Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.

Un misterioso suceso

Narro yo hasta nuevo aviso jeje 77.

Nathaniel miro horrorizado los pedazos de jarrón que se encontraban esparcidos por el suelo, quería creer que sus ojos lo estaban engañando.

-¡Castiel! ¿Vez lo que haces? – dijo el delegado señalando con una mano el desastre causado.

- ¡¿Qué?! – Respondió el pelirrojo alzando un puño en señal de molestia – Mira que echarme la culpa a mi principito, también tu tuviste que ver –

- Tú eres el que alzo su mano para tocar esa cosa – Le respondió el delegado con furia, mientras hablaban ninguno de los dos chicos se daba cuanta que el polvo que se esparció al romperse el jarrón estaba convirtiéndose en humo y los estaba comenzando a rodearles desde los pies.

- Yo no planeaba hacerlo añicos, eso fue tu culpa –

- Pero si, tú... - Cuando el rubio estaba a punto de replicar de nuevo ambos se percataron del humo azulado que los estaba envolviendo, el cual les llegaba a la cintura.

- ¿Qué dem...? – Castiel no pudo terminar la frase que saldría de su boca, pues repentinamente ambos sintieron como el suelo desaparecía de debajo de sus pies, con el humo rodeándolos por completo y los segandolos de lo que hubiera alrededor, sintieron como si cayeran desde una gran altura. Nathaniel comenzó a gritar y a patalear tratando de encontrar un punto de apoyo, el pelirrojo solo podía mirar hacia la dirección que suponía que era abajo en un estado de sorpresa y miedo, el cual no lo dejaba hacer nada.

Después de un tiempo ambos se encontraron aterrizando dentro de lo que parecía un lago profundo, Nathaniel enseguida al sentirse rodeado de agua sostuvo la respiración y se quitó sus zapatos para poder ascender lo mas rápido  que pudo a la superficie, salió tomando una bocanada de aire, jadeo unos momentos mientras analizaba donde se encontraba.

Vio que el lago era casi totalmente circular y estaba rodeado totalmente de lo que parecía un bosque, noto también que en el cielo el sol brillaba sin una sola nube haciéndole compañía, "¿cómo es posible?" pensó el joven aun impresionado, sin saber que hacer siguió intentando cavilar lo que había pasado mientras se dirigía a la orilla, pero repentinamente sintió una aplastante soledad, noto que el silencio lo rodeaba, fue cuando recordó  algo importante "¿Dónde está Castiel?", comenzó a girarse bruscamente, buscándolo y se dio cuenta que no había nadie más a su alrededor, entonces  se dio cuenta de que unas pocas burbujas salían a la superficie junto a unos juncos que sobresalían cerca de la orilla, el rubio se dirigió hacia ese lugar con la mayor rapidez posible, al introducirse en el agua pudo ver que Castiel estaba desesperadamente tratando de salir a la superficie pero algo se lo impedía, las burbujas que salían de la boca del pelirrojo comenzaban a ser escasas y sus movimientos se comenzaban a debilitar.

Cuando el roquero vio a Nathaniel nadando sobre el empezó a rogarle con la mirada que lo auxiliara, pero en contra de lo que esperaba Castiel, el rubio se dirigió a la superficie nuevamente, una vez allí tomo el mayor aire que sus pulmones podían atrapar y fue entonces cuando volvió con su compañero de equipo, al llegar con el se dio cuenta de que la cadena del pantalón del pelirrojo se había enredado con las plantas del fondo, sin pensarlo dos veces el delegado intento soltar al roquero, pero ese agarre era resistente, entonces vio como el pelirrojo comenzaba a perder la conciencia, con un movimiento brusco Nathaniel se acercó a su compañero y coloco sus labios contra los del otro.

Narra Castiel (pensé que el nuevo aviso tardaría más xd).

Mi voluntad por mantener el agua lejos de mis pulmones se estaba desvaneciendo, no faltaría mucho para que una cantidad enorme de agua entrara en ellos y no pudiera usarlos nunca más, pero entonces entre mi vista que se nublaba cada vez más vi unos ojos dorados, que me miraban con... ¿miedo?, "preocupación" pensé "eso es preocupación", pero entonces unos labios tocaron los míos haciendo que me sobresaltara, fue cuando me obligo a abrir mi boca y de inmediato sentí el aire de otros pulmones entrar en los míos dejándome acarrear todo el oxigeno que mi cuerpo rogaba por obtener, fue cuando desperté de nuevo en mis cinco sentidos y fui cociente del chico frente a mí, dándome vida.