¡Sufre en silencio!

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Narro yo porque... hace mucho que no narro.

Llego el siguiente lunes, el delegado principal había llegado puntual como siempre a clase y se encontraba hablando con Melody acerca de la pregunta 29 de los problemas encargados para ese día.

-Te estoy diciendo que me parece que es una pregunta capciosa – decía la castaña con rostro serio.

- A mí no me lo parece, es más bien que está mal formulada – Respondió amablemente el delegado, aunque en el fondo estaba algo desesperado porque la chica no lo comprendiera.

- Pero ¿Por qué lo dices? –

- Porque este autor nunca ha hecho esa clase de preguntas y además si lees esta oración de aquí – Dijo el delegado señalando la libreta - notas que se refiere a lo mismo que en la pregunta anterior, además que es más lógico que pensar que se desviaría tanto del tema principal – La castaña al final acepto que Nathaniel tenía razón y borro solemnemente la respuesta de su cuaderno, colocando la verdadera respuesta.

Las campanas sonaron señalando el inicio de la clase y el maestro pidió silencio, todos los estudiantes se sentaron en sus lugares y la clase comenzó, después de media hora repentinamente la puerta del aula se abrió y detrás apareció un Castiel diferente de lo usual se veía con su misma cara de molestia, pero se veía cansado, detrás de él Lysandro entro con una mirada de preocupación en su rostro, mientras observaba a su amigo pelirrojo.

- Gracias por acompañarnos muchachos, la clase empezó hace media hora, ya saben lo que pasara – El profesor de inglés era de los que no les gusta mucho la formalidad, así que siempre va al punto y no se anda con rodeos, aunque regañar no es su fuerte.

El pelirrojo había faltado a clases toda la semana anterior, pero eso no era algo nuevo para nadie por eso no se le tomo importancia, el único que había notado algo raro era su amigo de la infancia, el albino supo que algo andaba raro cuando no supo de el en tres días (en realidad noto muy tarde que no se habían comunicado, ni había ido a la escuela), y al darse cuenta de esto fue a visitar a Castiel, encontrándolo en un pésimo estado emocional, durante esa semana el albino se tuvo que quedar con él y ayudarle a retomar ánimos, pudo hacerlo volver a clases apenas hasta ese día.

Al ver al pelirrojo Nathaniel tuvo emociones encontradas, sentía furia pues a pesar de que todo se había aclarado, justamente por todo lo que tuvo que pasar para arreglarlo, le molestaba mucho, pero al mismo tiempo en el fondo sentía preocupación por la mirada demacrada del chico de ojos grises.

Castiel por su parte, al ver al rubio otro tipo de remolino de sentimientos le recorrió el cuerpo, sentía una combinación de vergüenza por que el delegado estuvo a punto de verlo llorar y quería alejarse lo más que pudiera del príncipe de la sala de delegados, pero en el fondo también quería disculparse por todos los problemas que la había causado. Pero ninguno de los dos chicos admitiría, ni siquiera para sí mismos, los sentimientos más profundos que se albergaban dentro de sus corazones.

El tiempo de clases pasó y rápidamente el primer receso comenzó, fue entonces cuando el rubio se dirigió como siempre tranquilamente a la sala de delegados, entro disfrutando del sentimiento de paz y quietud que daba el lugar, mientras habría las ventanas para que entrara un poco de aire, ya que el clima estaba algo cálido.

Mientras se encontraba realizando su trabajo (como todo investigador policíaco haría), alguien toco a la puerta.

-Adelante – dijo el con un tono educado, ese que siempre usaba cuando se trataba de temas serios de su trabajo de delegado, por la puerta apareció Alexy quien traía remolcando del brazo a Kentin quien tenía una expresión algo asustada, justo detrás de ellos Castiel entro con actitud totalmente fastidiada.

Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora