52 | El momento llegó

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M I É R C O L E S

Luna POV

Nina no parecía reaccionar ante lo que recién salía de mi boca, simplemente me observaba tan pálida como un papel parpadeando apenas un par de veces.

—¿C-Cómo que... —Musitó Nina en un hilo de voz —Decime por favor que es un chis...

—¿Cómo crees que voy a bromear con algo así, Nina?— Exclamé alterada —Es así. Tengo un atraso de cuatro semanas.

Nina negó sin habla. Yo crucé de brazos sintiendo nuevamente mi estómago revolverse tal como sucedía cada vez que me atrevía a pensar en aquello.

—P-Pero... ¿Es seguro? O sea, ¿vos ya te hiciste una prueba o algo?— Continuó Nina aun en un hilo de voz.

—No, aún no lo he hecho pero no hay forma de que no me haya venido ya, Nina, no hace falta ser tan inteligente para unir las piezas— Nina soltó un suspiro que tal pareció ser de alivio.

—Bueno, pero entonces puede ser cualquier cosa, Luna, un desorden hormonal o yo que sé. No significa que estés embarazada.

Soltó provocando que sin dudarlo la silenciara mientras observaba a mis alrededores asegurándome que nadie estaba lo suficientemente cerca como para escucharnos.

—Baja la voz, Nina— Supliqué entre dientes.

—Lo lamento. Pero no podés soltar algo como eso sin estar totalmente segura.

—No necesito hacerme una prueba para saberlo, las fechas coinciden perfecto, las pastillas que sobran son justamente de los días que tuve relaciones con...

—¿Con? ¿O sea que vos sabés de quién podría ser?— Cuestionó causando que le regalara una mirada fulminante —No quería que sonara de ese modo, lo lamento— Se disculpó logrando que rodara los ojos.

—Supongo que es lo que me merezco por...— Musité agachando la mirada.

—¿Eso quiere decir qué podría ser de alguno de los chicos con los que...— Interrumpió abriendo los ojos como platos.

—¿Qué? ¡No! ¡No!— Respondí apresurada —Vos sabés perfectamente que no dejo que me toquen un pelo si no están dispuestos a cuidarse.

—¿Y eso qué? Vos sabés perfectamente que los condones fallan todo el tiempo.

—Lo sé— Suspiré con pesadez —Pero es imposible, no coinciden las fechas.

—Entonces eso quiere decir qué, ¿sería de Matteo?

—A menos que haya fallado como vos decís, no— Negué —Matteo se cuidó casi todas las veces que estuvimos juntos.

—Y si no es de Matteo, y no es de ninguno de los chicos, entonces... ¿De quién podría ser ese bebé, Luna?

Apreté mis ojos maldiciéndome internamente, sintiéndome como una completa estúpida y odiándome cada vez más porque sabía perfectamente de quién podía ser.

—Con la única persona que estuve que no me cuidé nunca, y que coincide con las fechas de las pastillas es con... Con Mariano.

Confesé causando que Nina nuevamente palidezca. No me atreví a contarle de uno solo de nuestros encuentros, no quería que me juzgara, que me hiciera sentir más mierda de lo que de por sí ya me sentía, y todo fue para nada, porque ahora me vi obligada a hacerlo.

—¿Mariano?— Soltó en un hilo de voz —¿Mariano volvió a...

—¡No!— Alcé la voz sin importar ganarme una que otra mirada —No, Nina, él no sé aprovechó de mí... Yo fui quién aceptó estar con él.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora