33 | Dudas

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M I É R C O L E S

Luna POV

Matteo terminó de colocarme los patines y luego de recompensarlo con cientos de besos como me obligó a hacerlo, me dispuse a patinar hacia la pista. Estaba llegando tarde a mi entrenamiento con Benicio, pero, ¿quién podía culparme? Junto a Matteo perdía la noción del tiempo.

Patiné con la misma enorme sonrisa que me había dejado el estar con Matteo pero al llegar a la pista mis ojos inmediatamente captaron aquella imagen que provocó que mi sonrisa se borrara y sin dudarlo, patiné hacia ellos, Ámbar y Benicio abrazados.

—¿Interrumpo?

Cuestioné cruzando de brazos provocando que ambos se distanciaran, Ámbar apenas fue capaz de mirarme por unos segundos mientras que Benicio continuó haciéndolo con ojos de filo.

—¿Y bien? ¿Interrumpo algo?

—No, sólo estábamos charlando— Respondió Benicio en seco.

—Mira vos, no parecía igual— Sonreí para soltar mis brazos —Si quieren los dejo solos así siguen... Charlando.

—No es necesario— Intervino Ámbar apenas dirigiéndome la mirada —Yo me voy...

Dijo regalándole una pequeña sonrisa a Benicio para patinar fuera de la pista siendo seguido por su mirada mientras que yo patiné hasta donde ella se encontraba.

—¿Me querés decir que demonios fue esto?— Demandé una vez que no había rastro de ella.

—¿Te importa?— Soltó fastidiado.

—Sí, me importa, de hecho... ¿Qué hacías abrazado de Ámbar?

—¿Qué es esto una escena de celos?— Cuestionó Benicio cruzando de brazos.

—Por favor, Benicio, me parece que te he dejado bien en claro que lo último que sentiría por vos sería celos...

—¿Entonces que te importa si estaba o no abrazado de Ámbar?

—Me importa porque no quiero pensar que vos todavía sentís algo por ella...

Benicio me miró fijamente para luego desviar la mirada provocando que abra mis ojos como platos. No, esto tenía que ser un chiste.

—¿Todavía sentís algo por ella?— Exclamé sorprendida.

—¿Y si así fuera qué? Que yo sepa no tengo porque darte explicaciones de lo que me pasa.

—Primero que nada, bájame el tono... Y segundo, ¿no te parece un poco descarado de tu parte fingir que todavía estás perdidamente enamorado de ella? Vos la engañaste, no sólo conmigo sino con Camila y quien sabe con cuantas más.

—Yo jamás la engañé, con Camila y con vos no pasó más que sólo besos... Al menos no la engañé del modo que vos y Matteo lo hicieron con ella— Fruncí el ceño confundida —Si, ¿te pensas que no lo sé?... Emilia me contó todo, cómo te metiste con Matteo cuando él aún estaba con Ámbar.

La furia creció y creció en mí, ¿cómo fue capaz Emilia de contarle a Benicio aquello? Claramente yo no lo hice por algo y eso no importó, porque ahora él lo sabía.

—¿De verdad vos vas a darme lecciones de moral a mí?

—Alguien debe hacerlo...

—Mira, Benicio— Exclamé sintiendo la sangre hervirme —A mí me importa muy poco lo que hagas o dejes de hacer, pero que ni se te ocurra sentir lástima por ella... Ella fue la que te cambió de un día para otro por Matteo.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora