P R Ó L O G O

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El mundo es y será siempre como nosotros lo vemos. Quizá no podamos pensar en un mundo distinto al que vivimos, pero, detrás de las nubes, pasando la luna y el sol, a miles de kilómetros de estrellas, de constelaciones, de lunas y de planetas... ¿Qué pasaría si detrás de todo eso y mucho más lejos de lo que podemos ver, el mundo fuera distinto? ¿Qué pasaría si un pequeño hecho cambiara la realidad de todos? ¿Qué pasaría si dentro del universo de Lily y Sharon, las cosas hubieran ocurrido de otra manera?

Como todos sabemos, Lily y Sharon Milder, son dos hermanas tan distintas, como el agua y el aceite. Una es el frío y la otra el calor, el día y la noche, el bien y el mal, lo único que las une es el apellido... Y el amor por el mismo hombre, pero, ¿qué ocurriría si las cosas no fueran así? ¿Qué hubiera pasado si al momento en que Bernie Benson apareció en la imagen, Sharon ya hubiera encontrado a su verdadero amor?

Así como lo leen. Sharon logró encontrar el amor en André Smith, un apuesto joven francés que conoció durante su estadía en la ciudad del amor, tiempo en que la mayor de las hermanas estudió en la Universidad de París. Su amor fue tan grande y poderoso, que ninguno de los dos quiso separarse nunca más. Es por eso que sin pensarlo dos veces, André dejó su vida atrás para irse con su amor a su tierra natal: Buenos Aires, Argentina, dónde su historia de amor se selló con la propuesta de matrimonio.

Mientras que para la pequeña de las hermanas, el amor tardó un poco más en llegar, pero valió la pena la espera, pues no pudo tocarle mejor hombre que Bernie Benson. Apuesto, caballeroso y exitoso. Su amor parecía salido de una película.

Y fue ahí, cuando la felicidad parecía no poder ser mayor para ninguna de las dos, que llegó el heredero de la fortuna Smith, un pequeño castaño de ojos marrones que parecía la copia de su padre, el cual fue bautizado con el nombre de Simón, Simón Aimé Smith, y tal como su segundo nombre lo decía, Simón fue el pequeño más amado dentro de la familia. Era la luz de los ojos de Sharon, fue esa luz que iluminó su camino y logró sacarla de ese pozo de oscuridad, para volverla una madre amorosa. Y para Lily fue un motivo más para sonreír, adoraba a su sobrino como si fuera su propio hijo y prometió siempre tratarlo como tal. Y ni hablar de Alfredo Milder, quien estaba más que entusiasmado de ser abuelo por primera vez, y tan consentidor como siempre, no permitía que su pequeño nieto pasará un solo momento del día sin sonreír.

Sin embargo, la felicidad no pudo durar para siempre, al menos no para Lily y Bernie, pues en el verano del 1999, un mal negocio por parte de Bernie, dejó a la joven pareja al borde de la ruina, a punto de perder la mansión de sus padres, Sharon decidió ayudar a su hermana, y entre ella y André lograron recuperar la mansión. Como muestra de su aprecio, Lily y Bernie invitaron a su hermana y esposo a vivir con ellos, al fin y al cabo, la mansión era bastante grande para ellos dos solos y servía que el pequeño Simón crecería rodeado de personas que lo amaban mucho.

Sin mucho por pensar, Sharon y André pronto se mudaron a la mansión Benson, y ahora sí, nuevamente la alegría era todo lo que se podía observar en los pasillos de aquella gigantesca mansión.

Un par de años pasaron, y la felicidad de un nuevo integrante para la familia volvieron a hacerse presentes, sólo que esta vez se trataba de Lily y Bernie, quienes se enteraron que estaban en espera de un bebé, o mejor dicho de una bebé, y en unos cuantos meses, la primogénita de los Benson nació, y aunque por un largo tiempo el nombre estaba decidido a ser Sol, al momento de llegar a este mundo, los padres cambiaron el nombre a Luna, pues además de que la pequeña nena había nacido a mitad de la noche, su energía desplegaba frío, oscuridad, o al menos eso decía Lily, quien desde una corta edad había sido fanática de los astros.

Todo parecía ser perfecto, una vez más. Tanto los Benson, como los Smith, tenían a sus adorados hijos, los negocios de los cuatro iba de maravilla y su vida parecía no tener ni un sólo inconveniente, hasta podríamos decir que eran la familia perfecta de todo Buenos Aires.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora