La diosa los miro con una mirada severa, que hizo a Nathaniel estremece serse, le recordaba la sensación que sentía cuando su padre se le acercaba con la mano levantada, sabía que algo horrible pasaría, había pasado un tiempo desde que estaba seguro de algo (para él una eternidad, en la realidad solo dos días), Castiel estaba de nuevo en estado de shock sin poder moverse mientras todo a su alrededor se ajitaba.
-¡Respondan! – Grito con voz firme, azotando el pie contra el suelo. Silencio, ni un ser consiente que se encontrara en ese lugar logro hacer un simple sonido, incluso el bosque se había quedado sin un solo sonido para dar, esperando paciente lo que su diosa diría -¡HE DICHO QUE RESPONDAN! - Levanto una mano y justo en ese momento el delgado reacciono.
- ¡No lo hicimos apropósito! – Grito con voz asustada, apunto de que el miedo lo hiciera llorar.
- ¿Qué has dicho? –
- El jarrón, fue un accidente – El chico se acercó a la diosa y la miro con sus ojos dorados, mostrándole la honestidad con la que hablaba – Nunca tuvimos la intención de romperlo, solo... - El chico no sabía que decir ¿cómo explicar lo que pasó?
- Fue mi culpa – El roquero fue quien habló, pues al ver que el rubio comenzó a temblar y como la noche anterior algo se movió dentro de él, impulsándolo a protegerlo – Yo fui quien provoco el accidente, vera yo... -
- No, sí alguien es culpable... - Respiro hondo, estaba a punto de hacer algo que el joven de ojos dorados no hacía muy seguido, admitir que cometió un error – Soy yo – Fue entonces cuando ambos comenzaron a explicar lo sucedido, cada quien intentando encubrir al otro,cruzando las palabras, de bes en cuando discutiendo entre si, cada vez alzando más la voz intentando imponerse al otro, ni siquiera habían tenido en cuenta si la diosa quería decir algo, al final terminaron mostrando la responsabilidad de los dos hacia lo sucedido.
Al escucharlos Afrodita pareció apagar su ira, pero seguía molesta, alguien tenía que pagar por lo sucedido y serian esos chicos. Cuando acabaron su historia, la cual marearía a cualquier mortal si la escuchaba ya que cada quien hablaba su versión de los hechos, al mismo tiempo, sin considerar lo que el otro decía, pero la diosa pudo comprender en su totalidad lo que paso.
-Ese jarrón, era uno de mis jarrones de Lutielt, los cuales fueron forjados por una gran magia en su país, la cual era capaz de abrir una puerta del mundo mortal al Olimpo, los di en obsequio a quienes creía merecedores de tal poder – Nathaniel se quedó sorprendido, eso significaba que la diosa le había dado un Jarrón a alguien de la antigua Grecia, pero nunca lo uso y como el tiempo paso, al final fue a llegar al museo de la ciudad.
- Yo lo siento mucho, no sabíamos que ese jarrón tenia tal poder – Nathaniel se disculpó haciendo incluso una inclinación de cabeza.
- Ustedes lo habéis destruido, solo había que tomar agua de él, al romperlo liberaron descontroladamente su poder, haciendo que los llevara tan lejos de mi casa – Afrodita los miro de nuevo con una mirada intimidante, su voz salió brutal al decir – Deberán pagar por lo que han hecho, accidente o no así debe ser – Los chicos se quedaron pasmados, la sentencia parecía estar a punto de ser dicha y ellos eran los acusados encontrados culpables – A partir de ahora seréis mis sirvientes, me servirán por la eternidad y mi casa será su morada –
- ¡¿Qué?! – Grito Castiel con incredulidad, haciendo que más de una sacerdotisa saltara de la sorpresa, menos la diosa ella permanecía impasible – tenemos una vida ¿sabe? ¿Qué pasara con nuestras familias? ¡Nos buscarían! – La diosa sonrió algo divertida pero sin dejar de fruncir el ceño con las cejas.
- Querido cabellos de fuego, aunque os buscaran no podrían encontraros, nunca en toda su existencia – Sentencio la diosa – Pero no os preocupes, una vez que seáis mis sirvientes, será como si nunca hubieseis existido en el mundo mortal, nunca habréis nacido y nunca os habrán conocido – Ambos jóvenes quedaron sorprendidos una vez más por las palabras de aquella bella mujer.
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Castiel x Nathaniel: El misterio de un amor secreto.
Fiksi PenggemarCastiel y Nathaniel se odian a muerte, tanto así que llegaron a pelearse a golpes, ¿realmente eso puede cambiar hasta convertirse en el amor mas puro que esta destinado a ser? ¡¡Se necesitaría un milagro!! Los personajes de esta historia no me pert...