Capitulo 75

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Año 2007.

Acomodé la última silla antes de comprobar que todo estuviera en su lugar, como todos los días.

Al principio odiaba hacer este tipo de trabajos en el colegio, ser la encargada del salón no había sido mi idea, ni siquiera había pensado en ello.

Recuerdo bien como el primer día de clases el director me llamó a su oficina junto con varios alumnos de otros salones.

Lo primero que se me había pasado por la cabeza era que nos habían descubierto por hacer la divertida broma que le habíamos jugado a un profesor más temprano en ese día, pero descarté ese pensamiento al ver que sus palabras no tenían nada que ver con lo que había pasado.

Por mis notas había sido elegida para ser la encargada del salón, algo que rechazaría a penas el profesor me preguntara directamente.

Habló con cada uno de los que se encontraban allí y esperó su aceptación antes de dirigirse hacia mí, esperando pacientemente mi respuesta.

No, definitivamente iba a ser...

-Tu madre quedó encantada cuando le comuniqué la noticia por teléfono.-dijo sin dejar de sonreír el director, matando todas mis ilusiones de no aceptar el puesto.

Maldición...

Él ya había hablado con mi madre, la que me mataría si ahora le decía que "no" al director.

Me golpee más de una vez internamente antes de susurrar un "si" de mis labios.

Escuché con pesar cada una de las indicaciones de nuestro trabajo a partir de ahora.

Tenía que venir todos los días temprano para comprobar que todo estuviera en su lugar.

El pizarrón tenía que estar impecable al igual que las ventanas, y las sillas con sus respectivas mesas tenían que estar alineadas.

Se había vuelto una rutina hacer eso todos los días, ya se me habían ido las ganas de hasta de quejarme por esto.

Las palabras de Jihyun me habían animado un poco.

"Solo tienes que hacer feliz a mamá, así de esa forma no te molestará"

Y ella tenía razón, si ese día en la oficina del director le hubiese expresado rotundamente que no quería el puesto de encargada de salón... en este preciso momento mi castigo se estaría haciendo presente.

Un castigo que no me permitiría ir a otro lugar que no fuera el colegio.

Salí del salón rumbo a los jardines, necesitaba un tiempo más a solas antes de que el salón estuviera repleto de mis compañeros.

Era la primera en llegar al colegió, pero la última en entrar apenas comenzaba la clase.

Caminé por los jardines aspirando el dulce aroma de las flores, otra rutina que se había adueñado de mi vida todas las mañanas.

No tardé mucho en escuchar a lo lejos el timbre que siempre daba comienzo al inicio de clases.

Caminé lejos de los jardines pero me detuve al ver como el sub-director reprendía a los que llegaban tarde.

Al parecer no se cansaba de estar de pie en la entrada del colegio todas las mañanas, esperando por ese grupo de personas que llegaran después del sonido del timbre para desquitar su ira.

Siempre eran los mismos alumnos que llegaban a este horario, y también las mismas palabras del sub-director.

En algún momento se cansaría de eso... ¿No?

Promesas vacias- BTOBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora