Promesas vacias- BTOB

Capitulo 68

Se siente extraño pensar en el presente como pasado.

Algo que pensaste tener, de un segundo a otro... desaparece.

Sin siquiera un adiós, se esfuma en un abrir y cerrar de ojos.

Quería que todo fuera como hace unos días atrás, saber que la espera de unos cuantos meses sería larga pero llegaría a su fin.

Ya no tendría que esperar esos meses para verlo, porque ya había desaparecido.

El vacío que sentía en lo profundo de mí... cada día se hacía más grande.

¿Cómo podría llenar ese vacío?

No había forma, aunque tratara de buscar una solución... no existía.

Quería tener la esperanza de que todo fuera a mejorar, de que llegara ese día el cual ya no sentiría dolor por la pérdida.

Era un suceso muy reciente, y eso me hacía difícil olvidar lo que había pasado.

Pero... yo no quería olvidar. Necesita recordar, si bien ahora me hacía daño recordar... a mi bebé, en su momento me hizo muy feliz.

En un principio me había asustado mucho al enterarme de que estaba embarazada, sentir que algo dentro de mí estaba creciendo me atemorizaba.

Habían sido infinidades las preguntas que habían surgido en mi cabeza, por las cuales me desvelé más de una noche tratando de buscar respuestas.

El futuro era muy incierto para los tres, tanto para mí, como para Hyunsik y nuestro bebé.

Pero... pude seguir adelante, con preguntas, pude seguir.

Siempre para todo había una solución, aunque tardáramos en encontrarla, algún día surgiría.

Quería ver crecer a nuestro bebé, pero también quería que el futuro de Hyunsik no se viniera abajo.

¿Cómo podía lograr eso?

Necesitaba proteger a las dos personas más importantes en el mundo, y no lo había hecho.

No había podido proteger a nuestro bebé.

No había podido...

Y él ahora estaba muy lejos de mí, ya no sentía su corazón latiendo conmigo. Era como si una parte de mí se hubiera ido con el bebé.

Ahora yo era un cascarón vació, tratando de no pensar, de no sentir para no desmoronarme.

Pero... no estaba haciendo un buen trabajo en mantenerme de pie frente a la realidad.

La realidad me asustaba, más de lo que alguna vez hubiera imaginado.

Podía sentir como el agua se calaba bajo mi ropa, las frías gotas helaban mi piel a medida que avanzaba más en esta inmensa lluvia.