Capitulo 67

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Tomé lugar en el alfeizar de la ventana de mi habitación, en el lugar en donde pasaba la mayor parte del día hasta que la noche caía

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Tomé lugar en el alfeizar de la ventana de mi habitación, en el lugar en donde pasaba la mayor parte del día hasta que la noche caía.

No había nada para mirar por esa ventana si te encontrabas en un departamento de varios pisos, solo la infinidad del cielo.

Observaba cuando el sol se levantaba y cuando se ponía en el horizonte.

En silencio, lo observaba.

No pensaba, ya lo había dejado de hacer.

Cada vez que un pensamiento quería invadir mi mente me concentraba fijamente en las nubes, buscando formas, centrándome solo en eso.

En los días nublados comenzaba a contar los pájaros que pasaban volando muy cerca de mi ventana., apresurados para resguardarse en algún lugar con techo, hasta que la lluvia se detenía y volvían a salir.

Volaban muy alto, lejos del caos que tenían a sus pies si llegaban a descender.

Ellos no tenían problemas como todo ser humano, los únicos problemas que podían tener era recoger su comida sin ser comidos por algún animal terrestre.

Aunque eso sí era un problema, si por casualidad cuando salían de sus nidos en busca de comida eran intersectados por la muerte, no lograrían volver a su hogar.

Y si no regresaban a su hogar con comida... ¿Quién alimentaría a sus bebés?

Porque todos los pájaros tenían familia.

¿Quién se haría cargo de esos pequeños pajaritos?

Ellos morirían esperando a que su mamá regresara con comida, morirían en lo alto de un árbol, en sus nidos llenos de ramitas.

No habría nadie a su lado que los acompañara en su primer vuelo, los pajaritos caerían intentando volar y se estrellarían con el duro mundo a sus pies, con la cruel realidad de que no tenían a nadie más a su lado.

Morirían solos.

Mi bebé... había muerto solo, se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

Cuando me di cuenta hacia donde habían llegado mis pensamientos ya estaba llorando, de nuevo.

No podía olvidar lo sucedido, la culpa y el arrepentimiento de no haber sido capaz de protegerlo me consumían.

Cubrí mi boca con mis manos para mitigar el sollozo que estaba por dejar salir, no quería tener de nuevo a Hyunsik mirándome. Con sus ojos llenos de tristeza mientras intentaba de mil maneras que detuviera mis lágrimas, lágrimas que él todavía no había derramado.

Lo podía ver, como sus ojos brillaban cada vez que me veía llorar.

Él se contenía... y no quería que lo hiciera.

Promesas vacias- BTOBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora