Capítulo 16: Hablémosle a la luna

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—Todo estará listo para este próximo sábado —dijo Toretto y el hombre asintió, entregándole una cantidad generosa de dinero

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—Todo estará listo para este próximo sábado —dijo Toretto y el hombre asintió, entregándole una cantidad generosa de dinero.

—Que nadie se entere, de lo contrario ve pensando tus últimas palabras —avisó el sujeto, dando media vuelta y saliendo con pasos silencioso de aquel no tan abandonado lugar.

Genial, nada como una amenaza de muerte para hacer las cosas bien.

Keitan y yo llevábamos allí el tiempo suficiente como para haber escuchado una conversación completa entre ambos sujetos.

Aquel hombre elegantemente vestido, al que Toretto había llamado por el apellido Turner, parecía ser alguien con dinero, alguien famoso en el mundo de las carreras automovilísticas. Así que no nos sorprendió mucho cuando nos enteramos de que Turner le pagaba a Toretto para que éste saqueara uno de los autos competidores en la próxima carrera del Circuito de Albert Park.

Había sido bueno ocultarnos y espiar aquella conversación, ahora teníamos con qué extorsionar a Toretto si se negaba a darnos información de Tazmania.

—Déjame hacer esto a mí —le dije en un susurró a Keitan —. Está pendiente, si te necesito te llamaré.

Él entrecerró los ojos.

—No abuses, White.

—Nunca lo hago. De hecho, odio a los abusadores —dije lanzándole mi mochila.

Eso era cierto, me había metido en unos cuantos problemas intentando defender a personas de otras que se creían superiores.

Pero yo no estaba abusando al pedirle a Keitan ir sola. De hecho, él había abusado al meterme en este mundo.

Bajé la reja que Keitan y yo habíamos escalado minutos atrás para poder ver y escuchar mejor la conversación de aquellos hombres y caminé hasta la entrada mientras me ponía la chaqueta.

—Toretto —llamé una vez entré.

—Señorita White. Últimamente es la más mencionada en estas calles. Dadas las circunstancias no me sorprende que esté aquí —habló Toretto de pie frente a una mesa repleta de piezas de auto y algunas herramientas.

—Siempre he sido mencionada por estas calles. Mis buenas acciones siempre han dado de qué hablar —dije acercándome.

—Claro —asintió —, supongo que visitar peleas callejeras y ser arrastrada por un guardaespaldas luego de que la policía detuviera a dos jóvenes inocentes, también son buenas acciones.

—Todo depende del punto de vista —dije firme —Necesito que me des información sobre algo.

—Todo tiene su precio —explicó —, la información también lo tiene, y no ofrezco descuentos a cambio de ella. ¿Qué clase de información podría interesarle a una dama de la alta sociedad?

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