Mientras mantenía los ojos cerrados y las pestañas acariciaban mis mejillas, sentía contra mi rostro el aleteo de su corazón. Mi cabeza descansaba contra su pecho en un intento de fundirme con él un poco más de lo que ya lo había hecho aquella noche.
La mayor paz que jamás podría haber imaginado inundaba mi corazón, y la tranquilidad que me invadía en aquel momento, ¿cómo describirla? Era cuanto menos reconfortante.
Mi mano reposaba en el torso de Rob mientras me acurrucaba contra él, molesta por los primeros rayos de sol que comenzaban a traspasar las cortinas de la ventana. Una fina sábana blanca de algodón cubría mi cintura, y no podía evitar pensar -mientras comenzaba a despertar de un profundo sueño- en lo afortunada que me sentía en aquel momento.
Sabía de sobra que mi deber como elegida no había acabado, y eso me producía un terrible dolor de cabeza, pero los Oscuros ya no eran nuestro problema. Tenía la certeza de que más guerras estaban por llegar, y que sería capaz de combatir. Juntos seríamos capaces de librar cuantas guerras nos acechasen, y aquello era lo mejor: sentirse invencible junto a él, lo era todo.
El roce de una decidida caricia recorriendo mi espalda con delicadeza me sacó de mi ensimismamiento. Elevé el rostro lentamente adormilada, y sonreí como una tonta cuando el mar grisáceo en calma de los ojos de Rob me dio la bienvenida.
Me vi reflejada en ellos, y no pude hacer otra cosa que amarlo de nuevo mientras las sábanas nos engullían.Y entonces lo entendí todo.
¿Hasta dónde sería capaz de llegar por amor?
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Besos de terciopelo
FantasyAtrapada en una guerra entre corazón y lógica, observa su devastador e inevitable futuro. Un ángel y un lobo. Se debate entre el amor de dos seres fantásticos, y la supervivencia de la humanidad. La traición, el peligro, las mentiras, los secretos...