasero de la escuela, en lugar donde se encontraba la pista de obstáculos de la escuela, los alumnos normalmente lo llamaban el campo traviesa, a pesar de no serlo. No se encontraba nadie alrededor, todos se habían ido y nadie iría a ese lugar tan lejano del edificio de la escuela, almenos hasta más tarde, solo ellos y unos cuantos pájaros ruidosos, que estaban en los árboles que rodeaban el campo.

Los chicos también podían ver de vez en cuando como aparecía y desaparecían pequeños seres luminosos o uno que otro animal que no era normal que se dejaban ver en la alboreada que rodeaba el campo, desde haber ido con al Jardín de Afrodita, podían ver toda clase de esas criaturas, les pareció raro al principio, pero eso no era nada comparado con ver a una diosa en persona. Nathaniel concluyó que al haber entrado a un lugar con muchos seres mitológicos y ser los sirvientes de una diosa, podría ser que los allá sensibilizado a ver a otros seres que antes no podían apreciar.

Nota: Si no saben que es una cancha de obstáculos, es un campo que tiene varios obstáculos que están puestos en orden, el objetivo de estos es pasar todos los obstáculos en el orden establecido, con el menor tiempo posible. Aquí les dejo una imagen de un ejemplo.

Los chicos estaban en el inicio del circuito y se habían quedado en silencio, el rubio, quien tenía puesta ropa de deporte, observaba el lugar asegurándose que no hubiera nadie, mientras tanto el pelirrojo observaba al delegado, veía su pequeña na...

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Los chicos estaban en el inicio del circuito y se habían quedado en silencio, el rubio, quien tenía puesta ropa de deporte, observaba el lugar asegurándose que no hubiera nadie, mientras tanto el pelirrojo observaba al delegado, veía su pequeña nariz y sus facciones casi angelicales, con sus ojos ahora podía observar la suavidad de su piel desde la distancia y atrapar cada pequeño rayo de luz que rebotaba de sus cabellos dorados, continuo recorriendolo con los ojos bajando la vista a sus delgados y tonificados brazos, entonces noto extrañado unas pequeña manchas oscuras, ya casi desaparecidas, que normalmente serian imperceptibles, pero él las pudo ver con facilidad, las observo extrañado un momento.

-Bueno, no hay nadie – Dijo el delegado girándose para ver al pelirrojo, quien desvió la mirada de inmediato, y adaptó sus ojos de nuevo a la normalidad.

- Bien, ¿ahora me mostraras tu habilidad? – pregunto el roquero con tono exasperado y cruzándose de brazos – ¿O tendré que esperar de nuevo al príncipe para que elija otro atuendo, que se ajuste más a la ocasión? – dijo sonriendo.

- Me matarían si ensucio mi ropa del diario, así que... - Dijo alzándose de hombros y señalándose  entero con ambas manos, haciendo alusión a su ropa. –Como sea, te dije que tengo la memoria muscular de una acróbata... -

- Si, si, deja de confundirme y muéstrame de una vez – Interrumpió  con un puño alzando y el ceño fruncido, el delegado rió ante su reacción.

- Esta bien, observa – El delegado se puso en la línea de comienzo y entonces comenzó a correr, por la cancha de obstáculos, el primer obstáculo: una pared vertical con cuerdas en el frente para trepar y pasar por encima, el joven solo sosteniéndose con una mano, su mano sana, paso sobre ella con solo dos impulsos de la cuerda, el segundo obstáculo: dos troncos en vertical, uno sobre otro, entre los que se debía pasar, él dio un salto en el aire pasando por en medio, sin rosar siquiera los troncos.

Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora