Me detuve de golpe. Dejando que el asombro y la incredulidad me recorrieran por completo.-Imposible. Anoche lo perseguí bosque adentro pensando que eras tú.
-A eso iba... se escapó. Estaba a punto de presentarse ante el tribunal de justicia de los ángeles, cuando se escapó hace unos meses-. Levanté la mirada del suelo.
-Pensé que eras tú. Pero no. Era él quien desde hace meses me observaba desde una de las ramas de aquel viejo roble-. Señalé con un dedo el árbol más cercano a la casa. -Cada noche, salía al porche y lo miraba, siempre estaba en la misma postura, totalmente inmóvil-. Di un paso en su dirección.
Él seguía mirando la agrietada corteza y arrancando pequeños trocitos de musgo. -Había mantenido la esperanza. Deseaba que fueras tú, Rob. Que siguieras protegiéndome, aunque fuera desde la distancia. Me convencí de que seguías siendo mi ángel de la guarda, y que seguirías ahí, a pesar de haberme abandonado.
-Sandra-. Se perdió en mis ojos con una mirada feroz. -¿Cómo crees que estaba ayer allí para evitar que ese psicópata te hiciera pedazos? -Se agarró el puente de la nariz con el dedo pulgar y el índice, y cerró los ojos. Pestañeó un par de veces antes de continuar. -He estado cada día, desde que supe de tu paradero, observándote y velando por tu seguridad. Veía cómo cada noche te quedabas dormida. Vi cómo te acercabas al peligro, cuando insensatamente le diste un cacho de carne al lobo flaco la primera vez. Vi a la loba blanca abalanzarse sobre ti y ser detenida por tu querido chucho. Vi tu dolor cuando tuviste que curarte el corte de la pierna, eso estuvo a punto de matarme, Sandra. Verte sufrir y no poder ayudarte me partió en dos. Cuando te quedaste dormida en el porche, te prometo que pensé que te había perdido, que no habías detenido la hemorragia a tiempo, y que... -Se le cortó la voz, y algo se revolvió dentro de mí. Dio un paso hacia mí. -Sandra, he estado cada momento a tu lado, aunque no lo supieras, siempre estaba ahí. Pero siempre aparecía ese estúpido lobo para salvarte, y ese otro tío para cuidarte y sustituirme.-¡Ese lobo no es estúpido! ¡No te atrevas a repetir eso! -Respiré, y lo acribillé con la mirada. -Y Sam no te ha sustituido, solo ha estado siempre que lo he necesitado, no como tú. No pienso permitir que hables mal de ninguno de ellos. Los quiero-. Me sorprendí al escuchar esas palabras salir de mi boca.
¿Realmente había dicho que los quería?
Demonios, Sandra. ¿Has admitido en voz alta que los quieres y necesitas? ¿Los has protegido ante Rob?
-Veo que estás... realmente bien entonces-. Se dio la vuelta y puso rumbo a la cabaña.
-Sí, Rob. Tan bien como podría estar una persona que se ha perdido a sí misma. Que no es ni humana, ni ángel. Tan bien como alguien que no sabe a qué lugar pertenece. Tan bien como podría estar alguien que ha perdido parte de todo lo que le formaba antes-. La ira iba resurgiendo del fondo de mi pecho por haber estado tanto tiempo acumulándose. -¡Tan bien como podría estar alguien que lo ha perdido todo! ¡Y que ya, ni siente, ni padece! -Bramé furiosa. -¡Ni si quiera mi cabeza funciona bien ya, Rob! ¿Por qué no puede ser todo como antes? -Apreté los puños mientras pestañeaba para disipar las lágrimas que se había acumulado en mis ojos.
Él se giró. Tenía la misma expresión rota, que había tenido el día que todo se nos acabó.
-Lo siento-. Logró decir. -Te prometo devolverte parte de ti misma. Te lo prometo.
-¿Parte de mí misma? -Resoplé-. Eso ya no es posible, Rob. Ya no.
-Pienso recuperar tus alas. Las perdiste por mi culpa, y las vas a recuperar.
-Mis alas...-Dije casi para mí. Imaginé su suave tacto de nuevo, su increíble color blanco y su envergadura. Se me puso la carne de gallina.
Continuó el camino hasta la casa. Yo sin embargo, no me atreví a moverme.

ESTÁS LEYENDO
Besos de terciopelo
FantastikAtrapada en una guerra entre corazón y lógica, observa su devastador e inevitable futuro. Un ángel y un lobo. Se debate entre el amor de dos seres fantásticos, y la supervivencia de la humanidad. La traición, el peligro, las mentiras, los secretos...