Ella o Yo | Terminada

28 | Intentos

D O M I N G O

Ámbar POV

Nueve horas habían pasado y oficialmente el día no podía ser peor, si de por si no me encontraba bien luego de todo lo ocurrido anoche, encontrar a Matteo y a mi prima juntos terminó por romperme el corazón.

No voy a mentir. Encontrarlos juntos saliendo de la habitación de Luna esta mañana fue mucho más doloroso que verlos besarse la noche anterior, y por más que lo odiara, no pude evitar llorar.

Sí, pasé largo rato llorando sola en mi habitación sintiéndome completamente rota, de la misma manera que me sentí cuando me rompieron el corazón por primera vez.

No podía entender porque tuvo que pasarme esto a mí, porque tuvo que pasarme otra vez, creía que Matteo estaba enamorado de mí, que él era diferente, pero todo era mentira, él siempre fue una mentira.

«Usted demuéstrele a él y a todo el mundo que es valiente y fuerte y que no lo necesita para ser feliz»

Aquellas palabras lograron hacer que mis lágrimas cesaran. La mujer tenía razón, ni Luna, ni mucho menos Matteo, merecían una sola de mis lágrimas. Yo jamás hice nada malo. Nada de lo qué pasó fue mi culpa.

No obstante, junto a esas palabras vinieron el recuerdo de la mujer y la carta, el motivo por el cual no había pegado un ojo en toda la noche y motivo por el cual tuve aquel encuentro con ese par que por momentos deseaba nunca haber tenido.

No comprendía nada. ¿Esa mujer realmente era mi madre? No podía ser cierto. Mi madre me había abandonado porque no quería saber nada de mí. Esa historia me la habían contado mis padres y yo les creía. Ellos nunca me hubieran mentido. Mucho menos con algo así.

Pero también recordaba las palabras de aquella carta, dónde la mujer decía que no era cierta la historia que me habían contado.

Yo quería creerle a mis padres, quería hacerlo, ellos me habían advertido que esto podría pasar tarde o temprano, pero no podía. Algo en mi interior no me dejaba hacerlo y me tenía con un millón de pensamientos en mi cabeza.

Tanto era así que no pensé cuando acepté ayudar a mi madre a buscar unos documentos de mi padre en su habitación, lugar en el cual ahora nos encontrábamos, sin embargo, no podía retractarme, ahora estaba obligada a ayudarla.

—Gracias por ayudarme a buscar los documentos de tu papá mi amor, ya sabés que él jamás encuentra nada— Habló mi madre con una sonrisa en su rostro que difícilmente pude devolver.

—Sí, bueno, no me costaba nada— Dije haciendo el menor contacto visual posible con ella.

—¿Qué pasa?— Preguntó frunciendo el ceño.

—¿A qué te referís?— Cuestioné intentando parecer lo más segura posible.

—Te conozco perfectamente mi amor y es obvio que te pasa algo. Estás muy seria— Dijo logrando que los nervios comenzaran a aparecer.

—No, no es nada, apenas y pude dormir luego de la fiesta, debe ser eso... ¿Buscamos los documentos?

Exclamé apresuradamente ganándome la mirada detenida de mi madre, era obvio que estaba analizando mi rostro y si no se detenía en ese momento seguro descubriría mi mentira, por suerte para mí, se limitó simplemente a llevar un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Está bien... Busca en esos cajones y yo mientras los busco en el armario.

Asentí para rápidamente caminar hacia el mueble que mi madre me había indicado y comenzar a inspeccionar cada uno de los cajones en busca de los dichosos documentos.