Aquí tenéis mis amores💓
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Todo el mundo corría de aquí para allá abasteciéndose de armas.
“Salva a mi sobrina.” Le había dicho Rosa al doctor.
Rob estaba nervioso. Conducía a toda velocidad por la carretera mientras veíamos a lo lejos el brillo de las explosiones.
Le había visto metiendo una pistola, ropa y víveres en una mochila, porque la misma mujer que había implorado que se me salvara semanas antes, le había dado órdenes claras: “Protege a mi sobrina.”
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-No permitiré que muera en esta guerra, y tú tampoco, aunque sea por todos los ángeles del cielo, lo sé muy bien. Llévala lejos. Protégela como tú sabes. Pero no te dejes llevar por el deseo que aún se aferra a ti de ir tras Cam-. Había dicho Rosa seriamente.
-¿Qué será de mi tía y Sam?- Había preguntado él.
-Estarán bien. Enviaré a un grupo de soldados a otro de los cuarteles, ellos irán en ese grupo. No puedo decirte a cuál de todos los que tenemos les enviaré por seguridad, pero sé que acabarás encontrándolos. Sandra y tú marcharos de inmediato. Le guerra está cerca-. Miró a Rob implorándole paciencia y fuerza, estaba nerviosa.
Había llamado a Rob y se habían reunido con urgencia.
-¿Qué será de usted? -Se había preocupado Rob.
-Lucharé por el bien, lucharé. Y si salgo viva de esta... Cuando todo haya terminado os buscaré, Rob. Pero tienes que prometerme una cosa-. Había exigido impaciente la Comandante.
-Lo que sea-. Rob temió lo peor.
-Protege a mi sobrina-. Rob iba a contestar cuando una explosión les interrumpió. -¡Ya están aquí! ¡Iros! -Gritó ella mientras lo empujaba fuera de la sala de reuniones.
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Y ahora nos encontrábamos huyendo de la guerra a la que yo estaba predestinada dirigir. Todo era un caos en mi cabeza, y fuera de ella.
-Tengo miedo, Rob-. Dije agarrándome fuerte a la puerta.
-Tranquila, no nos pasará nada-. Me tranquilizó él.
-No tengo miedo por mí-. Clavé las uñas en las palmas de mis manos.
-El grupo de soldados salió a la misma vez que nosotros. Estarán bien-. Tenía la mirada fija en la carretera. Alargó el brazo y subió el volumen del CD que sonaba.
-Ni si quiera saben que nosotros también nos hemos ido... no hemos podido despedirnos, ¿y si se han quedado buscándonos?
-Amelia nos vio, Sandra. Me asintió con la cabeza cuando me subí al coche. Sabe nuestros planes.
-Eso espero, Rob-. Suspiré.
-¿Por qué no duermes un poco? Aún nos queda mucho camino por delante y pareces cansada-. Posó su mano sobre mi puño cerrado. -Relájate, no nos va a pasar nada, ni a ellos tampoco.
Y después de eso, el peso de mis párpados había podido conmigo, y había caído presa de un profundo sueño.
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-No tenemos a dónde ir, Rob-. Dije frotándome los ojos somnolienta.
Acababa de despertarme. Sentía los brazos pesados, como si hubieran estado hechos de hormigón. Me dolía la cabeza, y toda yo era un amasijo de preguntas sin respuesta.
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Besos de terciopelo
FantasíaAtrapada en una guerra entre corazón y lógica, observa su devastador e inevitable futuro. Un ángel y un lobo. Se debate entre el amor de dos seres fantásticos, y la supervivencia de la humanidad. La traición, el peligro, las mentiras, los secretos...