1 | Nuevo comienzo

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L U N E S

Simón POV

Silencio. Silencio era algo que no se podía escuchar nunca en la mansión Benson-Smith. El ruido era todo lo que reinaba en este hogar, ya que apenas mi adorada hermana y mi prima abrían los ojos, sus risas llenaban todo el lugar, sus voces hablando y hablando nunca paraban. Nadie sabía de dónde sacaban tanto para hablar, pero lo hacían y todos estábamos obligados a escucharlas en todo momento.

Es por eso que yo prefería levantarme más temprano que todos en la mansión, quizá así podía escuchar un poco de silencio aunque sea por un momento. Y no me malinterpreten, no es que ellas me causaran jaqueca ni nada así, al contrario, yo amaba a mi hermana y a mi prima, pero deseaba que por un día sus voces y risas pararan.

Y no sólo por eso ahora me encontraba tomando el desayuno sólo, sino que hoy me había levantado un poco más temprano que de costumbre, ya que hoy no era un día como cualquiera, hoy era mi primer día de universidad. Universidad, aún me pesaba decir esa palabra en voz alta, ya que lo mío no era eso, mi sueño era ser cantante, la música era mi verdadera pasión, mi sueño era triunfar con mi banda, la Roller Band, junto con mis mejores amigos Nico y Pedro, pero mis padres no aprobaban del todo ese sueño, ya era bastante bueno que me dejaran continuar con mi banda luego de terminar el colegio con la única condición de que debía estudiar también una carrera universitaria.

Ese fue probablemente el mayor problema familiar que tuvimos desde que mis tíos estuvieron al borde de la bancarrota. Por suerte, esa discusión logró terminar y hoy estaba por comenzar la carrera de Administración de empresas, al final de cuentas no era algo tan malo y así servía que tenía más tiempo para ensayar con la banda. Con mi verdadero futuro.

Además, era Simón Smith y estaba dispuesto a dar un cien por ciento en todo lo que hiciera, aunque no fuera exactamente lo que me gustara, pero yo era así.

–Gracias Amanda– Hablé sonriente a Amanda, la empleada doméstica desde que tenía memoria, al terminar de servir la mesa.

–Por nada, joven Simón– Contestó devolviéndome una sonrisa, sin importar cuantos años pasaran, Amanda siempre me trataba de joven, era algo inevitable en ella.

Y, así de rápido duró mi silencio, pues a lo lejos comenzaron a escucharse ese par de risas tan contagiosas aproximándose al comedor, cada vez más cerca. Suspiré hondo, esa era la señal de que un nuevo día de sus locuras y risas había comenzado.

–¡Claro que no, Luna!– Rió mi hermosa hermanita.

–¡Simón!– Exclamó emocionada mi prima –No sabía que ya estabas despierto.

–¿Cómo no Luna?, si Simón abre los ojos apenas sale el sol– Respondió la rubia tomando asiento en la larga mesa.

–Eso es cierto– Rió Luna imitando la acción de Ámbar.

–¿Cómo es que pueden tener tanta energía tan temprano?– Pregunté suspirando.

–El día es para aprovecharlo hermanito, además, no somos el abuelo para quedarnos en la cama hasta el atardecer– Todos reímos ante su comentario.

Y entre risas y charlas sobre el nuevo año, los tres continuamos con el desayuno, hasta que luego de un rato, nuestros padres se unieron a la rutina del día.

–Me alegra verlos a todos despiertos desde temprano– Habló mi tía sonriente tomando lugar junto a Luna.

–Sí, eso demuestra que ya son independientes, ya no son más unos niños– Completó mi padre preparándose su café como todas las mañanas.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora